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Don Cebrián Darth Vader en «Salvados»

Fuentes: Rebelión

Si no pudieron verlo el pasado domingo, véanlo cuando les sea posible. ¡No se pierdan la conversación de Jordi Évole con Juan Luis Cebrián en «Salvados»! Está en la red. No creo que ningún comentario exagere por mucho que pueda exagerar. ¡Uno de los dirigentes político-culturales de la transición y el nuevo intento de Restauración […]

Si no pudieron verlo el pasado domingo, véanlo cuando les sea posible. ¡No se pierdan la conversación de Jordi Évole con Juan Luis Cebrián en «Salvados»! Está en la red. No creo que ningún comentario exagere por mucho que pueda exagerar. ¡Uno de los dirigentes político-culturales de la transición y el nuevo intento de Restauración (casi) al desnudo! Para llorar durante décadas y siglos. ¡En qué manos estamos!

¿Conocen a alguien tan aparentemente contento y orgulloso de haberse conocido a sí mismo como don Juan Luis Cebrián [JLC]?

¿Saben de la existencia de alguien tan chulo y engreído como él? ¿Felipe tal vez?

¿Tienen consciencia de alguien que se las dé de tan listo y caiga una y otra vez en contradicciones de primero de introducción a un curso básico de lógica formal o de teoría de la argumentación?

¿Se imaginan las formas de decir y actuar de un personaje así sin cámaras y sin un contrapoder delante? ¿Se lo imaginan en unas, digamos, negociaciones?

¿Alguien como él puede hablar de responsabilidad? ¿De consciencia, de formación católica, de sentimiento de culpa?

¿Recuerdan su cara cuando Évole le habló de sus inversiones en una sucia-más-que-sucia compañía petrolífera de Luxemburgo?

¿Tomamos nota de las dimensiones del desastre financiero al que llegó el imperio PRISA bajo su dirección?

¿Vieron como hacía referencia a las inversiones de Caixabank, Santander y Telefónica y su falaz defensa -daba risa- de la independencia de El País?

¿Han sido conscientes de la rabia-descortesía-malos modos de don JLC cuando fue capaz de decirle sin problema alguno a Évole que no tenía ni idea de los temas tratados en un consejo de Administración? ¿Estaba ya a punto de estrangularle?

¿Recuerdan las pelotas fuera lanzadas permanentemente a la cara y al rostro de Antonio Caño, el actual director de El País, un fanático ultraortodoxo de las políticas neoliberales, haciendo ver que él apenas sabía nada de la línea del diario, que como máximo era un lector privilegiado?

¿Se dieron cuenta como babeaba cuando hablaba de don Felipe GasGal Natural y don Alfredo Pérez Rubalcaba? ¿Inferimos lo que hay que inferir cuando se expresó y mostró en estos términos?

¿Qué concepto de izquierda maneja don Cebrián cuando se define a sí mismo como ciudadano de izquierdas, fiel a los ideales de la socialdemocracia? ¿En que piensa una persona como él cuando habla de socialdemocracia? ¿En un apéndice un poco más presentable del capitalismo realmente existente que para él es el marco indiscutible?

¿Recuerdan su cara cuando se le habló de los papeles de Panamá, el tono usado cuando habló de su ex esposa y las agresiones lanzadas contra los responsables informativos de La Sexta?

¿Qué pensar de un académico de su altura-bajura político-intelectual?

¿Oyeron, vieron alguna reflexión profunda en sus observaciones?

¿Se dieron cuenta como lanzaba dardos envenenados cuando se le hablaba de su sueldo y de los despidos de trabajadores de PRISA, sin que Évole fuera especialmente incisivo en este punto?

¿Está claro qué significa para gentes como él el término sistema y, por supuesto, el concepto antisistema?

¿Qué pensar de alguien como él que tanto ha influido, informativa, políticamente hablando, en las vidas de tantos?

¿Cómo pudimos leer en algún momento algunos textos como veneración, como ejemplos de pensamiento critico e ilustrado?

¿Observaron su cinismo cuando habló de la Monarqía borbónica y justificó el silencio cómplice de todos los medios, incluido el suyo, para aproximarse críticamente a una institución central del sistema creado tras la muerte del dictador golpista?

¿Recuerdan sus palabras al hablar del que fuera ministro de Franco, firmante de penas de muerte, y fundador de Alianza Popular?

¿Repararon en la forma absolutamente despreciativa que usó para hacer referencia a Pedro Sánchez, al que calificó de mediocridad política?

¿Recuerdan el tono usado cuando habló de contradicciones y que él hablaba de esos temas con su psicólogo o psicoanalista pero no aquí, en público, en una entrevista?

¿Vieron como repasaba una y otra vez en su mente las palabras cuando le preguntaron lo que pensaba de Pablo Iglesias? ¿Se dieron cuenta de las coordenadas sin límite de su cinismo?

¿Observaron su cara cuando se le recordó la portada de la revista en la que aparecía posando con la máscara de D.V?

¿Recuerdan sus palabras finales? ¿Ni una buena ni una mala persona…? ¿Buena persona? ¿Hemos perdido el juicio?

Lo mejor, en todo caso, fue cuando explicó su comentario a su amigo Felipe durante la formación de su primer gobierno. Javier Solana no figuraba en la primera lista. Cebrián, con toda su modestia, es decir, con toda su inmodestia y mostrando su mando en plaza, comentó que le había señalado al entonces secretario general del PSOE y primer ministro que Solana se iba a enfadar mucho si no era nombrado. Al final no se enfadó son Javier. Y del ministerio a la secretaria general de la OTAN. Como confesó Javier Pradera, otro de los hombres fuertes del global neoliberal, a Gregorio Morán que da cuenta de ello en El cura y los mandarines: los dos grandes éxitos de su generación -¡qué generación Dios mío!- han sido el ducado de Alba en manos de Jesús Aguirre y la secretaría otánica dirigida por don Solana.

No hace falta seguir (aunque podríamos hacerlo algún tiempo más). A las imágenes me remito. No se lo pierdan compañeras, no dejen de verlo si no lo han visto compañeros. Lo verán un poco-mucho descompuesto. Sin que Jordi Évole se saliera en sus preguntas, le faltaron algunas cuestiones clave (empezando, por ejemplo, por sus intereses e informaciones sobre América Latina o la ausencia de informaciones sobre luchas sindicales en empresas que participan en PRISA), si hubiera podido hubiera estrangulado a su entrevistador. No lo duden. Le hubiera gritado una y mil veces: ¡vete la mierda, capullo! ¡A mí no me tose nadie, NADIE, y menos un idiota como tú!¡Qué te has creído imbécil!

Está en sus memes (no digo en sus genes). Es como Darth Vader, el lado oscuro y no oculto de la fuerza. Uno de los protagonistas principales de esta España de la explotación, la anulación de las conquistas sociales y democráticas y el incremento de las desigualdades. Entre lo peor de lo peor… un intelectual orgánico de la Monarquía borbónica y del sistema de explotación, opresión y desigualdad que representa t defiende.

¡Para cuándo un diario de izquierdas en papel!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.