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16 de enero de 2006
EL CONSUMO EN EU Y LA ECONOMIA MUNDIAL

Víctor M. Godínez

8cicloSerá difícil que 2006 sea un buen año para la prosperidad económica mundial. Así lo piensan varios especialistas, y así lo sugieren las circunstancias financieras y productivas de las principales potencias globales. Esto no significa desde luego que vaya a ocurrir un colapso. Simplemente se profundizará el malestar que viene acumulándose desde 2001, cuando concluyó el gran ciclo expansivo asociado a la "nueva economía".

Hay consenso con respecto a que el factor de mayor peso en la determinación de la dinámica económica mundial seguirá siendo el gasto de consumo privado de los estadunidenses. En lo que ha corrido del siglo xxi, esta variable ha observado una expansión impresionante, tornándose en una auténtica fuerza motriz no sólo del mercado interno, sino del mundo.

La pregunta es si es posible que los consumidores de la mayor potencia económica global mantengan su frenético ritmo de gasto, que desde hace varios años supera con creces su nivel de ingresos. Desde el punto de vista macroeconómico, la condición para sostenerlo es que siga fluyendo a Estados Unidos (EU) el ahorro del resto del mundo por un monto anual de 750 mil millones de dólares. A fin de ponderar las dimensiones de esta cifra baste decir que es casi el valor que tendrá en 2006 el producto interno bruto de México.

Cada vez son más precarios los equilibrios que se requiere mantener para solventar esta carrera sin que se produzcan sobresaltos. El vuelco alcista observado por las tasas de interés a corto plazo en EU ­y el muy probable refrendo de esta tendencia por parte del nuevo jefe de la Reserva Federal­ es un obstáculo que inevitablemente desacelerará, pudiendo incluso frenarlo, el gasto de los consumidores. Estos habrán de destinar mayores recursos a cubrir los intereses de la deuda de las familias.

Es sabido que el ajuste del gasto privado se ha postergado debido, entre otros hechos, a las peculiares condiciones financieras que privaron durante 2005 en el mercado inmobiliario, es decir, debido al anómalo rezago de las tasas de interés a largo plazo, cuyo nivel permanece en los bajos niveles de dos o tres años atrás. En la medida en que perdure esta situación, gran número de familias podrán seguir refinanciando hipotecas, liberando así recursos monetarios para sostener el gasto de consumo corriente. No hay nada predeterminado, pero lo normal es que los intereses a largo plazo tiendan a incrementarse a fin de hacer converger su movimiento con el del resto de las variables financieras de ese mercado.

En ese escenario, la demanda agregada de EU disminuirá por necesidad. Los efectos de este hecho se harán sentir en el mercado mundial con la misma fuerza que en ámbito interno. Frenará la expansión de las exportaciones de gran número de países cuyo crecimiento económico, ni más ni menos que como el de México, depende crucialmente del dinamismo del gasto de consumo estadunidense. Ya que no hay por el momento otra potencia que pueda contrarrestar estos efectos en la economía mundial y relevar a EU mientras ajusta sus grandes agregados económicos y financieros, la configuración de este juego de tendencias sin duda ensombrecerá el panorama mundial de 2006, hará que disminuya un tanto más el estado de la expectativas de progreso en la mayoría de los países  §


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