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Entrevista a Alicia Cytrynblum, fundadora del proyecto Periodismo Social

«El periodismo debe dejar de mirar al mundo como hace 50 años e incorporar a los actores sociales»

Fuentes: Canal Solidario

Desde hace dos años, un grupo de periodistas argentinos trabaja en su país para concienciar a los medios de comunicación de la importancia de incorporar como fuentes de las noticias la voz de la ciudadanía organizada y promover lo que ellos denominan Periodismo Social. Se trata no sólo de que los medios informativos dejen un […]

Desde hace dos años, un grupo de periodistas argentinos trabaja en su país para concienciar a los medios de comunicación de la importancia de incorporar como fuentes de las noticias la voz de la ciudadanía organizada y promover lo que ellos denominan Periodismo Social. Se trata no sólo de que los medios informativos dejen un espacio a las informaciones de carácter social, sino de que en una misma noticia aparezcan las opiniones de políticos, economistas y también de entidades, asociaciones de vecinos y movimientos sociales, entre otros.

Al frente de este proyecto se encuentra Alicia Cytrynblum, periodista especializada en temas sociales y fundadora del proyecto Periodismo Social. Hace unos días, Cytrynlum visitó Barcelona para participar en unas jornadas-taller dirigidas a periodistas y organizadas por Solidaritat i Comunicació (SiCom) y Canal Solidario-OneWorld.

Durante su estancia, la directora de Periodismo Social ha participado en varios coloquios en la Universidad Autónoma de Barcelona y en la Complutense de Madrid, y ha conversado con Canal Solidario sobre la necesidad de un nuevo periodismo, más incluyente y que tenga en cuenta las voces sociales.

¿A qué te refieres cuando hablas de periodismo social?

La idea es dar un paso más en el periodismo, intentar poner la fuente en lo social y articular los temas sociales con los temas importantes, de política y economía, en los periódicos y los noticieros.
Desde siempre, y en todos los países del mundo, el periodismo ha contado lo que hace el poder y ha utilizado como fuente informativa en más de un 90% a políticos y economistas. Por eso, el desafío es ampliar las fuentes, trabajar para incluir más actores sociales en los medios de comunicación. En la medida en que esto suceda habrá más posibilidad de diálogo público y democracia, pero si el periodismo no da este paso estará atrasado respecto a los tiempos que corren.

Hablas de incorporar las voces de entidades, movimientos sociales, ONG… ¿Significa esto que periodismo social es lo mismo que periodismo solidario?

La diferencia se puede ver en lo que ha pasado en los últimos años en Argentina. En 1989 hubo una gran crisis, el Estado empezó a retirarse de la educación, la salud… porque la idea era que lo privado se hiciera cargo de todo. La realidad es que fue un fracaso porque el Estado desapareció, las empresas no se hicieron cargo de la gente y la pobreza aumentó. Pero al mismo tiempo también creció el número de organizaciones sociales, que pasaron de 25.000 a 80.000 y que sostenían socialmente el país.

En este contexto, los medios de comunicación empezaron a visibilizar la solidaridad, pero sólo destacando lo buena que era la gente y sin relacionar su trabajo con aspectos sociales y políticos. Los diarios tenían secciones específicas sobre las acciones solidarias y estas secciones o suplementos las hacíamos nosotros, nuestro grupo de periodistas sociales.
En ese tiempo entrevisté a más de mil líderes sociales y vi que el hecho de que alguien sea bueno o no es una opción personal, no social. No es que los movimientos sociales sean buenos, sino que son actores que se articulan en redes y que tienen algo que decir. Incluir sus voces en los temas de política y economía, en las páginas principales de los diarios, es periodismo social.

El periodismo actual, ¿legitima a la gente como fuente informativa?

Hasta el momento, los periodistas han contado lo que pasa en el poder, pero deberían ver que la gente hace cosas que realmente afectan a toda la sociedad. Un ejemplo claro en Argentina es cómo la movilización popular logró cambiar la forma de elección de los jueces de la Corte Suprema e influir en el Plan Nacional de Alfabetización, además de organizarse para dar de comer a cientos de personas en las ollas populares. El mundo ha cambiado, es diferente y tiene más actores sociales, pero el periodismo no está preparado para hablar de esta realidad de manera diferente. En este caso debería preguntarse si la gente confía en las fuentes tradicionales como lo hacía antes. Y la respuesta es no; en Argentina y en todo el mundo.
La gente cree cada vez menos en los políticos, pero los periódicos los siguen usando como fuentes principales de sus informaciones. Si los periódicos no cambian se mueren, porque están mirando al mundo desde el punto de vista de hace 50 años.

¿Quizás es esta la razón de que muchos movimientos sociales y ONG se comuniquen y se articulen por Internet? ¿No se sienten representados en los medios de comunicación tradicionales?

Puede ser, pero creo que los que toman las decisiones en el mundo todavía leen los periódicos y no se centran tanto en Internet. Tal vez Internet es para el futuro pero hoy día, aún, uno de los espacios de debate más importantes para quienes toman las decisiones son los periódicos.

Por eso me importan tanto los periódicos y los medios de comunicación, porque creo que son el único espacio que hoy tienen las democracias para encontrarse y para que todos los actores sociales puedan debatir. No es que sea una fanática de los medios de comunicación o las ONG, sino que creo que para que no haya tanta violencia en este mundo todos los grupos sociales deben tener un lugar en el que poder decir lo que piensan. Porque cuando no se tiene ese espacio empiezan a arder coches en París. Si ahora analizamos lo que ocurre en Francia y las veces que los medios de comunicación han dado voz a las organizaciones sociales entenderemos lo que está pasando.

¿Qué cosas buenas puede aportar el periodismo social a una sociedad?
Sobre todo, el diálogo. Es bueno en todos los aspectos que en un mismo espacio haya muchas personas dialogando, con muchas perspectivas y diversidades culturales, y que se tengan en cuenta todas sus necesidades.

Para sensibilizar a los periódicos de la necesidad de este cambio y de un periodismo social visitáis las redacciones. ¿Qué enseñáis a los periodistas?

Antes de nada debo decir que poco a poco las redacciones se están abriendo y se muestran receptivas a la capacitación, por lo menos en América Latina. En las redacciones hacemos talleres sobre cómo tratar los temas de infancia y adolescencia, cómo hablar de cuestiones de género… es un proceso y creo que estamos en el buen camino.

En vuestros talleres, ¿se habla también de la forma en cómo se utiliza el lenguaje y de la importancia de este hecho?
Sí, porque todo periodismo ha de tener absoluta responsabilidad en el uso del lenguaje. Las palabras son muy poderosas y debemos saber que podemos utilizar el lenguaje con vocación inclusiva o con intención de discriminación. Un periodista sabe que alguien siempre le va a escuchar y que sus palabras repercutirán sobre sus oyentes o lectores y acentuarán su vocación de incluir a otros o su vocación de discriminar. Y esto se da en cualquier tipo de periodismo, ya sea político, deportivo, de espectáculo…

Además de sensibilizar a los periodistas, ¿formáis a organizaciones sociales para que fortalezcan su comunicación con los medios de comunicación?

Tenemos programas en este sentido y lo bueno es que, además de nosotros, hay muchas otras entidades que trabajan con las organizaciones sociales en este aspecto. En América Latina y España somos una de las pocas organizaciones que trabajamos con los medios informativos, pero no somos pioneros en trabajar con los movimientos sociales para que fortalezcan su comunicación. Y eso es algo también muy importante.