Conviviendo con el enemigo – Las colonias israelíes en los territorios palestinos ocupados

El poder ocupante no podrá deportar ni transferir parte de su propia población civil a los territorios que ocupa”. 4º Convenio de Ginebra (art. 49, par. 6).
Las políticas y prácticas israelíes de asentar parte de su propia población y nuevos inmigrantes (en los territorios palestinos ocupados) constituye un serio obstáculo para alcanzar una paz sólida, justa y duradera en Medio Oriente. (…) Israel debe “desmantelar las colonias existentes y sobre todo cesar de manera urgente el establecimiento, construcción o planeamiento de colonias en los territorios árabes ocupados desde 1967, incluida Jerusalén”. Resolución 465 del Consejo de Seguridad de la ONU (1980).
Las colonias israelíes en los Territorios Palestinos Ocupados, incluida Jerusalén Este, son ilegales y constituyen un obstáculo para la paz y para el desarrollo económico y social”. Corte Internacional de Justicia de La Haya (2004).
 
 

Son parte insoslayable del paisaje, a lo largo y ancho de Cisjordania. Ubicadas en la cima de cerros y colinas, de lejos parecen casitas de muñecas prolijamente alineadas. De cerca, son burbujas del Primer Mundo incrustadas en medio de una tierra saqueada y empobrecida: techos de tejas, arquitectura moderna y funcional, entorno de espacios verdes con abundante vegetación, piscina, instalaciones recreativas y productivas de diversa índole, y servicios de primera calidad.

Una de las numerosas colonias que rodean a la ciudad palestina de Belén

Una de las numerosas colonias que rodean a la ciudad palestina de Belén

A lo largo de más de 40 años, las colonias israelíes en Cisjordania han llegado a ocupar 42% del territorio que le correspondería al futuro Estado Palestino (según la frontera conocida por el nombre de “Línea verde”, establecida en el armisticio de 1949). Más concretamente, en los 20 años del llamado «proceso de paz», Israel triplicó su población en los territorios palestinos, demostrando así que dicho proceso no fue más que una cortina de humo para ganar tiempo y seguir creando «hechos consumados» que hicieran inviable la descolonización y el establecimiento de un Estado palestino.

Actualmente, alrededor de 600.000 colonos israelíes viven en Cisjordania. De éstos, unos 250.000 viven en 12 complejos construidos en tierras palestinas ilegalmente anexadas por la municipalidad de Jerusalén; los restantes viven en unas 250 colonias y sus ‘expansiones’ (“outposts” en inglés), que en realidad son nuevas colonias. Según la ley israelí, las colonias son legales, pero no las expansiones. Para el Derecho Internacional Humanitario, ambas son ilegales.

Según un informe de Amnistía Internacional de 2009, las colonias no sólo representan una de las facetas más duras de la ocupación, sino también una expresión de la discriminación aplicada por Israel; algunos ejemplos apenas: 1) Mientras para la población palestina rige la ley militar, los colonos que habitan en Cisjordania se rigen bajo la ley civil israelí (aun si cometen crímenes, la Autoridad Palestina no puede intervenir). 2) El promedio de agua que consume la población palestina es de 50 a 70 litros diarios por persona (cuando el estándar aceptable según la Organización Mundial de la Salud es 100 litros), y en algunas regiones críticas llega a ser de 15 a 20 litros; en las colonias israelíes, el consumo es de 400 litros diarios por persona (más incluso que en Israel, donde es de unos 300 litros). No es necesario aclarar que -según se estableció en Oslo- Israel tiene el control absoluto sobre el agua en todos los territorios palestinos ocupados.

La colonia Efrat, en la región de Belén

La colonia Efrat, en la región de Belén

Las cifras desnudas impactan por sí mismas. Pero es aun más fuerte cuando a esos números le ponemos rostros y nombres de miles y miles de familias palestinas, y le agregamos sus historias de sufrimiento, despojo, violencia y humillación cotidiana.

Los equipos del EAPPI repartidos en seis localidades de Cisjordania desde 2002 han venido recogiendo esas historias y documentando los efectos de la política de colonización sobre el pueblo palestino. Si bien las colonias violan los derechos humanos y colectivos de diferentes maneras, el EAPPI ha identificado cinco aspectos sistemáticamente asociados a su presencia: confiscación de tierras y de recursos de agua; demolición de viviendas y desalojos; hostigamiendo, incitación a la violencia y vandalismo.

Choques entre palestinos desarmados, colonos y soldados israelíes (Qusra, marzo 2011, P. Lyden)

Choques entre palestinos desarmados, colonos y soldados israelíes (Qusra, marzo 2011, P. Lyden)

La violencia que no cesa

Nuestra estadía en la región de Nablus en marzo y abril pasados fue todo menos tranquila. Una serie de incidentes violentos nos hizo salir cada día a diferentes aldeas y pueblos para documentar todas esas formas de agresión; en particular, a las poblaciones que quedaron atrapadas entre las poderosas y agresivas colonias de Yitzhar y Bracha.

En efecto, las poblaciones de Madama, Burin, Urif, Asira Al-Qibliya, Irak Burin, viven en el sobresalto permanente: cuando van a trabajar en sus tierras, los campesinos son frecuentemente atacados por los colonos. El objetivo es impedirles el acceso a sus tierras para que, al abandonarlas, las colonias puedan ocuparlas y así seguir expandiéndose. Una nada inocente ley israelí establece que si uno no trabaja su tierra durante tres años, la pierde; es lo que pretenden los colonos cada día. Pero a pesar de los ataques y amenazas, la población palestina no se resigna a seguir perdiendo su fuente de vida, y por eso resiste y la defiende, aunque a un costo muy alto.

Pobladores de Madama cargando costosos bidones de agua en burro

Pobladores de Madama cargando costosos bidones de agua a lomo de burro (marzo 2011)

La población de Madama, por ejemplo, ha perdido el acceso al manantial que abastecía de agua a la aldea. Los colonos de Yitzhar -que se han ido apropiando de más y más tierra- están demasiado cerca del manantial y no sólo le impiden a los pobladores de Madama acercarse, sino también han destruido reiteradas veces el pozo o los caños que llevaban el agua hacia la aldea, y en ocasiones también contaminaron el agua. Organizaciones internacionales como Oxfam lograron el permiso de las autoridades militares israelíes para reparar el manantial en más de una ocasión, pero los colonos volvieron a dañarlo. Ahora los habitantes de Madama deben comprar el agua que se trae en camiones cisterna desde la vecina Huwwara y llevarla en bidones a sus casas, pero la calidad es mala, el costo es altísimo, y las familias padecen escasez, sobre todo en los meses de verano cuando no pueden recolectar agua de lluvia.

Un auto palestino incendiado por los colonos en las afueras de Urif

Un auto palestino incendiado por los colonos en las afueras de Urif (abril 2011)

En Burin, los colonos atacan frecuentemente las casas más apartadas de la aldea y cercanas a la colonia. Los autos de algunas familias fueron incendiados, sus casas apedreadas e incluso tiroteadas con armas de fuego. Los colonos llegaron a intentar incendiar la mezquita de Burin, pero la población se los impidió. Al hablar con los habitantes de la aldea, resulta increíble hasta qué punto la gente se acostumbra a vivir en la tensión y la amenaza permanente de ser agredida por los intrusos que además les han robado sus tierras.

B'Tselem entregó cámaras de video a la población de Asira Al-Qibliya para documentar los ataques de los colonos

Una habitante de Asira Al-Qibliya con la cámara de video entregada por B’Tselem para documentar los ataques de los colonos a su casa

La misma suerte sufren los habitantes de Asira al-Qibliya y de Urif. B’Tselem, la organización de derechos humanos israelí, les ha proporcionado cámaras de video -al igual que a muchas otras poblaciones de Cisjordania- para que registren los ataques de los colonos (que casi siempre ocurren durante la noche), ya que los jueces israelíes insisten en que no pueden recibir denuncias si no hay pruebas de los hechos de violencia. Sin embargo, hasta ahora de nada ha servido documentar las agresiones, y los colonos continúan realizando sus tropelías con total impunidad.

En Iraq Burin, una pequeña aldea pintoresca recortada sobre un pico rocoso cercano a Nablus, la población es combativa y se ha propuesto enfrentar a los colonos de Bracha que les han arrebatado parte de sus tierras. Cada sábado, los jóvenes de la aldea se congregan y marchan en manifestación hacia los campos en disputa, donde frecuentemente son atacados por los colonos. La protesta a menudo termina en enfrentamientos con piedras y palos, y el ejército israelí se hace presente para proteger a los colonos y obligar a los jóvenes a replegarse hacia la aldea, utilizando para ello granadas de estruendo, gases lacrimógenos, balas de goma e incluso munición de guerra.

Jóvenes de Iraq Burin regresando de la manifestación semanal contra los colonos de Bracha

Jóvenes de Iraq Burin regresando de la manifestación semanal contra los colonos de Bracha

No obstante, los pobladores afirman que esa acción semanal ha frenado el avance de los colonos y la apropiación de más tierras de Iraq Burin. Pero también han pagado un alto precio: varios jóvenes han sido víctimas de disparos de armas de fuego, y en marzo de 2010 dos adolescentes fueron asesinados por el ejército en el centro mismo de la aldea. Después de dispararles por la espalda, los soldados impidieron durante más de media hora que las ambulancias pudieran acercarse para asistir a los jóvenes, y les bloquearon la salida cuando intentaban llevarlos al hospital de Nablus. El crimen por supuesto permanece impune.

Un poblador de Qusra mostrando los olivos arrancados por los colonos de Shilo

Un poblador de Qusra mostrando los olivos arrancados por los colonos de Shilo

En Qusra, más al sur, también asistimos a enfrentamientos similares entre los hombres jóvenes y los colonos de Shilo, que con frecuencia atacan a los campesinos cuando están trabajando en su tierra. En marzo pasado los colonos arrancaron más de 400 árboles de olivo recién plantados por los pobladores. El enfrentamiento terminó con cuatro palestinos en el hospital, uno de ellos gravemente herido cuando un colono le destrozó la pierna con una piedra de más de 20 cm de diámetro.

En Yanun, la aldea donde el EAPPI mantiene una presencia permanente desde 2003, la violencia de los colonos de Itamar provocó en 2002 la expulsión de la población entera. Sólo pudieron regresar con acompañamiento de activistas israelíes e internacionales. Actualmente la violencia se ha reducido, pero no el robo de tierras, el hostigamiento y las amenazas. Los colonos a menudo incursionan armados por la aldea amedrentando a los pobladores, impidiéndoles trabajar en su tierra (sobre todo durante la cosecha de olivos), e incluso contaminando el agua potable del manantial de las familias de Yanun.

Colonos de Itamar contaminando el manantial de Yanun (marzo 2011, H.Minch)

Colonos de Itamar metiéndose en el manantial de Yanun para contaminar el agua (marzo 2011, H.Minch)

  El despojo como política oficial

La mayoría de las colonias en Cisjordania tienen el estatuto de “Área Nacional Prioritaria”. Israel viene llevando a cabo una verdadera guerra demográfica para poblar los territorios palestinos con la mayor cantidad posible de israelíes (incluyendo judíos de otros países que de la noche a la mañana reciben la ciudadanía y todos los beneficios asociados), con el fin de generar hechos consumados y asegurarse que la tierra quedará bajo control israelí cuando se llegue a un acuerdo final con los palestinos. Hay quienes dicen que el objetivo último es hacer materialmente inviable la existencia de un Estado Palestino independiente. Del mismo modo, y con la misma intención, avanza el proceso de “judaización” de Jerusalén Este (tema que será objeto de una nota especial).

Viviendas israelíes subsidiadas con todos los servicios en tierras palestinas

Viviendas israelíes subsidiadas, con todos los servicios, en tierras palestinas

Para persuadir a la población israelí de establecerse en estas colonias, el gobierno creó un sistema de incentivos múltiples tales como: viviendas de calidad a bajo costo y con facilidades de financiación; infraestructura, servicios educativos y de transporte gratuitos; salarios públicos más altos para los residentes de colonias; subsidios para los granjeros; reducción y exención de impuestos.

En la práctica, cada nuevo asentamiento o expansión de los existentes acrecienta los males para la población palestina, no sólo por la presión y amenaza creciente sobre la tierra y el agua, o por la violencia y vandalismo practicados por los colonos, sino también por las medidas de “seguridad” que el gobierno israelí implanta alrededor de las colonias: los puestos de control (check-points), cierre de caminos, trincheras, montículos de tierra, carreteras de uso exclusivo de las colonias, el Muro y otros tipos de barreras han reducido al mínimo la libertad de movimiento de la población palestina.

Transporte público y carretera 60 de uso exclusivo de los colonos, frente a la mezquita de Burin

Autobus y carretera de uso exclusivo de los colonos, frente a la mezquita de Burin

En nuestro caso, por ejemplo, no podemos usar la antigua carretera que conecta a Yanún con Nablús a una distancia de 12 km, porque ha sido cerrada para uso exclusivo de la inmensa colonia de Itamar; para llegar a Nablús tenemos que usar una carretera alternativa que duplica la distancia a 30 km.

Cuando los rodeos inevitables para llegar a un sitio que antes estaba al alcance de la mano son intolerables, el gobierno israelí -como gran concesión- ha construido en algunas zonas túneles subterráneos para los palestinos (de pésima calidad y sin mantenimiento alguno, a diferencia de las carreteras exclusivas para conectar a las colonias entre sí y con Israel). Cada vez escuchamos a más gente decir que ya ni intentan viajar a ningún lado, porque los obstáculos y controles han convertido el desplazamiento dentro de una geografía diminuta en una verdadera pesadilla.

Túnel para uso palestino debajo de la carretera 60

Túnel para uso palestino debajo de una carretera exclusiva para colonos («by-pass roads» en inglés).

Israel ha ignorado hasta ahora el Derecho Internacional Humanitario concerniente a la ilegalidad de sus colonias en Cisjordania, haciendo su propia interpretación para legitimar sus actos. La política de colonización ha sido históricamente calificada como una burla del derecho internacional, la legislación local y nacional y las normas militares para facilitar el robo masivo y constante de tierras palestinas.

El mejor ejemplo de ello fue cuando Israel hizo una serie de declaraciones de “tierra estatal” entre 1979 y 1992, que fueron instrumentales para confiscar 900.000 dunams de tierra palestina [1 dunam equivale a unos 900 mt2] -el 16% de Cisjordania- para uso de sus colonias. Más aún, desde que se crearon las primeras colonias a fines de los Sesenta, el sistema legal se ha mostrado ciego y sordo hacia la continua apropiación por la fuerza de las tierras y recursos de agua palestinos por parte de los colonos.

Colonos armados en Yanun (Abril 2011, P. Lyden)

Colonos armados en Yanun (abril 2011, P. Lyden)

 «Obstáculo para la paz»

Según organizaciones israelíes anti-ocupación, sólo un 30% de los colonos están allí por motivos ideológicos (religiosos o nacionalistas); el 70% son colonos «económicos», que se instalaron en Cisjordania únicamente por las facilidades que el gobierno israelí ofrece en términos de subsidios y servicios. Esas personas estarían aparentemente dispuestas a trasladarse a Israel si fueran debidamente compensadas con beneficios similares. Independientemente del mayor o menor optimismo con que se mire el asunto, es indiscutible que el futuro Estado Palestino no puede ser viable en un territorio sembrado de colonias israelíes, ni sin que devuelvan la tierra y el agua que se han apropiado.

Burbujas de Primer Mundo en tierra robada

Burbujas de Primer Mundo en tierra robada

Tanto la Asamblea General de la ONU como el Consejo de Seguridad se han pronunciado en reiteradas oportunidades condenando el establecimiento y expansión de colonias israelíes ilegales en Cisjordania. En el mensaje enviado a la Conferencia Latinoamericana de Naciones Unidas en apoyo a la paz en Palestina e Israel (Montevideo, marzo 2011), el Secretario General de la ONU enfatizó: “Es necesario terminar con las acciones que impiden la solución del proceso, como la permanente construcción de colonias por parte de Israel en Cisjordania y Jerusalén Este, que es ilegal bajo el derecho internacional”.

Vale recordar que la negativa de Israel a frenar la construcción de colonias en territorio palestino fue la razón por la que los palestinos se retiraron de las negociaciones cuando apenas se habían reanudado en septiembre del año pasado.

En febrero pasado, el veto de Estados Unidos impidió que prosperara una Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU (votada por todos los demás integrantes, incluidos aliados de Israel como Alemania) que condenaba una vez más a Israel por su política de construcción de colonias en el territorio palestino ocupado.

Más aun, después de dicho veto se observó un incremento exponencial de los ataques violentos, sobre todo en Nablus y Hebrón, debido al perfil fanático y fundamentalista de los colonos de esas regiones.

Lieberman, Canciller y vocero de los colonos

Lieberman, canciller y colono (Foreign Policy)

El actual gobierno israelí -dicho sea de paso- está fuertemente controlado por el lobby de los colonos, que incluso ocupan varios cargos en el Ejecutivo. Sin ir más lejos, el propio canciller Lieberman vive en la colonia Qedumim, en el norte de Cisjordania.

Sin importar la condena de la Unión Europea y de Naciones Unidas, poco después -y a manera de venganza por el crimen de una familia judía en la colonia de Itamar- Israel anunció la construcción de 900 nuevas viviendas en la colonia de Gilo (cerca de Belén). Por si eso fuera poco, horas antes de que Netanyahu partiera para reunirse con Obama en Washington la semana pasada, se anunció que el Ministerio del Interior israelí se disponía a discutir la aprobación de 1500 nuevas viviendas israelíes en Jerusalén Este.

En definitiva, la política colonial israelí constituye algo más que “un obstáculo para la paz”, según la formulación de Naciones Unidas. Es la prueba más clara de que Israel no tiene la  menor intención de alcanzar una solución negociada a este conflicto, porque tampoco está dispuesto a ceder nada. Los palestinos lo saben bien y por eso, en lugar de perder más tiempo en negociaciones inconducentes -que sólo han servido para que Israel gane tiempo mientras continúa colonizando Cisjordania-, han decidido tomar la delantera y crear ellos también ‘hechos consumados’, buscando el reconocimiento del Estado Palestino por la Asamblea General de la ONU en septiembre próximo.

Soldados cuidando el paseo de los sábados de los colonos en Hebrón, donde la colonia israelí se estableció en el centro mismo de la ciudad (L. Foell)

Soldados ‘cuidando ‘el paseo de los sábados de los colonos en Hebrón, donde la colonia israelí se estableció en el centro mismo de la principal ciudad palestina (L. Foell)

Este artículo está basado en testimonios presenciales durante marzo y abril de 2011 y en la publicación “An Unjust Settlement. A tale of illegal Israeli settlements in the West Bank” (EAPPI, Ginebra, 2010). Fotos de la autora, excepto cuando se indica entre paréntesis.
Para más información sobre las colonias ilegales israelíes, recomiendo visitar las secciones especiales en los sitios web de las organizaciones israelíes B’Tselem y Peace Now

Acerca de María Landi

María Landi es una activista de derechos humanos latinoamericana, comprometida con la causa palestina. Desde 2011 ha sido voluntaria en distintos programas de observación y acompañamiento internacional en Cisjordania. Es columnista del portal Desinformémonos, corresponsal del semanario Brecha y escribe en varios medios independientes y alternativos.
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2 respuestas a Conviviendo con el enemigo – Las colonias israelíes en los territorios palestinos ocupados

  1. Carlos Veloso - Brasil dijo:

    É estarrecedor o que o governo de Israel faz com os árabes palestinos.

  2. Arturo dijo:

    no sabía todo esto, es indignante la verdad. me gustaría poder hacer algo por la inmediata liberación de Palestina. primero voy a hacer circular esta información, y voy a informarme yo mismo, porque tengo algunos amigos israelitas y judíos, supongo que aún a la distancia sería bueno hacerlos darse cuenta de los crímenes que estás cometiendo.

    le mando un largo abrazo a un pueblo que sufre.

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