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Francia herida

Fuentes: http://quibla.net

Traducido para Rebelión por Germán Leyens Un enfermo mental que circulaba por Épinay-sur-Seine (Seine Saint-Denis) cometió cinco agresiones con un cuchillo entre la tarde del viernes 4 de junio y la mañana del sábado 5 de junio. Sucesivamente hirió a un joven de 17 años de confesión judía, a un estudiante de informática de origen […]

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Un enfermo mental que circulaba por Épinay-sur-Seine (Seine Saint-Denis) cometió cinco agresiones con un cuchillo entre la tarde del viernes 4 de junio y la mañana del sábado 5 de junio. Sucesivamente hirió a un joven de 17 años de confesión judía, a un estudiante de informática de origen argelino, a un portero portugués, a un haitiano y a un repartidor de periódicos originario de Guinea-Bissau. Un sospechoso, detenido el sábado, fue exonerado de toda culpa y liberado el domingo. Por lo tanto, las víctimas del desequilibrado fueron dos «blancos», un «árabe» y dos negros. Lo menos que se puede decir es que el agresor no era racista ya que incluso atacó a un árabe, en circunstancias que él mismo sería, según los testimonios, árabe. Se trata por lo tanto de un banal «suceso serial» en un período de grave crisis social, que lleva a mucha gente a perder el seso. Nada del otro mundo. Pero la reacción de los medios, de las organizaciones judías y de los políticos no deja de ser sorprendente.

Comienzan por concentrar exclusivamente la atención en la primera víctima de la agresión, un alumno de una escuela privada judía, Israel Ifrah, de 17 años. Fue objeto de un comunicado de la presidencia de la república el mismo viernes, de una manifestación de protesta organizada por la LICRA, SOS-Racisme y Ni putes Ni soumises el sábado por la mañana, de una visita del primer ministro Raffarin al hospital el domingo por la noche, de un desplazamiento del ministro del interior De Villepin y finalmente, de un editorial del diario Le Monde, intitulado «Francia herida», sin contar los innumerables comunicados, desde el CRIF a la Federación Protestante de Francia, pasando por «Connec»sion – Informaticiens Juifs de France» y el indescriptible Dalil Boubakeur. Nadie, de todo ese selecto grupo perdió ni un solo pensamiento en las otras cuatro víctimas del «loco de Épinay».

Mejor todavía, el periódico Le Monde se lanzó a una hermosa media vuelta que se parecía más bien a un amaño. En su edición impresa, publicada el sábado 5 de junio con fecha del 6 de junio, dedica un artículo a este asunto, con el formidable título: «Esta agresión antisemita que conmueve a Francia». ¿O sea que Épinay-sur-Seine, es toda Francia? Después, con el paso de las horas, las cosas se desarrollaron: se supo que hubo 4 personas más agredidas y que el árabe sospechoso había sido exonerado. Lo que llevó a la redacción de Le Monde a suprimir ese formidable título de su edición electrónica y a reemplazarlo por un título mucho más neutral: «Adolescente judío apuñalado en plena calle en Epinay-sur-Seine». ¡Qué maravilloso es Internet! No es necesario rectificarse o publicar una autocrítica, basta con borrar y reemplazar los textos que molestan. Por desgracia, mientras exista la imprenta, no se podrá hacer desaparecer todas las ediciones molestas impresas en papel.

En cuanto al editorial publicado el mismo día del artículo con el título modificado, la redacción de Le Monde no consideró que convenía modificarlo. Algunos pasajes:

«Esto sucede en Francia. En Europa. En este país, en este continente, en el que los judíos fueron estigmatizados, perseguidos, exterminados. Dos días antes del sexagésimo aniversario del Desembarco aliado en Normandía, que significaría el comienzo del fin de la barbarie nazi, un joven judío francés, con su kippa, ha sido atacado en plena calle por un hombre que le dio un golpe de cuchillo en el pecho gritando: «Allah Akbar».

«Esto sucedió, el 4 de junio, en Epinay-sur-Seine, en Seine-Saint-Denis, cerca del Instituto talmúdico Nekor Israel, donde estudia el joven. Sus días, felizmente, no parecen estar en peligro.

«El antisemitismo ha entrado a una nueva etapa. No se puede dejar de relacionar los dos eventos. ¡una vez más» ¡de nuevo! ¡judíos víctimas de injurias, de agresiones, de odio! En Europa. en Francia. Y no se puede dejar de compartir el sentimiento de miedo y de sublevación que se hace cargo de la comunidad judía de Francia ante este recomienzo.»

No sorprende que después de tres días de escalada, el padre del joven Israel, Salomon Ifrah haya llegado a hacer la siguiente increíble declaración a Angélique Négroni, enviada especial de Le Figaro en Seine Saint-Denis: «Uno ya no se siente seguro en Francia, declaró, ayer, el padre de Israel. Hoy mismo voy a presentar una solicitud de asilo político en la embajada de Estados Unidos para mí y mi familia». ¡El buen Salomon, que vive en Aix-les-Bains, tendrá que aceptar las críticas de Roger Culkierman, patrón del CRIF! ¡Parece que no ha comprendido que el objetivo de todas estas campañas sobre el antisemitismo en Francia no es que los judíos franceses emigren a Estados Unidos, sino a… Israel! No podemos resistir el placer de reproducir el comunicado del Élysée publicado el 4 de junio, apenas unas horitas después de la agresión contra el joven Israël Ifrah. Que sepamos, ninguna de las otras comunidades afectadas por las agresiones de Epinay, ni la comunidad negra, ni la comunidad árabe, ni la comunidad portuguesa han merecido comunicados semejantes.

«El presidente de la república condena con la mayor firmeza la gravísima agresión de la que ha sido víctima un joven en Epinay-sur-Seine. Expresa su viva emoción a la familia y presenta sus votos de restablecimiento rápido de su hijo.

«Les asegura la determinación de los poderes públicos de ver que el autor de este acto criminal sea arrestado, jugado y condenado.

«El presidente de la república dirige igualmente un mensaje de solidaridad al conjunto de la comunidad judía en Francia, afectada una vez más por una agresión de carácter antisemita, indigna de todos los valores de Francia.

«Recuerda que la tolerancia forma la base de nuestra comunidad nacional. Cada cual debe dedicarse a defender y preservar ese valor fundamental de la Nación.»

El artículo de Le Monde ha provocado numerosos correos de lectores, incluyendo el de Marie H. Fue dirigido a Robert Solé, mediador del cotidiano. Como sin duda no será publicado por el periódico, publicamos a continuación algunos pasajes.

Estimado señor Solé:

Le escribo con mucha tristeza por las víctimas – todas las víctimas – pero también con cólera y vergüenza este domingo 6 de junio, después de su serie de artículos sobre el tema de la primera agresión de Epinay, publicada en Le Monde del 6 y del 7 de junio, introducida por un título que me parece más que fuera de lugar en la actualidad: «Esta agresión antisemita que conmueve a Francia»… Sí, Francia ha sido herida, pero actualmente, hay varias heridas que sangran abundantemente. Sin embargo, sin siquiera esperar que la policía haya hecho su trabajo después de la primera agresión que ha afectado gravemente a un joven judío, tanto los periodistas como los políticos (desde la derecha a la extrema izquierda, preocupados de no cometer ningún error en este período electoral) se han apresurado por una parte de calificar la agresión de antisemita y por otra de determinar inmediatamente que el culpable es un musulmán, subrayando especialmente la expresión empleada por el agresor: «Allah Akbar». Y repentinamente, una noche más tarde, se nos dice que otras 4 personas han sido igualmente agredidas, una de ellas de origen árabe, la otra de origen haitiano, así como un africano y un hombre de origen portugués. En definitiva, resulta que todas esas personas habrían sido víctimas de una persona trastornada mental que es objeto de un tratamiento psiquiátrico.

No obstante, durante varias horas, en una forma de precipitación alarmante, se ha montado una verdadera intriga, no existe otra palabra, implícita o a veces explícitamente contra los musulmanes. Bajo la cobertura de la lucha contra el antisemitismo y de la solidaridad con la primera víctima, todas esas personas que han expresado su indignación en una competencia de palabras, han desplegado a la luz del día, sin vergüenza y sin la sombra de una duda, sus profundos prejuicios raciales hacia los musulmanes.

Digamos las cosas tal como son: todos han cedido ante la manipulación del CRIF (por desgracia no es por primera vez) y de otras organizaciones extremistas judías que no han cesado de ajustar sus cuentas con las últimas decisiones de la justicia, Dieudonné y la lista Euro- Palestina…

Pienso en todas esas personas de origen musulmán que se han sentido heridas una vez más, como si no bastara lo que ocurre en Palestina y en Irak, como si la denuncia de las horrendas imágenes de Abu Ghraib no hubiese tenido suficiente efecto…

Marie H.