Los tiroteos vividos recientemente sufridos en Dayton (Ohio) y El Paso (Texas) han generado una gran conmoción, no sólo por el número de víctimas, sino también por el número de víctimas. Sin embargo, estos tiroteos masivos no son casos aislados en EEUU; de hecho, este año ya se han producido 255, mientras que en 2017 el número de ataques se cifró en 340, seis menos de los registrados en 2016. Cada año, miles de personas mueren o son asesinadas por armas de fuego, tal y como documenta Gun Violence Archive (GVA). Se trata de una ONG fundada en 2013, fechas desde la que viene informando sobre la violencia relacionada con armas de fuego en EEUU.

Ofreciendo información en tiempo real, GVA recopila la información y la verifica a partir de más de 6.500 fuentes policiales, medios de comunicación, gobierno y otras fuentes comerciales. En contra de lo que pudiera pensarse, ha sido con Donald Trump cuando se ha marcado un punto de inflexión y 2018 supuso la primera vez desde que GVA recopila información (2014) en que descendieron todos los indicadores.

De este modo, los 57.383 incidentes con armas de fuego -frente a los 61.901 de su primer año de mandato- rompieron la tendencia alcista de años previos. Lo mismo sucedió con el número de personas muertas, descendiendo a 14.771 frente a los 15.671 de 2017. Con todo, el número de personas muertas por armas de fuego desde 2014 supera las 80.000; en el caso de las personas heridas la cifra se dispara por encima de las 157.000.

Este año, ya han muerto casi 9.000 personas, lo que hace una media de 40 personas al día. El peor periodo desde que GVA tiene registros coincidió con el primer año de mandato de Trump, con una media de cercana a las 43 personas al día muertas (no siempre asesinadas, puesto que también se incluyen tiroteos accidentales).

Llama la atención cómo los Estados de la costa oeste sufren históricamente un mayor número de incidentes por armas de fuego: Sólo desde 2014, se ha pasado de un toal de 44.599 incidentes a los 57.383 de 2018, es decir, un 28,66% más.