Brigadas de ayuda de todo el mundo llegaron tras el terremoto a asistir a las víctimas.

Tras el terremoto del pasado 27 de mayo en Indonesia, grupos de ayuda procedentes de diversos países llegaron a las zonas afectadas para mermar el dolor y el impacto de la tragedia.

Entre ellos un contingente de profesionales cubanos llegó a esa parte del este asiático pero luego de más de dos meses de permanencia en el país, sus hospitales de campaña todavía están asistiendo a los más necesitados.

Luis Oliveros, médico especialista en medicina general integral y jefe de la brigada cubana en Indonesia conversó con BBC Mundo sobre su día a día, y sobre cómo su trabajo se ha convertido en la última esperanza de muchos.

El doctor Oliveros recibe un homenaje por parte de las autoridades indonesias.

Yo soy el jefe de la brigada médica cubana desplegada en dos hospitales integrales de campaña.

Nosotros llegamos 7 días después del terremoto, llegamos luego de una larga travesía por la distancia con Cuba.

Fuimos recibidos por el secretario general de la cancilleria y luego por el canciller y cuando nos trasladamos donde fuimos destinados a prestar nuestra ayuda.

La primera imagen es la que siempre suele acompañar este tipo de eventos: desoladora, fuerte, personas que deambulan sin saber donde van, casas destruidas accesos limitados, carreteras con problemas. En esencia, la idea que tuvimos entonces y la que mantuvimos durante toda la misión es que tendríamos la oportunidad de ayudar y hacer algo bonito por este pueblo.

La presencia de médicos mujeres facilita el trabajo en países musulmanes como Indonesia.

La brigada cuenta con 135 efectivos de la salud que incluyen médicos especialistas en ortopedia, cirugía, medicina interna, terapia intensiva, anestesiología, radiología, pediatría, obstetricia y médicos generales integrales, además de personal de enfermería, técnicos paramédicos, técnicos de rayos X y laboratorios electromecánicos.

Nosotros trabajamos y vivimos en condiciones de campaña. Nuestros equipos son de primer nivel, son muy buenos y efectivos, confiables, pero que se despliegan en tiendas de campaña que son desplegadas por los propios médicos que trabajan acá.

Formamos parte de un contingente internacional que se creó en Cuba que se denomina Henry Reeve y que se forma para atender situaciones de desastres y eventos naturales de este tipo, estos médicos y personal paramédico, tienen una preparación básica para trabajar en situaciones de contingencia. Por lo demás, tienen la capacidad de desplegar en muy poco tiempo los hospitales, lo que permite tratar con inmediatez y con oportunidad, la mayor cantidad de los problemas. El tiempo perdido cuesta muchas vidas en momentos posteriores a la tragedia.

En este orden de cosas también se van paralelamente creando las condiciones de vida de los hombres que también son de campaña, mínimas, imprescindibles, pero que estamos adaptados a trabajar bastante y fuerte y lo mas importante no son las condiciones en las que uno viva sino crear rápidamente las condiciones para poder empezar a trabajar.

(...)cuando suceda una tragedia similar estaremos dispuestos a ir a donde hiciéramos falta, donde fuéramos útiles. Luis Oliveros

Cuando digo hombres me refiero al sentido genérico de la palabra, la brigada tiene también una composición importante de mujeres, lo que es muy provechoso en países de procedencia islámica para tratar a las personas del sexo femenino.

Las mujeres nuestras también se adaptan, las mujeres nuestras también viven en nuestras propias condiciones y juegan un rol fundamental en el desempeño de nuestro trabajo y no son una carga para la brigada, por el contrario, son un estimulo y una motivación adicional.

Al ver que, siendo mujeres, se enfrentan a estas condiciones, los hombres se ven entonces también en la necesidad de estar a su altura.

(...) aquel lugar desolado, aquellas carreteras perdidas, ver los cuerpos sin vida flotando, las familias desesperadas, las personas deambulando de un lugar a otro con el agua a las rodillas, ver un hospital que tenía 15 pacientes ingresados en ese momento y que todos fallecieron ahogados... Dr Luis Oliveros

Nadie quisiera acostumbrarse a trabajar con tragedias. Para que hayan gestos humanitarios no siempre tienen que haber tragedias. Sin embargo, ya hemos lidiado con algunas: en el deslave en Haití en Gonaives, estuvimos en Pakistán y ahora estamos por acá, pero a esto nadie se acostumbra.

Poniéndose en el lugar de la gente que sufre, que lo pierden todo o casi todo, es difícil entender saber que la naturaleza a veces se ensaña con los hombres, y les hace pasar momentos muy crueles, familias enteras que pierden hijos, gente que perdió hogar, empleo, escuelas, muchos pierden sus esperanzas y uno se convierte a veces en esa propia esperanza.

Recuerdo en Haití después de un deslave cuando nosotros tuvimos que caminar 17 kilómetros para llegar al lugar donde vivíamos y que también fue sacudido por el deslave.

Cuando llegamos pudimos entonces ver una imagen de la que nunca me olvidaré: aquel lugar desolado, aquellas carreteras perdidas, ver los cuerpos sin vida flotando, las familias desesperadas, las personas deambulando de un lugar a otro con el agua a las rodillas, ver un hospital que tenía 15 pacientes ingresados en ese momento y que todos fallecieron ahogados.

Esa tragedia es algo que a ninguno de nosotros que estuvimos allá se nos olvidará nunca, lo único a cambio, es que pudimos ayudar bastante.

Un nuevo alumbramiento del que estuvo a cargo la brigada cubana.

En sentido general la mayor parte de los vínculos se establecen sobre la base de tratar a la gente con profesionalidad, respeto, amor pero a la vez con sencillez. Se necesita además sensibilidad para saber ponerse en su lugar y en correspondencia tratarlos.

Hay que verlos como seres humanos que atraviesan por un momento difícil, que han perdido casi todo, familia, trabajo, escuela y es que uno se convierte prácticamente en su única esperanza.

Trabajar las 24 horas de todos los días, respetar su credo, su religión, su cultura, su filosofía, sus costumbres, no interferir en sus problemas internos, no sólo esperar por ellos hay que saber ir a lugares distantes no importa que tan lejos sea, hay que estar dispuesto a ir a los lugares más complejos, más difíciles, correr sus propios riesgos.

Hay que vivir en sus propias condiciones, además hay que ser determinados, se debe prestar un servicio integral.

El servicio que prestamos nosotros en nuestros hospitales es de carácter gratuito para toda la población lo que hace que se establezca a pesar de la barrera idiomática y de los problemas propios de la comunicación, una relación bastante singular y uno siente la satisfacción que lo que está haciendo es bonito para alguien.

El servicio que presta la brigada cubana es gratuito para toda la población.

Nunca me he imaginado haciendo otro trabajo, nunca he pensado hacer lo, escogí hacer lo que se apega a mis intereses, me refiero a mis intereses humanos y profesionales y la verdad no me imagino haciendo otra cosa.

Nosotros debemos culminar nuestra misión en los primeros días de septiembre luego regresaremos a Cuba y trabajaremos allá donde habitualmente lo hacemos y cuando suceda una tragedia similar estaremos dispuestos a ir a donde hiciéramos falta, donde fuéramos útiles.