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Una campaña coordinada con miles de nuevas cuentas de Twitter y bulos contra Morales lava la imagen internacional del golpe en Bolivia

Mapa de calor con la distribución de la conversación en Twitter en torno al hashtag #BoliviaResiste, usado por los líderes opositores bolivianos que han perpertrado el gope de Estado contra Morales.

Carlos del Castillo

El golpe de Estado para expulsar a Evo Morales del gobierno de Bolivia, que a la postre le forzó a abandonar el país, está apoyado por una campaña de lavado de imagen en redes sociales dirigida al exterior. Según ha podido comprobar eldiario.es gracias a los datos facilitados por varios expertos e investigadores, la maniobra se vale de decenas de miles de cuentas de Twitter creadas en apenas dos semanas (más de 23.000 dadas de alta entre los días 11 y el 12, inmediatamente después de la salida de Morales de la capital) que se están usando para aumentar la sensación de apoyo a los líderes opositores, atacar al exmandatario y ayudar a propagar desinformación sobre él en otros países.

El uso de bots (cuentas falsas en redes sociales operadas de forma automática) y cyborgs (cuentas falsas gestionadas por una persona que maneja manualmente 10, 20 o 30 de ellas para aumentar la sensación de que hay una identidad real detrás de cada una) está aún más extendido en Latinoamérica que en España. Las operaciones de guerra sucia para manipular la opinión pública a través de Internet son frecuentes, tanto las dirigidas hacia dentro del mismo país como hacia el exterior. Venezuela o Brasil, por ejemplo, son a la vez puntos de origen y objetivos habituales de estas operaciones de intoxicación basadas en propaganda opaca. En el caso del golpe de Estado contra Morales en Bolivia, existen indicios suficientes para señalar la existencia de una maniobra coordinada en redes sociales para influir en la conversación internacional e imponer la narrativa de que no ha existido tal golpe de Estado y que Morales ha tenido que abandonar el país por fraude electoral y por estar vinculado al narcotráfico.

Un ejército de novatos más preocupados por la imagen del golpe en el exterior que de echar a Morales

Las protestas en las calles contra Morales comenzaron el 21 de octubre, un día después de la celebración de elecciones en el país. Seguidores del ex presidente y bolivianos críticos con su mandato se echaron a la calle entre acusaciones de fraude electoral. La tensión se fue elevando durante tres semanas y el conflicto creciente entre ambos grupos y las fuerzas policiales provoca varios muertos. Durante este largo período de convulsión social en Bolivia no se detecta un crecimiento de usuarios de las redes sociales.

Finalmente, el 10 de noviembre, un informe preliminar de la Organización de Estados Americanos (OEA), organización con sede en Washington, ve indicios de fraude electoral y recomienda una nueva convocatoria de elecciones. Morales acepta la petición, pero el líder de la ultraderecha Luis Fernando Camacho pide su renuncia. Las protestas se tornan en violencia y la violencia en amotinamiento policial. El Ejército se pone del lado de la oposición y exige la dimisión del presidente. Horas más tarde Morales comunica que deja el poder y abandona La Paz. Jeanine Áñez, vicepresidenta segunda del Senado, se autoproclama presidenta.

En los dos días siguientes, 11 y 12 de noviembre, se crean 23.900 cuentas de Twitter que nutren la comunidad de seguidores de Camacho. En apenas unos días pasa de tener 2.000 seguidores a más de 135.000. Es un fenómeno similar al que ocurre en la comunidad de Áñez, que pasa de 8.000 a 168.000, 22.000 de las cuales son dadas de alta entre el día 11 y 12. eldiario.es ha podido comprobar que esta cifra coincide en las bases de datos de hasta cuatro investigadores diferentes, tanto españoles como latinoamericanos, que están estudiando el fenómeno de creación masiva de perfiles de Twitter para influir en la conversación internacional sobre Bolivia.



Según los datos publicados por el investigador argentino Rodrigo Quiroga, miembro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET, dependiente del Ministerio de Ciencia argentino) y docente universitario, 52.412 de los perfiles que siguen a Camacho se crearon en los últimos 15 días. En el caso de la autoproclamada Áñez sus seguidores novatos ascienden a unos 42.000. Quiroga es uno de los científicos que ha compartido su base de datos en bruto con eldiario.es, que ha podido contrastar sus resultados.

El investigador repitió el análisis con Adriana Salvatierra, expresidenta del Senado y referente del MAS (Movimiento al Socialismo, el partido de Morales). El resultado fue que casi 14.000 de sus 52.000 seguidores habían creado su cuenta en las últimas dos semanas. Sin embargo, al cruzar su base de seguidores con los de Camacho y Áñez, Quiroga encontró que unos 9.000 de sus seguidores con un perfil novato eran cuentas que también formaban parte de la comunidad de los líderes golpistas. Para completar el análisis, observó la actividad de esos nuevos seguidores de los tres líderes bolivianos. En su discurso predomina abrumadoramente el apoyo al golpe.

En un período de convulsión política no es extraño que haya una crecimiento de usuarios de las redes sociales, que extienden su activismo al terreno digital. No obstante, en Bolivia se ha dado solo en un sentido. “No encontré casi ninguna cuenta nueva creada en noviembre que apoye a Evo y/o al MAS”, ha explicado Quiroga en su cuenta de Twitter. Entra en detalles en conversación con eldiario.es: “Aunque no podamos determinar con certeza si son usuarios reales o falsos, lo que sí sabemos es que hubo una enorme cantidad de usuarios nuevos y que están organizados para tuitear constantemente a favor del gobierno de Áñez y en contra de Evo”, constata.

Pese a que muchas de las nuevas cuentas pueden ser reales, del ejército de críticos de Morales llama la atención que se hayan organizado para defender el golpe en el exterior. No aparecieron para forzar la salida del ex mandatario del país, sino para defender que quienes han ocupado el poder en Bolivia no han cometido un golpe de Estado.

Estrategia: amplificación de los mensajes de bolivianos emigrados y desinformación

Twitter se ha negado a proporcionar la cifra de usuarios que tiene en Bolivia a requerimiento de este medio. Pese a ello, un ejército de cuentas nuevas aparecido de la nada llama la atención. Más en un país como Bolivia, de 17 millones de habitantes y donde el uso de esta red social no está extendido. Este lunes, el medio estadounidense especializado en tecnología The Verge se hacía eco de que algo raro estaba pasando e informaba de que había detectado una red de 4.320 perfiles falsos “difundiendo confusión” sobre la situación en el país tanto en inglés como en español: “Queridos amigos, no ha habido golpe en Bolivia”, fue el mensaje detectado.

El medio de EEUU no ofrecía detalles técnicos sobre las características de esos más de 4.300 bots que había localizado. Sí lo hizo, un día antes, Julián Macías, responsable de redes de Podemos. En un análisis publicado en Twitter el pasado domingo, Macías empleó herramientas profesionales de análisis de comunidades digitales para evidenciar que tanto Áñez como Camacho habían visto cómo sus seguidores pasaban a ser decenas de miles, y luego cientos de miles, nutriéndose de cuentas recién creadas.

Su último análisis, cuya base de datos también ha compartido con esta redacción, concluye que en la conversación sobre el golpe de Estado en Bolivia han participado más de 92.000 perfiles creados en noviembre.

eldiario.es está analizando estas nuevas cuentas, su actividad y sus conexiones con ayuda de investigadores independientes. En este momento no está en disposición de afirmar con rotundidad si un porcentaje de ellas son falsas, pero sí que su nacimiento coincide en el tiempo con una operación que encaja punto por punto en los parámetros de la estrategia de propaganda política conocida como astroturfing. Este término, un juego de palabras en inglés con la marca de un fabricante de césped artificial, enuncia una táctica que consiste en hacer pasar por un movimiento social surgido desde abajo lo que en realidad es una campaña propagandística de un actor concreto.

Además de engordar la comunidad de Áñez y Camacho, el ejército de novatos creado en dos semanas han impulsado hasta 14 hashtags (etiquetas sobre las que pivotan las conversaciones en Twitter) críticos con Evo Morales y que niegan la existencia de un golpe de Estado, un lavado de cara dirigido al exterior de Bolivia, no a sus propios ciudadanos. Su estrategia es aumentar artificialmente el impacto de usuarios que, a pesar de contar con comunidades muy pequeñas y encontrase fuera de Bolivia, han visto como sus mensajes son compartidos miles e incluso decenas de miles de veces.

eldiario.es ha podido comprobar que se ha dado este caso en varios de los 14 hashtags críticos con Morales que se han reproducido en las últimas semanas. En el caso de #NoFueGolpeFueFraude por ejemplo, la publicación más compartida es la de Carito Eyzaguirre (@CaritoEyzaguir1), que según su cuenta de Instagram es una boliviana residente en Cascais (Francia). En Twitter creó su cuenta este mes de noviembre y a pesar de que el 11 de noviembre acumulaba en torno a un centenar de seguidores, vio como un tuit escrito ese día se compartía 1.800 veces.

El caso más llamativo es el que se ha dado en #EvoEsFraude, cuyo comentario más compartido corre a cargo del estudiante boliviano radicado en Barcelona Eduardo Baeza, que va camino de los 13.500 retuits. Desde la ciudad condal, Baeza acusó a Morales de ser “jefe de un cartel de narcotráfico” relacionado con el cartel de Sinaloa, denuncia que fundamenta en el trabajo del periodista David Beriain, autor del documental Clandestino (Discovery). “Es falso, en el documental no se afirma eso”, aclara Beriain en conversación con eldiario.es.

“He repasado todos los guiones por si acaso había algún punto al que podían agarrarse para sustentar una acusación así –detalla el periodista un par de horas después de ser contactado por esta redacción– pero no se cita ni una sola vez a Evo Morales ni a Bolivia, ni siquiera en la voz en off”. “Con esto no quiero decir ni una cosa ni la contraria sobre Morales, solo que es falso que el documental afirme eso”, continúa Beriain, cansado de que “unos y otros” empleen su trabajo sobre el narcotráfico “como arma arrojadiza” de propaganda política.

Este medio ha intentado ponerse en contacto por diferentes vías con Baeza, que no ha contestado a los requerimientos. A pesar de que creó su cuenta en 2014, esta no tuvo ninguna actividad hasta el 11 de noviembre de 2019, día en que crea o comparte 26 contenidos. Su tuit con desinformación de Morales que se propagó por medio mundo fue publicado el 12.

Desinformación proveniente de Venezuela

Las acusaciones de narcotráfico contra Morales se han distrubuido en casi todas las conversaciones en las que ha actuado el ejército de nuevas cuentas que amplía el mensaje de los líderes opositores. Se apoya tanto en desinformación, como la que intenta utilizar el prestigio de David Beriain, como en bulos fabricados para atacar al líder indígena. Uno de estos últimos se distribuyó con especial intensidad en los primeros días tras el golpe, mostrando a Morales rodeado de narcos como Pablo Escobar o Chapo Guzmán. Se trata de un montaje proveniente de Venezuela.

El rastreo de la imagen señala la cuenta de un usuario de ese país como foco de la desinformación. No obstante, según el análisis que ha facilitado a eldiario.es la investigadora Mariluz Congosto, investigadora de la Universidad Carlos III, el principal amplificador del bulo fue el diputado opositor venezolano Henrique Salas, que la tomó poco después y masificó su impacto, logrando que se extendiera por varios países.

El resultado elaborado por la investigadora refrenda además el nulo peso de los usuarios bolivianos en la conversación y la importancia del discurso en el exterior en la narrativa general de los hechos que se suceden desde finales de octubre en Bolivia.

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