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El pelotazo

Fuentes: Rebelión

La jerga de la movida madrileña de los 80 aportó al lenguaje coloquial el término de «pelotazo». Se refería así, no al golpe dado con una pelota, sino al golpe de fortuna rápido con que se beneficiaba algún político o especulador económico de los escalones inferiores de la sociedad. O sea, al enriquecimiento súbito de […]

La jerga de la movida madrileña de los 80 aportó al lenguaje coloquial el término de «pelotazo». Se refería así, no al golpe dado con una pelota, sino al golpe de fortuna rápido con que se beneficiaba algún político o especulador económico de los escalones inferiores de la sociedad. O sea, al enriquecimiento súbito de alguien por métodos poco habituales, desde luego no relacionados con el esfuerzo personal ni las cualidades intelectuales. Y fueron tantos que esa década se denominó los años del pelotazo. Pero la cultura del pelotazo se mantiene viva.

El Pelotazo, en este sentido, es el título de un programa de información deportiva de Canal Sur, la radio y televisión autonómicas de Andalucía, esto es, pública, en el sentido de financiada por el populicus, por el pueblo. Es de suponer que con este titulo no se pretende aludir a los golpes de pelota sufridos por los deportistas. Se querrá atraer así, a agolpes de efecto, la atención de los posibles radioyentes y telespectadores.

Lo cierto es que el «pelotazo» parece haberlo dado el director del programa. De escritor de chirigotas del carnaval gaditano pasó de golpe y porrazo a dirigir este informativo , escuchado, sin duda, por muchos trabajadores. Yuyo, como reza el nombre de guerra de este letrista carnavalero, utiliza en su programa las maneras de la telebasura, en la creencia de que es el medio más fácil de llegar rápidamente al éxito. Es el todo vale con tal de recaudar ingresos con los reclamos publicitarios.

Entre otros recursos que afectan a la dignidad humana, este tipo de información y entretenimiento utiliza el lenguaje soez, sexista, chabacano, la banalidad y el chista fácil. El gran dramaturgo y poeta alemán del siglo XX afirmaba que el creador ha de esforzarse por proporcionar a los trabajadores y al pueblo llano el lenguaje más bello posible. Se lo merecen. Esa debería ser también la pauta tanto del teatro y de la poesía como de los medios de comunicación: ampliar la conciencia, dignificar la información y el entretenimiento.

Guiada por este afán, una miembro de la sección sindical de CCOO de Canal Sur, tiene la amabilidad de hacerme llegar estos ejemplos lingüísticos de «El Pelotazo». Pertenecen al programa de televisión, afortunadamente suprimido, gracias a denuncias como ésta. Pero se mantiene, todavía peor, en la radio. Enhorabuena a esta sección sindical por su defensa de la calidad, la dignidad y la belleza. Que cunda el ejemplo. En la historia del periodismo español existen antecedentes de esta labor cuasi «académica» de los trabajadores de los medios, en el sentido de limpiar, fijar y dar esplendor al lenguaje periodístico.

Promoción de la asistencia femenina al fútbol. 29 de febrero. Yuyu: «Yo traigo hoy un doble pelotazo. Yo siempre he apostado porque las mujeres vayan al fútbol, y que nadie me tache de machista, pero si van así, mejor que mejor. Vamos a verlo.» Y en la pantalla aparece un a mujer con los pechos al aire, bailando entre los espectadores de un partido de fútbol. Gritos de entusiasmo y aplausos en el plató.

Víspera del Día Internacional de la Mujer. El personaje comandante Lara, piloto de avión ya entradito en años, hace constantes referencias al calentón que le provoca tener sobre sus rodillas a una joven rubia, mientras la muchacha procede a diversos tocamientos. El comandante Lara aclara: «A mí se me mueve el avión y otra cosa que se me está moviendo. Me está poniendo la rubia nervioso.»

A continuación el personaje pide a la joven que le sirva bebida. En un momento determinado el comandante dice gritando: «¡Mari, di algo!» La joven responde con voz débil: «¡Hola!» Segundos después el comandante Lara añade: «A mí no me hace falta a ninguna película porno con el monumento este. ¡Rubia que ti vi comé! ¡Rubia!

El comandante Lara, siempre con la joven encima, se justifica así: «Es que la rubia me está poniendo malo. La rubia que está más buena que la casa de Hansel y Gretel. Me estoy poniendo morao.»

Este personaje explica a la audiencia que mientras él traslada a diversos jugadores en el avión, éstos están viendo una película porno. Acto seguido se produce el siguiente diálogo:

Josele: «Comandante Lara, ¿qué dejó escrito en la puerta del water un jugador del Sevilla?»

Comandante: «Aquí cagó Donato.»

Risas en el plató.

Yuyu pregunta: «¿Los jugadores también hacen pintadas en la puerta de los retretes?»

Respuesta del comandante: Raúl dejó una pintada el otro día y ponía: que el Barcelona tenga en el culo lo que yo ahora tengo en la mano.»

Nuevas risotadas en el plató.

Tras la entrevista de Viky Martín Berrocal al deportista Joaquín en su casa, Yuyu le pregunta: «No te vayas a molestar Viky, pero yo quería saber ¿Cómo son los huevos de Joaquín? Huevos, porque sé que ha habido algo de huevos en esta visita a la casa.» Respuesta de Viky: «Muy fríos.»Josele aclara: «Tardan en calentarse, ¿no?» Risas en el plató.

Un imitador de Alfredo Di Stéfano le dice a Viky tras su visita al jugador Joaquín: «Yo quiero decirle a la señorita Viky, a ver si te invito a mi casa a que veas mi jacuzzi. Pero mi jacuzzi es natural. ¡Va a cuescos!

Risas.

Yuyu añade: «Usted se come unan berza con la pringá, se mete en el jacuzzi y ya le salen las burbujitas.»

Nuevas risotadas.

El uso del lenguaje escatológico y burdo es constante , denuncian los sindicalistas. Los vocablos culo, teta, maricona, putadiña, cagadiña, afloran constantemente en la información deportiva. Y, para mayor escarnio, con dos azafatas de floreros y «reidores» de pago que saludan las «gracias» por detrás.

El grupo de animación le dedica la siguiente canción a Victoria Bekham: «¡Ay Victoria, te pasas de pija y no entiendo tus temores con respecto a los olores. No digas más que España huele a ajo. Lávate bien con jabón el sobaco y también lo de abajo, no vaya a ser que provenga de ti.»