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Breve y moderada respuesta a Rosa Montero que El País no quiso publicar

Elogio del Linchamiento

Fuentes: Rebelión

Es difícil no estar de acuerdo con Rosa Montero cuando afirma que los valores de la civilización humana han costado siglos de lucha y legiones de muertos; pero más difícil aún es entender cómo se relaciona esta frase con la defensa de Israel. Esos valores duramente conquistados cristalizaron, como su única revelación objetiva, en las […]

Es difícil no estar de acuerdo con Rosa Montero cuando afirma que los valores de la civilización humana han costado siglos de lucha y legiones de muertos; pero más difícil aún es entender cómo se relaciona esta frase con la defensa de Israel. Esos valores duramente conquistados cristalizaron, como su única revelación objetiva, en las Convenciones de Ginebra, los diferentes catálogos de DDHH y la carta fundacional de la ONU. En su columna del día 25, Rosa Montero considera la violación de estos principios -ceñidores de toda «civilización» y toda «democracia»- el lamentable «desmán» de un país «democrático» y «civilizado» al que todos deberíamos apoyar. Así la columnista se convierte, por arte de birlibirloque, en el objeto mismo de su denuncia. Pues resulta que, si la democracia y la civilización no residen y se agotan en estos soportes objetivos y convencionales, se transforman de inmediato en principios subjetivos y absolutos; es decir, en la autojustificación de un integrismo teológico que -Dios o Democracia- puede permitírselo todo contra sus enemigos. Ahí la lógica de la civilización coincide de pronto con la lógica de la tribu, que siempre considera bárbaros o sub-hombres o no-hombres a los que no pertenecen a ella. En este contexto, la diferencia civilización/barbarie acaba por producir los efectos paradójicos y perversos que Anatole France denunciaba en una conferencia de 1907: «De nosotros los civilizados, los bárbaros sólo conocen nuestros crímenes». Incluso si, contra todo sentido de la justicia histórica, localizásemos el «origen» de la bíblica agresión israelí de estos días en la captura de unos soldados por parte de Hamas y Hezbolá, la «respuesta» del Estado judío participa al mismo tiempo de los rasgos del pogromo y del linchamiento. Los lectores se sentirán cuando menos confundidos al ver a Rosa Montero defender -en nombre de la civilización y la democracia- la Noche de los Cristales Rotos, al Ku-klux-Klan y a la Cosa Nostra.