África, el continente fallido

Potente pero pobre, bella pero cruel, África, a paso constante, va convirtiéndose en un continente fallido, por lo que habría que ampliar el concepto de Estado fallido a los que se definen como aquellos incapaces de cumplir sus roles básicos, fundamentalmente por tener el monopolio de la fuerza, que no pueden evitar el caos interno ni controlar su expansión más allá de sus fronteras. No garantizan la protección a sus ciudadanos y la de sus bienes y ni siquiera alcanzan a dar servicios básicos a su población. África se abisma al desastre absoluto y los responsables de ello solo parecen dispuestos a apurar esa zambullida en el infierno.