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La dialectica del neoconservadurismo y la Sociedad Interamericana de Prensa

Fuentes: Rebelión

«Estamos empeñados en trabajar con ambas partes para llevar el nivel de terror a un nivel aceptable para ambas partes» . George W. Bush ( 2-10-2001) Pseudo-demócratas disfrazados de oveja, los neocons encuentran en la confrontación directa, la psicología y los medios de comunicación convencionales sus herramientas para declararle la guerra al libre pensamiento. La […]

«Estamos empeñados en trabajar con ambas partes para llevar el nivel de terror a un nivel aceptable para ambas partes» . George W. Bush ( 2-10-2001)

Pseudo-demócratas disfrazados de oveja, los neocons encuentran en la confrontación directa, la psicología y los medios de comunicación convencionales sus herramientas para declararle la guerra al libre pensamiento. La Sociedad Interamericana de Prensa su filial en Iberoamérica para desarrollar su estrategia comunicativa basada en la legitimación de la mentira por medio de prejuicios y caracterizaciones marcadas entre buenos y malos. El siguiente ensayo intenta descifrar este mapa «maquiavelico» que actualmente intenta imponerse en el contexto Latinoamericano y que tiene como fin «hacer de la otredad y la razón una utopía».

El 11 de septiembre no solo significó la materialización, la concreción de un acto terrorista de grandes proporciones- cuyo autor no deja de ser motivo de controversia- sino la excusa perfecta para ejecutar el sueño truncado durante mucho tiempo del ala radical del partido republicano tan ávida de confrontación, lucro y caos. En este marco, el proyecto del movimiento neoconservador norteamericano emerge imponiendo el belicismo sobre la lógica y llama a establecer una dinámica de movilización general a través del uso reiterado y continuado de medidas de excepción.

Partiendo del postulado de la «Guerra Preventiva» el llamado de los Neo cons hace eco en la administración Bush – ¿Bush o Cheney?- y a partir de ahí se inicia una política ofensiva que tiene como finalidad preservar el dominio Norteamericano en la escena internacional.

Con el fin de darle forma a su proyecto, los Neocons reconstruyeron, reinventaron de forma mas no de fondo algunos de los elementos de su propia dialéctica política: la distinción tajante entre amigos y enemigos (o estás conmigo o estás contra mí) pasó de ser la «Guerra contra el comunismo» para convertirse en la «Guerra contra el terrorismo». La guerra ideológica y armamentista -contra el comunismo soviético- pasó a ser en el fondo una guerra racial con fines netamente económicos -Contra Evo Morales, los árabes y de manera indirecta contra los inmigrantes no blancos que han llegado o intentan llegar a los Estados Unidos y Europa entre otros-. La principal diferencia entre el discurso conservador (de Reagan hacia atrás) y el neo conservador (De Bush en adelante) radica en el uso que ambos le dan a la intervención militar -que pasa de la guerra fría a la materialización de una ofensiva en la guerra.

Seguidamente con el fin de establecer el dominio total de la mente del ciudadano -inicialmente en Estados Unidos- la «religión neocon» tomó como punta de lanza la estimulación de la paranoia en la población, la cual facilitó al máximo la sodomización de forma continua desde un lugar común para todos: los medios de comunicación.

La identificación de sucesivos «peligros inminentes» le abrió caminos al sofisma erróneo de que, al estar viviendo un momento de zozobra, era necesario dotar a «quienes saben» -la aristocracia política privilegiada con una visión estratégica de la que carecería tanto su población como los gobiernos de otros países- de poderes excepcionales para tomar decisiones sobre cómo hacer frente a los peligros que afectan a la nación, invocando a cada momento la necesidad de actuar en contra de todo aquel que profese alguna religión distinta al cristianismo -entendiéndose por cristiano todo aquel que no acolita el socialismo, ni la pluriculturalidad étnica ni religiosa y que apoya ciegamente la intervención norteamericana sin mediar consecuencias ni victimas- con la convicción de ser los instrumentos de dios en la tierra con la autoridad suficiente para engañar y mantener a la ciudadanía indefensa, confusa y alejada de todo cuestionamiento ante los acontecimientos, decisiones y guerras llevadas a cabo.

Por momentos, la retórica de los neocons revive el discurso de las cruzadas llevadas a cabo por la iglesia entre los siglos XI y XIII contra los musulmanes de Oriente Medio e induce a una respuesta común a dichos interrogantes por parte de un significativo porcentaje de ciudadanos: «preocupémonos por nuestros asuntos que ellos son los únicos que saben cómo gobernarnos y se preocuparán por los nuestros».

De otro lado, sus vertientes ideológicas proceden de diversos autores: Irving Kristol- de origen judío y uno de los fundadores del movimiento que se influenció profundamente de Trotski-, Norman Podhoretz, Charles Krauthammer -ex asesor de Jimmy Carter y creador de la impronta del mundo unipolar-, David Horowitz y Paul Wolfowitz -ex presidente del Banco Mundial de una amplia trayectoria en cargos diplomáticos bajo administraciones republicanas quien fue obligado a dimitir del BM acusado de nepotismo-.

Pero probablemente quien más influenció la actual directriz del movimiento fue Leo Strauss, filosofo judío-alemán quien llega a los Estados Unidos a mediados de la década de los años 30, padre de algunas de las políticas sectarias que actualmente George Bush ha puesto en práctica tales como: la supresión de las políticas de discriminación de las minorías, el corte total de subvenciones a la cultura, la defensa institucional de los valores religiosos, la implantación de una interpretación restrictiva de la libertad de expresión reconocida por la Primera Enmienda de la constitución americana y el recorte del Estado de bienestar y de los derechos de la mujer

En síntesis hay varios elementos en los que coinciden los abanderados del movimiento neocon estadounidense:

  • Una gran mayoría de los estandartes «neocon» norteamericanos son de origen judío y pro-israelí por lo que el discurso religioso y anti-islámico que circula en el gobierno de EEUU es una de sus prioridades -importancia que radica en los intereses estratégicos e imperialistas de EEUU en esta región-

  • Se hacen llamar la élite – uno de los pilares de la llamada «noble mentira» straussiana, que se cimenta, en la necesidad que tiene el filósofo-rey de contar al pueblo ignorante las mentiras necesarias para conseguir el bien de todos-.

  • En su totalidad , sus referentes han sido catedráticos de ciencia política, filosofía y relaciones internacionales en prestigiosas universidades norteamericanas siendo testigos de como su proyecto se ha fortalecido gracias al apoyo financiero de las grandes corporaciones que, a través de fundaciones como la Olin, la Sarah Scaife, la Bradley o el American Enterprise Institute (AEI), han colaborado con cientos de millones de dólares no solo publicando y difundiendo los libros y revistas que han promovido sus ideas, sino también los numerosísimos departamentos universitarios. (1)

El neoconservatismo en Latinoamerica

El movimiento neo conservador latinoamericano en primera instancia nace como consecuencia de las dictaduras militares instauradas alrededor del continente, orquestadas y controladas por los Estados Unidos, las cuales se convirtieron en el «laboratorio internacional» de las políticas teorizadas por los neo con norteamericanos -cuyo mayor auge se dio en las administraciones de Richard Nixon y Henry Kissinger-. El accionar de este movimiento en nuestro continente en las décadas del 70 y 80 tuvo un papel netamente ejecutivo -cumplir con los lineamientos de la banca internacional, del capital transnacional y con las obligaciones «generosas y justas» del FMI-. Por lo tanto la «elite designada» por los Estados Unidos para llevar a cabo esta «noble mentira», capaz de gobernar en Latinoamérica la componen las fuerzas militares, los políticos de los partidos oligarcas tradicionales, y su bastión espiritual -la iglesia-.

Este proceso, que fue denominado de manera errónea neo liberalismo -uno más de los cientos de juegos dialecticos que han utilizado históricamente los neoconservadores para mimetizar sus verdaderos fines- fue llevado a cabo durante veinte años -de los años 70 a los 90- y trajo como consecuencias entre otras cosas: Privatizaciones, aumentos exagerados en la deuda externa que tuvieron como desenlace fugas masivas de capital de los países, colapso de los sistemas económicos, desigualdad, aumento de la brecha de ingresos entre pobres y ricos, cesión a ultranza al capital privado de los bienes de las naciones y proteccionismo al capital privado en detrimento de las mayorías acompañado todo lo anterior por gastos ridículos en inversión social..

En medio de este panorama desolador de saqueo, empiezan a tomar fuerza los movimientos sociales y movimientos políticos en Latinoamérica que aprovechando el descontento generalizado de los ciudadanos con estas políticas, abanderan una causa común: La defensa de la soberanía, la integración y la transformación parcial o total de los sistemas políticos, económicos y financieros del continente así como su integración. A decir verdad lo que hicieron los movimientos de izquierda en Latinoamérica fue capitalizar el descontento de las mayorías con los sistemas reinantes en las urnas.

En este punto -finales de la década de los 90 y el transcurso de este siglo-, se ha vislumbrado un proceso en Suramérica que trajo como resultado el vuelco casi total del panorama político hacia la izquierda- a excepción de Colombia-.

Los resultados electorales toman por sorpresa a los políticos tradicionales quienes se ven obligados a buscar formas de frenar a como dé lugar los procesos de cambio que se dan en el continente por lo que los antiguos «monarcas» se convierten en opositores. Al asumir su nuevo rol de desterrados -al cual nunca estuvieron acostumbrados-, esta oligarquía neoconservadora empieza a buscar apoyo en su mentor -el departamento de estado de Estados Unidos y la CIA-.

Es así como aparecen en este contexto, las operaciones secretas del SOCOM (Mando Secreto de Operaciones Especiales), famoso por haber dirigido la desestabilización e invasión de Irak en distintos países y un plan conjunto entre los medios más influyentes de Latinoamérica tendiente a justificar futuras acciones diplomáticas, políticas e incluso militares contra Cuba y Venezuela -incluidos los países del mal llamado «eje del mal», así como relacionar a este último con grupos terroristas del Medio Oriente (2).

Dicho plan de la aristocracia latinoamericana representada en sus medios de comunicación -los del GDA- en la práctica es orquestado desde la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) quien «amablemente» se presenta a la opinión pública de la siguiente manera (http://www.sipiapa.com/espanol/general.cfm):

La Sociedad Interamericana de Prensa es una organización sin fines de lucro dedicada a defender la libertad de expresión y de prensa en todas las Américas.

Sus principales objetivos son:

Defender la libertad de prensa donde quiera que se impugne en las Américas, Proteger los intereses de la prensa en las Américas, Defender la dignidad, los derechos y las responsabilidades del periodismo, Alentar normas elevadas de profesionalismo y conducta empresarial, Promover el intercambio de ideas e información que contribuya al desarrollo técnico y profesional de la prensa, Alentar un conocimiento amplio y un mayor intercambio de información entre los pueblos de las Américas en apoyo a los principios básicos de una sociedad libre y de la libertad individual

La «cara amable» de la SIP dista mucho de su verdadera realidad.

La SIP es una organización de Estados Unidos que reúne a los grandes dueños de periódicos, diarios y canales de televisión de ese país y de América Latina -canales entre los que encontramos a Telemundo y Univisión, Canal 13 de Perú, Canal 9 de Argentina, Chilevision, Globovision de Venezuela, Tv Azteca, Galavisión y Televisa de México, Caracol y City Tv de Colombia entre otros-.

En la práctica, la SIP opera como brazo periodístico del gobierno estadounidense en la región interamericana, como un complemento imperial facilitador de las políticas regionales del departamento de Estado y del Pentágono que tiene como objetivo lograr difundir e imponer en la ciudadanía hispana las premisas del movimiento neoconservador norteamericano -recordemos que sus fundadores fueron los agentes de la CIA Jules Dubois y Joshua Powers, y el funcionario del Departamento de Estado, Tom Wallace-. Los grandes dueños estadounidenses de periódicos manejan a la SIP con una visión del mundo que coincide con la óptica del poder imperial de Washington, arrastrando consigo a la comparsa de las oligarquías propietarias de periódicos de América Latina.

La acción puntual de la SIP es lograr materializar la Guerra de Cuarta Generación (Fourth Generation Warfare – 4GW), término usado por los analistas y estrategas militares para describir la última fase de la guerra en la era de la tecnología informática y de las comunicaciones globalizadas- premisa de los Neoconservadores representados en los medios de su propiedad a nivel mundial-.

Este postulado comenzó con la formulación de dicha teoría en 1989 cuando William Lind y cuatro oficiales del Ejército y del Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos, titularon un documento: «El rostro cambiante de la guerra: hacia la cuarta generación». En su definición técnica, «Guerra Psicológica», o «Guerra sin Fusiles», es el empleo planificado de la propaganda y de la acción psicológica orientadas a direccionar conductas, en la búsqueda de objetivos de control social, político o militar, sin recurrir al uso de la armas.

Esta estrategia de engaño es develada de manera magistral, directa por Ernesto Carmona en su ensayo La SIP: los amos de la prensa (en América Latina):

«La teoría y la práctica del engaño pretenden hacer creer a los lectores que los propietarios de periódicos son también los dueños de la verdad. Se atribuyen facultades de superioridad sobre la sociedad que nadie nunca les otorgó y actúan como si hubieran sido elegidos para formar parte del Estado según el concepto de la separación de los poderes. Los ciudadanos de la región mal que bien eligen a sus presidentes, legisladores y muchas veces éstos diputados o senadores designan a los jueces. Desde la Revolución Francesa se conforman así los poderes clásicos del estado burgués: ejecutivo, legislativo y judicial. Pero nadie puede elegir a los diarios que desearía leer y menos, los contenidos que le gustaría conocer. La noticia, a menudo tergiversada y maliciosamente comentada, se impone con la fuerza que sólo la riqueza de sus dueños otorga a la tinta y al papel».

Por lo anterior, no es de sorprendernos que en la plana mayor de este notable circulo «demócrata» aparezca un periodista «integro» como lo es Enrique Santos Calderón- primer vicepresidente de la organización-, director del «siempre imparcial y equilibrado» periódico El Tiempo de Bogotá recientemente adquirido por el grupo editorial Planeta, diario que se convierte en la fuente de primera mano a consultar con respecto a quienes son los «buenos» y los «malos» en la situación política colombiana por parte de la ciudadanía latinoamericana -así calumnien, apoyen la desestabilización de gobiernos legítimos con fotos equivocadas y computadores de dudosa procedencia o encubran el accionar mafioso y asesino del paramilitarismo y sus socios en las esferas de poder colombiano-.

A nivel de contenidos la idea principal de la SIP es crear una división clara en la misma izquierda Latinoamericana, distanciarla hasta llegar a dividirla parcial o totalmente, diferenciándola de cara al mundo en la «buena izquierda» – la de aquellos países que han dado continuidad a la circulación del gran capital, protegiendo los bolsillos de los grandes conglomerados y no han impuesto barreras significativas a la especulación financiera de la banca transnacional- y la mala izquierda -la del famoso «eje del mal», que se opone férreamente a ceder los intereses y bienes nacionales para favorecer a los grandes magnates particulares locales e internacionales-.

Otros objetivos puntuales en la agenda del neoconservatismo latinoamericano son: «venderle» al lector y televidente los supuestos beneficios de la apertura a ultranza de los mercados al capital norteamericano -representado en los tratados de libre comercio- mostrando esto como la «salvación», apoyar a candidatos de la derecha y extrema derecha «maquillándolos» como «demócratas», «defensores de la libertad» generadores de «progreso y modernidad» y mostrar a las comunidades étnicas y los movimientos sociales como grupos terroristas, reaccionarios, obsoletos, desestabilizadores del orden -orden que para estas oligarquías obedece al concepto de «quien pone la plata manda e impone el orden»-.

A nivel de estrategia de comunicación -en el ámbito televisivo sobre todo- este movimiento neoconservador «bien representado» en la SIP y el GDA en Latinoamérica, obedece y se nutre de los mismos principios que sus mentores -CNN, CBS, ABC, NBC y FOX- por lo que no es de extrañarse que un noticiero de Antena 3 sea muy parecido a uno de la cadena O’globo o que a su vez al ver Abc News y luego algún noticiero de Globovision o Ecuavisa nos encontremos con muchas coincidencias en el manejo de información. El manejo informativo que impone el neoconservatismo es global y obliga entre otros puntos a lo siguiente:

Primero: La percepción de la realidad se puee moldear. Mucha gente no tiene información directa de los acontecimientos y sólo los puede conocer y valorar por lo que escucha o dicen otros. Ocupar espacios en ese ruido informativo es por lo tanto fundamental para dar argumentos a quienes se desea «manipular» y a su vez hacer dudar a los otros, así se pierda parcial o totalmente la noción de lo que en realidad está pasando.

Ejemplos de lo anterior son los siguientes:

Un periodista de la cadena Globovision -situación extraña por cierto ya que no involucra a la eternamente «imparcial» Ana Karina Villalba- entrevista a un empleado de un medio oficialista y le reprocha que no se haya sumado a una marcha de «periodistas» para reclamar que se respeten los derechos a la libertad de expresión. El empleado le dice que su pensamiento no es ese con respecto al tema y que va a participar en otra marcha -contra los traidores de la profesión-, lo que desata la respuesta iracunda del periodista de Globovision quien le suelta y le quita el micrófono al entrevistado sin dejarle responder. Acto seguido el colérico entrevistador se lanza en ristre contra Chávez, el gobierno, el comunismo, los dictadores, etcétera. Todo este «show» toma nueve minutos y finaliza con un abrupto corte comercial.

En su afán de darle un tinte «amarillo» a la situación entre Colombia y Ecuador, el periódico El Tiempo publico una foto -según el diario suministrada por la Policía Colombiana- en la que según la primera versión, Gustavo Larrea -canciller de Ecuador para ese entonces- aparecía en fotos «comprometedoras con Raúl Reyes- segundo hombre de las FARC-. De lo anterior se hizo eco a nivel mundial, se polemizó a más no poder, se sacó el mayor provecho hasta el momento en que finalmente se supo que el de la foto no era él, sino el dirigente del Partido Comunista Argentino Patricio Etchegaray, lo que detonó un escándalo en el preciso momento en el que la OEA discutía una resolución para dirimir la incursión colombiana en Ecuador.

Con respecto a los casos anteriormente nombrados, es importante reflexionar sobre cómo esta sobrestimulación sensorial y cognitiva obliga a que los mensajes tengan que ser cada vez más impactantes para que primero se procesen y luego se retengan, por ello, no es de extrañar que estos medios manipuladores incluyan música que le de suspenso al mensaje, imágenes y textos de tipo amarillista así como comentarios que sugieren una postura política al televidente por parte de los presentadores. Esta dinámica nos está conduciendo a una información cada vez más burda y sin contenidos profundos, que nos hace a la vez menos sensibles, resistentes a los estímulos.

Segundo: Descalificar al político en lugar de criticar sus políticas. No es que se esté en desacuerdo con tal o cuál propuesta, sino que quien lo propone es incapaz, flojo, sin ideas etc. La técnica neo con exige destruir la confianza en las personas y en los dirigentes políticos ya que, según ellos, no hay tanta diferencia entre las políticas a aplicar. El problema no es qué hacer, sino quién lo hace. Por eso llegan al absurdo de criticar cosas que hacen otros aunque sean idénticas a las que hicieron ellos cuando gobernaban- caso Rafael Caldera, Andrés Pastrana entre otros-.

En la reciente pugna por la alcaldía de Bogotá los contendores Enrique Penalosa -respaldado por Álvaro Uribe- y Samuel Moreno -del movimiento de izquierda Polo Democrático Alternativo- se vieron enfrentados y en el caso de Moreno, este tuvo que verse expuesto a una campaña dentro de la misma campaña -soportar la parcialización de la prensa en sus entrevistas, ir a debates electorales en donde el moderador restringía el campo de acción de sus respuestas, responder preguntas malintencionadas hechas con el fin de hacerle cometer errores en debates televisados entre otros-.

La cresta de esta «ola» se vio cuando el mismo presidente Uribe en uno más de sus cientos de ataques verbales contra la oposición no tuvo ningún reparo en decir «Que no se equivoquen allá (…) eligiendo alcaldes respaldados por la guerrilla y que además compran votos», en clara alusión al candidato del polo (3). Esto sucedió en la víspera de las elecciones sin ningún tipo de reproche o rechazo por parte de unos medios que mantuvieron una posición permisiva, cómplice, casi descarada en esta situación.

Los ataques de la prensa y el mismo presidente fueron sorpresivamente interpretados por los electores de manera contraria. La gente supo leer muy bien la mala intención de la «maquinaria» contra Moreno y se identificó mas con el candidato que a pesar de todo siguió yendo a los debates -posición contraria a lo que hizo Peñalosa al inicio de la campaña quien se negó a ir a varios de estos a pesar de tener el campo a su favor-. Moreno declararía al respecto: Pero el que armó esta campaña contra mí me hizo un gran favor, porque la gente está indignada y en los recorridos nos ha dado su afecto y apoyo». (4) 

La manera arrogante de Peñalosa fue opacada por la calidez y humor de Moreno quien sabiendo la desventaja mediática que tenia, supo recorrer de manera inteligente la ciudad para mostrar sus propuestas contrario a su retador quien se dedicó a hacer «lobby» en foros de empresarios y en Universidades privadas; En uno de esos debates televisados de manera cómica Moreno dejó en claro el lugar que le correspondía: «Aquí estoy jugando de visitante: la cancha, el árbitro y hasta las porristas están a favor de Peñalosa», dijo, en alusión a que EL TIEMPO, propietario de Citytv, se declaró en sus editoriales a favor de Enrique Peñalosa». (5).

Finalmente todo culminó con una victoria avasallante de Samuel Moreno en las urnas a pesar de los cientos de ataques y rumores, lo que provocó la ira una vez más del presidente Uribe quien posterior a la elección se negó a entrevistarse con el nuevo alcalde en repetidas ocasiones (6)

Tercero: No hay adversarios sino enemigos. La pugna política no es entre partidos u organizaciones que defienden intereses, visiones o posiciones distintas en un espectro político en donde hay unos requisitos mínimos de convivencia y respeto, sino entre grupos que no tienen nada en común -Evo Morales es un indio comunista ¿cómo un indio comunista nos va a gobernar a nosotros los blanquitos cruceños?: independicémonos de esos coyas-.

En últimas se obliga al ciudadano promedio a pertenecer, a parcializarse totalmente y a limitar su espacio de decisión a una sola respuesta: O conmigo o contra mí es la esencia de este planteamiento que se extiende en otros entornos diferentes al político. Sólo la victoria total para llegar al poder, es una opción. No importa que «mala jugada» haya que hacer para lograr estar ahí o acceder a él -computadores adulterados señalando a gobiernos o partidos de oposición «herejes», marchas burguesas reclamando «mejores garantías» para los humildes exportadores de soja-, porque se hará lo que se pueda o lo que sea necesario para mantenerse en él.

Esta estrategia de confrontación directa alimentada y utilizada de manera sutil, a veces de manera descarada, por los medios de comunicación corporativos para cubrir las noticias en el mundo entero -estos son los buenos y estos otros son los malos, por lo tanto no hay nada que negociar o consensuar-, ha sido una de las premisas históricas de los neocons que ante la imposibilidad de hacerla posible en lo político y sobre todo en el campo militar antes del 11 de septiembre -sobre todo en la época Reagan- llevaron el enfrentamiento al campo publicitario en donde el objetivo era enfrentar un producto de manera directa con otro -entre cocacola y pepsi por ejemplo- . Esta confrontación directa probada con éxito en el marketing se traslado posteriormente a lo que hoy se denomina marketing político en la base de las campañas políticas-sobre todo presidenciales-.

Un ejemplo de esta estrategia tuvo lugar en Paraguay donde la guerra mediática frontal contra Fernando Lugo se instauró desde los medios más influyentes en la opinión paraguaya- cadena Multimedia (Diario Popular, Radio UNO y Radio Laser) y el grupo Nicolás Bó -propietaria del diario Noticias, Radio Cardinal y Canal 13 (7)-.

La estrategia se empezó a intensificar a medida que se iban acercando los comicios del 20 de abril, a menos tiempo de la elección, mayor deslegitimación contra Lugo especialmente a nivel internacional-. La agitada ofensiva televisiva contra el «demonio» Lugo fue subiendo de tono hasta el punto de que el mismo presidente Duarte Frutos empezó a hacer campaña a favor de su ministra -Blanca Ovelar candidata del partido colorado y ministra de educación- utilizando la especulación como herramienta, primero afirmando que habían ingresado a Paraguay «agitadores sociales» traídos de Venezuela, Ecuador y Bolivia y luego expresando abiertamente que eran seguidores del ex obispo que llegaban al país para hacer un caos.

Posteriormente la afirmación del presidente no se quedó en simples palabras, y la «cacería» de «posibles agitadores» extranjeros se intensificó. Los primeros «conejillos de indias» fueron un grupo de seguidores colombianos que vinieron a presenciar el partido por la copa Libertadores de América entre el Nacional de Medellín y Sportivo Luqueño, y que se quedaron en Asunción mientras llegaba el momento de partir hacia Sao Paulo donde ese mismo equipo jugaría con el equipo local. Los hinchas fueron apresados y encarcelados en la comisaría 15ª, Metropolitana y posteriormente liberados.

Seguidamente, el rumor -uno de los fuertes de los medios de comunicación para generar percepciones erróneas de sus enemigos- de posibles atentados terroristas llegó a su momento más crítico con lo sucedido en el hotel donde estaban hospedados los observadores internacionales, lugar donde se recibió una llamada anónima de amenaza de bomba unos días antes de las elecciones -llamada de dudosa procedencia-.

Posteriormente dicho evento fue desmentido por los propios observadores de la OEA quienes de acuerdo al análisis que realizaron, contradijeron al jefe de Estado y dijeron que en Paraguay no había tales agitadores -todo resultó ser una burda cortina de humo, estrategia bien conocida por los políticos hegemónicos latinoamericanos-.

Todo lo anterior sucedió mientras los medios controlados por el grupo Wasmosy y la familia Bo en asocio con la SIP y el mismo partido colorado le daban el «adecuado cubrimiento» a la situación: Desestabilizar psicológicamente a la población por medio de atentados «fantasma» y amenazas de dudosa procedencia, aterrorizarla mientras mostraba a su beneficiario -en este caso el continuismo de la casta «colorada»- como el único partido que puede proteger a la ciudadanía de la amenaza terrorista -encarnada en el «demonio» Lugo al cual se le relacionaba con Opresión, Dictadura y Fundamentalismo mientras sus contenedores se les exponía como los defensores de la democracia -palabra relacionada con Libertad, Estado de Derecho y Mundo Libre según su léxico que nunca acude a la memoria-. En ultimas el mensaje final apuntaba a lo mismo «si votas por Lugo vamos a quedar en manos de los terroristas».

Como hemos visto, la técnica del neo conservatismo mediático acude a cualquier tipo de artimañas con tal de lograr lo que se quiere pero tiene un problema básico: carcome desde sus entrañas la democracia tal y como la entendemos ya que excluye la razón y el debate que es la esencia conceptual y práctica de las democracias actuales.

Así, de forma paradójica, quienes se dicen llamar «los abanderados de la democracia y el orden existente», son quienes están actuando para omitir dar información completa, oportuna, con análisis y propuesta, con diversos puntos de vista y contextos, sobre los procesos sociales, sus etapas, sus actores y funciones, precisando metas y logros, todo lo anterior con el fin de darle al receptor herramientas útiles para opinar, para educarse sobre sus deberes y derechos, orientándolo a generar opinión mediante el debate público articulado.

Aquí el dilema planteado es que dichos medios han perdido toda ética social con respecto al manejo de la información y las reglas de juego de la democracia tradicional, sustituyéndolas por un espectáculo agresivo, de confrontación total y permanente contra todos y contra todo.

Visto desde afuera, la técnica mediática del neoconservatismo tal vez asegure el raiting -tan indispensable en un ámbito mercantilizado y poco ético que se alimenta de la pauta publicitaria-, tal vez asegure televidentes y lectores -seres maleables que obedecen a estímulos periódicos de choque, receptores no de noticias sino de»comidilla» y «rumores»- dándole un contexto de «conventillo» a la emisión de información, proceso no ajeno al encubrimiento y la manipulación premeditada entre lo «políticamente rentable» y lo «políticamente susceptible de ser omitido».

Esta intención tácita anteriormente descrita de los medios neo conservadores reunidos en la SIP es resumido de la siguiente manera en palabras de George Orwell: «existe un acuerdo general y tácito sobre ciertos hechos que ‘no deben’ mencionarse. Esto es fácil de entender mientras la prensa siga tal como está: muy centralizada y propiedad, en su mayor parte, de unos pocos hombres adinerados que tienen muchos motivos para no ser demasiado honestos al tratar ciertos temas importantes».

Mientras lo anterior siga ocurriendo la ciudadanía no tendrá que dedicarse a leer y ver noticias que provienen de medios de comunicación «responsables», sino por el contrario tendrá que aprender a «leer entre líneas» «analizar» y «codificar» los contenidos confrontados con el fin de quitarse la venda que le supone la información recibida. Cuando esto realmente ocurra, quienes intervienen en este proceso tendrán que entrar a cuestionar lo que anteriormente asumían como algo irrefutable: los medios masivos de comunicación nunca mienten.

http://pandolfidigital.blogspot.com

(1) Diario la nación: El mundo baila con Strauss por Josep María Ruiz Simón.

(2) Agencia de Prensa Mercosur : La CIA impulsa campaña de prensa en América Latina (Víctor Ego Ducrot)

(3) Radio Santafé: El presidente Uribe descalifica a Samuel moreno; el polo democrático responde

http://www.radiosantafe.com/2007/10/26/el-candidato-samuel-moreno-rechaza-apoyo-de-las-farc/

(4) (5) Observatorio de Medios: Intenso pulso Moreno-Peñalosa

http://www.mineducacion.gov.co/observatorio/1722/article-137061html

(6) El izquierdista Samuel Moreno logra la alcaldía de Bogotá

http://www.elconfidencial.com/cache/2007/10/28/23_colombia.html

(7) Los medios masivos de Comunicación y la Construcción de la Hegemonía. Por Omar Valenzuela