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El Proyecto por Excelencia en Periodismo analiza la situación de los medios en Estados Unidos

La respuesta está en el periodismo

Fuentes: Etcétera

El Proyecto por Excelencia en Periodismo realiza una serie de reportes anuales sobre el estado que guardan los medios en EU. En la batalla entre idealismo y mercadotecnia, han ganado los gerentes que aseguran haber levantado «el yunque ético» en el periodismo. El panorama es poco alentador. Sin embargo, el propio reporte asoma alguna esperanza […]

El Proyecto por Excelencia en Periodismo realiza una serie de reportes anuales sobre el estado que guardan los medios en EU. En la batalla entre idealismo y mercadotecnia, han ganado los gerentes que aseguran haber levantado «el yunque ético» en el periodismo. El panorama es poco alentador. Sin embargo, el propio reporte asoma alguna esperanza cuando concluye que en el periodismo está la respuesta. Los editores de etcétera coincidimos con esto.

Si examinas los encabezados de 2005 resulta inevitable hacerte esta pregunta: ¿recordaremos éste como el año que dio inicio a la desaparición del periodismo impreso?

Conforme transcurría 2005 se acumulaban las noticias sombrías: el New York Times despediría a 60 personas de su redacción; Los Angeles Times a 85; el San Jose Mercury News, del grupo de prensa Knight Ridder, al 16% de su fuerza laboral, y el Philadelphia Inquirer al 15% (esto después de haber despedido al 15% cinco años atrás). Para el mes de noviembre, los socios capitalistas de una de las cadenas de periódicos más modestas, en el manejo de sus finanzas, Knight Ridder, pusieron ésta a la venta.

Aún más preocupante, el problema no era la economía general del país, sino las tendencias dentro de la propia industria ­bajas en la circulación, presión en los ingresos y precios de las acciones que habían bajado 20% durante el año.

Y el problema no se limitó a periódicos; también revistas de la talla de Newsweek, U.S. News y Business Week sintieron el golpe. La más grande de estas compañías, Time Inc., recortó a 205 de su personal debido a pérdidas en sus ingresos por circulación y publicidad, y prometió evolucionar de «editora de revistas» la «compañía de medios de plataformas múltiples».

El ex decano de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, Tom Goldstein, concluyó: «A menos que respondan inmediatamente a las tendencias cambiantes, los periódicos corren el riesgo de desaparecer pronto».

¿Será cierto? ¿De ahora en adelante irá en declive la entrega de noticias en medios impresos? Los periódicos son las organizaciones noticiosas más grandes en la mayoría de las ciudades del país, y en Internet son la mayor fuente de noticias. ¿Qué es lo que presagiaría su decaída?

Hemos concluido que lo que ocurre no es el fin del periodismo tradicional que algunos han predicho; más bien, se trata de una transformación sísmica del contenido periodístico y de la forma en la que la gente se entera del mismo. Gradualmente, los periodistas han dejado de desempeñar el papel de guardianes de la información, y el ciudadano común comienza a desempeñar cada vez más el papel de organizador, editor, e incluso creador de su propio material informativo.

En 2005 estos cambios se intensificaron. El cambio por parte de muchos lectores a alternativas en la entrega de contenidos aceleró los problemas para los medios impresos. Situaciones que tan sólo dos años atrás parecían futuristas, como poder ver las noticias en una agenda electrónica, comenzaron a convertirse en realidad. También creció el papel que desempeñaban los buscadores como Google, y nuevos escándalos en los medios tradicionales parecían confirmar que algunos periodistas se preocupan más por sus carreras que por los intereses del público.

Nosotros consideramos que algunos de estos temores son exagerados. Por ahora, la evidencia no respalda la noción de que los periódicos hayan comenzado a irse a pique. Es probable que las caídas de circulación y los recortes de personal se nivelen en un 3% para este año. Además de esto, cabe mencionar que la industria alcanzó márgenes de ganancias del 20%. Combinando medios impresos y digitales, la audiencia de muchos periódicos es más alta que nunca.

Por otro lado, la reacción excesivamente optimista a estos cambios ­que simplemente reflejan la evolución de los medios, y que ahora la gente tendrá más opciones que nunca­ nos parece demasiado simplista, incluso ingenua.

Aun si los periódicos no están desapareciendo, tanto éstos como otros medios tradicionales están encogiéndose, al igual que la cantidad de recursos disponibles para realizar investigaciones periodísticas.

Tendencias importantes

En 2006 emergen seis tendencias nuevas que merecen ser resaltadas; éstas se suman a las subyacentes que están transformando el periodismo. Este año:

· La nueva paradoja del periodismo es que hay más medios informativos cubriendo menos noticias. A medida que prolifera el número de medios informativos, la audiencia para cada uno tiende a encogerse y se reduce el número de periodistas en cada organización. A nivel nacional, estas organizaciones aún tienen que cubrir los grandes eventos; por lo tanto, cada vez hay más reportajes sobre el mismo número de noticias. Y, cuando surgen las grandes noticias, a menudo son informadas de forma similar por reporteros que cuentan con pocas fuentes y tiempo limitado. Por otro lado, tener a tanto personal cubriendo tan pocas noticias ha facilitado que quienes protagonizan las noticias ejerzan mayor control sobre la información que llega al público; un ejemplo de esto es que las autoridades rápidamente acordonan a las crecientes multitudes de corresponsales, técnicos y fotógrafos, ubicándolos en salas de prensa lejos del lugar de los hechos. Una de las razones por las cuales resaltaron las noticias sobre el huracán Katrina en 2005 fue que, en medio del caos, las autoridades no tuvieron la capacidad de ejercer este control sobre los periodistas, a pesar de que se reportaron algunos esfuerzos por restringir el acceso a periodistas, incluyendo un caso en el que se mantuvo a raya a periodistas a punta de pistola. En su mayor parte, el público y los gobernantes se enteraban de los hechos por medio de periodistas que esta-ban descubriendo las cosas por sí mismos.

· El tipo de periódico que corre el mayor riesgo es el periódico metropolitano que dominó la segunda mitad del siglo XX. Los tres rotativos nacionales de mayor importancia en Estados Unidos no reportaron caídas en su circulación durante 2005, y las pérdidas para los periódicos pequeños aparentemente fueron modestas; los diarios metropolitanos fueron los que presentaron las caídas de circulación más fuertes y que hicieron los mayores recortes de personal. Aquellos grandes periódicos intentan cubrir las noticias de las áreas conurbadas, así como los acontecimientos regionales y nacionales, todo al mismo tiempo: intentan ofrecer todos los servicios de información a una audiencia enorme. En parte, están perdiendo terreno a publicaciones de menor tamaño que se enfocan en nichos de mercado, proporcionando sus servicios a comunidades más pequeñas y audiencias selectas. Sin embargo, nuestros estudios señalan que los periódicos metropolitanos son las organizaciones de noticias que cuentan con más recursos y mayor motivación para actuar como vigilantes de las instituciones gubernamentales; para identificar las tendencias, y para definirse como el foro público de la comunidad mayor. Es poco probable que los pequeños diarios o semanarios locales estén a la altura de esta responsabilidad. Además, mientras que los semanarios alternativos y la prensa étnica han crecido, muchos pequeños diarios locales han desaparecido.

· En varias compañías de medios tradicionales, aunque no en todas, terminó la añeja batalla entre idealistas y capitalistas. Los idealistas perdieron. Los problemas de 2005, especialmente en los medios impresos, asestaron un duro golpe a la lucha en favor del periodismo humanitario. «Hoy en día, si tocas el tema de la confianza del público, te toman por obstruccionista o romántico», nos comentó en privado el editor de uno de los diarios más importantes del país. En una reunión el año pasado, un ejecutivo de una de las tres cadenas televisivas más importantes del país le dijo a directivos de compañías mediáticas que «el yunque ético había sido levantado», dando a entender que se podía prescindir de las nociones tradicionales de decoro periodístico. Frustrado, uno de los editores de mayor renombre del país, John Carroll, de Los Angeles Times, abandonó el oficio en 2005, pero no antes de tomar varias semanas para persuadir a su sucesor de no tomar la misma elección. El más distinguido periodista de la ABC, Ted Koppel, dejó esta cadena por las noticias de cable, pero sólo después de declarar que ni las cadenas de cable ni las cadenas televisivas concordaban con los principios a los que él aspiraba. Probablemente fue Polk Laffoon IV, el portavoz de Knight Ridder, quien ofreció la explicación más convincente de por qué el periodismo humanitario había perdido fuerza. «Quisiera que hubiese una correlación identificable y fuerte entre el periodismo de calidad y los márgenes de ganancias de periódicos», comentó. «No es tan sencillo». De ahora en adelante, en varias compañías de medios, la lucha en favor de los intereses del público será peleada por aquellos en la base de la pirámide periodística, con los niveles gerenciales como mediadores entre ésta y los comités ejecutivos. Hay, sin embargo, algunas excepciones notables y, hoy en día, los periodistas que trabajan bajo esas condiciones se consideran afortunados. Mientras tanto, en varias compañías de medios emergentes, no hay muchos indicios de que siquiera exista la presencia de quienes abogan por los intereses del público.

· Habiendo dicho esto, los medios tradicionales sí parecen estar finalmente encaminándose hacia la innovación tecnológica. En reportes anteriores, las verdaderas inversiones y creatividad parecían provenir en su mayor parte de organizaciones no noticiosas como Google. En la práctica, aun si no en la retórica, los medios tradicionales veían Internet como una plataforma para exponer material viejo. En 2005, aunque la evidencia de esto era escasa y los esfuerzos eran socavados por falta de capital, vimos señales de que este patrón comenzaba a cambiar. Un factor importante que propició este cambio fue que mucho del crecimiento en ingresos de estas compañías noticiosas ahora se debía a productos digitales y de nicho, como son los periódicos para jóvenes. Tomemos un caso de las cadenas televisivas como ejemplo: el noticiero de la ABC ahora puede verse en línea tres horas y media antes de que se pase por televisión. En el caso de los medios impresos, varios periódicos anunciaron que reorganizarían sus operaciones digitales. Un memorando interno de Los Angeles Times, que era bastante típico, convocaba a crear «una operación de noticias digitales diferente, que tomara en cuenta las expectativas cambiantes de los lectores». En esta transición, varias interrogantes fundamentales quedan sin respuesta. Una de ellas es si a los jóvenes les interesa en lo absoluto los nombres de estos medios tradicionales. Otra es que, aun si estos medios de renombre finalmente intentasen tomar seriamente el paso hacia el mercado digital, ¿podrán cambiar su cultura, o sucumbirán ante su tendencia natural a favorecer sus plataformas tradicionales?

· La nueva competencia para los medios tradicionales, los agregadores como Google y Yahoo!, también están jugando con fuego. Tratándose de noticias, lo que compañías como Google están vendiendo es material ajeno, el de los mismos medios tradicionales a los que les están quitando ingresos. Mientras más éxitos logran estos negocios digitales, más asfixian el producto que promueven, al menos que este modelo económico cambie radicalmente. Desde ahora hay resonancia sobre este tema. En 2006, se espera que los medios tradicionales le exijan a compañías como Google News que comiencen a pagar por el contenido que utilizan. Otra opción para estas empresas digitales es comenzar a producir su propio material, y ya desde ahora vemos que hacia allá se encaminan; en 2005, Yahoo! anunció que contrataría algunos periodistas, aunque el esfuerzo todavía es mínimo. ¿Podrán estos nuevos rivales convertirse en algo más que compañías tecnológicas? Y de ser ése el caso, ¿irán más allá de la retórica cuando se trate de tener lealtad hacia los valores del periodismo en el interés del público?

· La pregunta central, económicamente hablando, es cuánto tiempo le tomará a los medios digitales convertirse en un verdadero motor económico, y si alguna vez tendrán la importancia de los medios impresos o televisivos. Si los ingresos que obtienen los periódicos por sus operaciones digitales continúan creciendo al ritmo actual ­un improbable 33% al año­ no alcanzarán niveles equivalentes a los ingresos obtenidos por la venta de material impreso sino hasta 2017 (esto suponiendo que los ingresos de medios impresos crezca sólo 3% anualmente). Viéndolo desde una perspectiva realista, aun con los menores costos de entrega, serán años antes de que los medios digitales rivalicen económicamente con los medios tradicionales si es que alguna vez llegan a hacerlo. Esfuerzos recientes para conseguir que los consumidores paguen por contenido digital avanzaron algo en 2006, pero sólo ligeramente. Todo esto únicamente respalda la probabilidad de que la próxima batalla entre medios tradicionales y medios digitales involucre que los primeros exijan a los segundos pagar por el material que distribuyen, el modelo que actualmente existe en el caso del cable.

· Aquellas tendencias se suman a otras que hemos identificado en años recientes. Entre ellas: que el modelo tradicional de periodismo (la prensa como verificador) está cediendo lugar ante otros modelos que son más rápidos, versátiles y económicos; para adaptarse a esto, el periodismo debe tomar el camino de la transparencia y más pericia en su trabajo, además de ampliar el alcance de sus sondeos; aquellos que pretenden manipular a la prensa y al público están obteniendo ventaja sobre los periodistas que los investigan; la convergencia es más ineludible y se vislumbra menos amenazante mientras más se analice el comportamiento del público; la noción de que las personas gravitan alrededor de un modelo de prensa parcial es exagerada.

Audiencia

Cada vez existe mayor presión para que se mejoren los métodos para medir la audiencia. Y en este caso varias fuerzas convergen. Para empezar, cada medio mide su audiencia de manera distinta. Los usuarios de Internet se cuentan mensualmente; los televidentes se cuentan casi minuto a minuto, y los periódicos miden su audiencia por ejemplares vendidos, no por número de lectores. Al mismo tiempo, cada vez más organizaciones noticiosas ofrecen su contenido a través de diversos medios, haciendo aún más difícil obtener una figura precisa de la cantidad de audiencia.

Creando aún más presión, los anunciantes exigen conteos más precisos para así decidir cómo gastar su dinero. En una época en la que Internet ofrece información precisa y detallada, no sólo sobre cuántas personas visitan un sitio Web, sino por cuánto tiempo permanecen en éste y cuáles secciones o publicidad exploran, los métodos anticuados aún empleados para medir audiencias de radio y televisión parecen arcaicos. Por ejemplo, las minorías en Estados Unidos sospechan que han sido contadas incorrectamente por la consultora Nielsen.

Nuevas plataformas, desde las cuales difundir medios, han hecho que los métodos antiguos de medición de audiencia parezcan insuficientes. La audiencia de radioescuchas ahora incluye el podcasting, la radio satelital y más. El número de gente que escucha es una cosa; por cuánto tiempo escuchan es otra; desde dónde escuchan es una tercera cuestión.

Algunos medios están activamente buscando nuevos sistemas de medición, pues los métodos antiguos no resultan tan confiables. Los periódicos, por ejemplo, quieren un conteo de audiencia total, que combinaría a los lectores de material impreso y de material digital (que tiene un número mucho mayor al de la circulación de ejemplares impresos).

Tratándose de los números básicos, 2005 fue un año difícil para la mayoría de los medios informativos.

En los primeros dos años que llevamos acabo este reporte encontramos que sólo los medios digitales, étnicos y alternativos habían tenido crecimiento en su audiencia; ahora, incluso ese panorama es incierto.

La audiencia en general para noticias en línea, por ejemplo, creció poco o nada en 2005, de acuerdo con datos de varios estudios. Y estudios de mercado efectuados en marzo por una agencia basada en Dallas, Texas, sugieren que la audiencia para noticias digitales podría haberse nivelado, mucho antes de lo anticipado. Sin embargo, aquellos que usaban Internet para obtener noticias parecían estar haciéndolo con mayor frecuencia. Particularmente, parecían estar en crecimiento los sitios Web de periódicos, pero cada vez había más evidencia de que este crecimiento era a costa de la cantidad de usuarios que compraban las publicaciones impresas, lo que en términos económicos resulta costoso.

La prensa étnica, donde los números son aún más dudosos, también mostró señales de estar en desaceleración. Aun los datos reunidos por grupos que abogan a favor de esta industria, los cuales a veces se sospecha tienen actitudes ventajistas, mostraron bajas en la circulación de diarios en español. Mientras tanto, la televisión en español mostró crecimiento. Univision, la cadena más importante de habla hispana y la número cinco en Estados Unidos, tuvo un incremento de 19% en su audiencia de horario estelar durante el tercer trimestre del 2005, comparado con el mismo periodo de 2004. Por otro lado, dos estudios separados mostraron que un gran porcentaje de la minorías, entre el 70% (Pew Hispanic Center) y el 87% (New America Media) consume algún tipo de medios étnicos.

Por otra parte, la prensa semanal alternativa continuó creciendo. Su circulación llegó a 7.64 millones en 2005, el número más alto desde 2001.

El resto de los medios continuaron pasando tiempos difíciles. Las noticias por cable vieron sus niveles de audiencia de horario estelar crecer 4% y los niveles de audiencia de horario central 3% en 2005, de acuerdo con datos proporcionados por Nielsen Media Research. Pero empleando la medida más volátil que prefiere la industria del cable ­el promedio simple­ los niveles de audiencia no tuvieron incrementos ni pérdidas.

Nosotros preferimos el promedio mediano al simple, porque es menos susceptible a cambios erráticos causados por noticias momentáneas como el huracán Katrina. Sin embargo, aun usando nuestro método de medición, sólo uno de los tres canales de cable principales mostró crecimiento: Fox, que tiene más de la mitad de la audiencia de cable a cualquier hora (55% durante el horario central y 59% durante el horario estelar). Pero hay un nuevo factor en el horizonte; Headline News, de la CNN, ahora rebasa a MSNBC en audiencia acumulativa (el número de gente diversa que sintoniza durante el curso de un mes). Tomando cualquier medida, CNN continúa siendo líder indiscutible en audiencia acumulativa, con siete millones de espectadores.

En otros frentes, las noticias fueron más sombrías.

Los periódicos, como se comentó anteriormente, tuvieron una preocupante caída en circulación durante 2005, aproximadamente 3%, tanto en domingos como en el resto de la semana. Entre 1990 y 2004, la industria ya había perdido aproxima-damente 12% en circulación diaria (7.7 millones de ejemplares) y 8% en domingos (4.9 millones de ejemplares). Algunas de las primeras caídas fueron causadas por la desaparición de los periódicos vespertinos. Resulta más preocupante aún que las últimas pérdidas sean causadas por un fenómeno que sólo parece tomar fuerza: la migración de lectores a medios digitales.

El panorama para el otro medio impreso importante, las revistas, no parecía tan sombrío, pero, al igual que ocurría con los periódicos, las publicaciones que ofrecían noticias eran las que sufrían mayores pérdidas.

Las tres grandes revistas de noticias continuaron en caída. Time perdió 81 mil lectores (1.9%), Newsweek perdió 54 mil (1.7%), y U.S. News perdió 15 mil (0.7%), de acuerdo con el Audit Bureau of Circulations. Sin embargo, esos números podrían reflejar desplazamientos, en lugar de una caída general. Las audiencias de otras publicaciones continuaron creciendo. Las revistas The New Yorker y The Economist, enfocadas a lectores más selectos, tuvieron pequeños aumentos de audiencia. Y una nueva revista de noticias que ofrece algo totalmente diferente, The Week, que no tiene reporteros, sino que presenta un compendio de los eventos semanales tomando el material de otros medios, creció casi 40%. Los números aún son pequeños, sólo 65 mil, pero es un fenómeno interesante.

En el campo de la televisión las tendencias tampoco fueron prometedoras.

Los niveles de audiencia de los noticieros vespertinos de las cadenas más importantes continuaron en caída durante 2005, con otro 6% de noviembre a noviembre. Los niveles de audiencia de los noticieros matutinos, que permanecieron sin cambios en 2004, también cayeron, por 4%, durante una preocupante tendencia de dos años seguidos.

Los noticieros locales tuvieron fluctuaciones y algunas señales esperanzadoras que habían surgido el año anterior parecieron disiparse. En 2004, las caídas en audiencia de años recientes parecían estar nivelándose. En 2005, quizá porque no hubo elecciones presidenciales que proporcionaran estímulo, los niveles de audiencia del horario estelar cayeron nuevamente, 13%, según nuestro conteo. Y había indicios de que el crecimiento en los niveles de audiencia del horario central de los noticieros locales había llegado a su tope. Según nuestras mediciones, los niveles de audiencia para los noticieros matutinos habían caído 7%. En la otra cara de la moneda, sin embargo, había señales de que los noticieros matutinos podrían estar mejorando. Nuestros números mostraban un alza en los niveles de audiencia de 7% para 2005. Valdrá la pena observar si se trata del acontecimiento de un solo año o si es el comienzo de un cambio más duradero.

La radio puede ser el medio más complicado de todos, en parte debido a la amplia y rápidamente creciente variedad de nuevas alternativas. La audiencia para la radio tradicional se mantuvo, con un 94% de los estadounidenses declarando que escuchaban la radio cada semana, de acuerdo con datos proporcionados por Arbitron. Sin embargo, ese número podría desplazarse próximamente a medida que los anunciantes y publicistas exigen métodos más precisos para medir los niveles de audiencia.

Al mismo tiempo, sin embargo, surgieron nuevos competidores. Para fines de 2005, las cadenas de radio satelital, XM y Sirius, tenían nueve millones de suscriptores, un alza de 116% respecto del año anterior. Eso es poco en comparación a los 247 millones de radioescuchas de las cadenas tradicionales, pero el número está creciendo.

Mientras tanto, entre 2000 y 2005, el número de estadounidenses que habían escuchado radio por Internet creció de 5 a 15%, de acuerdo con datos proporcionados por Arbitron. Y el podcasting ­bajar audio desde una computadora para escucharlo en un aparato portátil­ parece estar hecho a la medida para las noticias. Para ejemplificar, los podcasts de la Radio Pública Nacional de Estados Unidos figuraban regularmente en la lista del iTunes Top 100. El 21 de noviembre de 2005, según el Online Journalism Review, la Radio Pública Nacional se ubicaba en 11 lugares de la lista ­más que cualquier otro medio.

Economía

En retrospectiva, 2005 debe considerarse un año difícil para el periodismo económicamente hablando.

Los ingresos de periódicos sólo subieron entre 1 y 2% durante el año y casi todo eso debido al crecimiento de operaciones digitales (que crecieron 30%) y de publicaciones de nichos, como aquellas enfocadas a lectores jóvenes. Sin eso, los periódicos no hubieran presentado crecimiento en sus ingresos. Aún más preocupante es el hecho de que la cantidad de publicidad y tiraje cayó.

Y el panorama sólo se complica conforme se avanza. La competencia en la categoría de anuncios clasificados, crítica para la industria, por compañías como Craigslist.org, que ofrece tablones de anuncios digitales gratuitos, parece intensificarse. Y si continúan las caídas de circulación, se deteriorará la capacidad de los periódicos para subir los precios de sus espacios de publicidad. Los periódicos intentan innovar añadiendo nuevas categorías de publicidad, por ejemplo, las compañías farmacéuticas, pero atraer a estos anunciantes se vuelve cada vez más difícil.

En Wall Street, en medio de la alarma sobre esta situación, cayeron los precios de las acciones, como se comenta en nuestra introducción, en un promedio de 20%.

Los negocios digitales están creciendo rápidamente. Se esperaba que la industria en general tuviera ingresos de 12 mil millones de dólares por publicidad en 2005; para cuando terminó de hacerse la cuenta hubo un incremento de 25% respecto de 2004. Pero eso sigue siendo relativamente poco en comparación a los 49 mil millones de ingresos de los periódicos, y sólo parte de esa publicidad digital proviene del periodismo. Concentrándose sólo en sitios Web de periódicos, el analista de Wall Street, Lauren Rich Fine, estima que por cada dólar que obtiene un periódico por publicidad para un lector de medios impresos, obtiene entre 20 y 30 centavos por publicidad para un lector de medios digitales.

Aun así, el patrón de crecimiento es consistente e innegable, y, mientras la mayoría de los analistas dudan que la industria pueda sostener tasas de crecimiento de entre 25 y 30%, se prevé que las expansiones tecnológicas mantengan este ritmo constante. A medida que más estadounidenses se conectan a Internet por medio de banda ancha, y estas conexiones se hacen cada vez más veloces, la evidencia sugiere que las personas pasarán cada vez más tiempo en línea, lo que hará este medio más atractivo para anunciantes. Adicionalmente, los publicistas seguramente encontrarán maneras de fijar nuestra atención en sus anuncios, empleando más movimiento e interactividad en los mismos.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿cuánto crecerán las ganancias por publicidad digital y llenarán el vacío que dejen los medios tradicionales? ¿O si la fragmentación de los medios significa que todos tendremos que conformarnos con una rebanada más chica del pastel?

Ciertamente, los noticieros de cadenas televisivas han tenido que adaptarse de esta forma y, en el último cuarto de siglo, esta industria ha encontrado maneras de incrementar sus ingresos aun si los niveles de audiencia caían. En 2004, el último año para el cual hay datos completos, los ingresos por noticieros matutinos crecieron 15%, y en 2005 se proyectaba que aumentaran otro 6%. Los noticieros vespertinos de las cadenas televisivas tuvieron un año más difícil. Dos de los tres programas reportaron pérdidas en 2004 (sólo la ABC tuvo ganancias), aunque las proyecciones auguraban un incremento posible del 10% para 2005.

En la industria de radio, el panorama también fue difícil. Los mercadólogos tuvieron que retractarse casi trimestralmente con respecto a sus predicciones inicialmente positivas. Con la excepción de los noticieros de Clear Channel, los ingresos generados por estaciones informativas se redujeron en el caso de las cinco compañías radiofónicas más importantes. Y, en 2004, menos del 20% de los directores de noticias por radio admitieron que se estuvieran generando ganancias; cifra que bajó a 22.5% el año anterior.

El caso de la radio satelital fue más complicado. Tanto la cadena XM como la Sirius reportaron incrementos masivos en sus márgenes de ingresos. Comparando reportes del tercer trimestre, los ingresos de XM subieron 134% desde 2004; los ingresos de Sirius se incrementaron 250%. Sin embargo, ambas compañías seguían perdiendo dinero. En XM, un miembro de la junta directiva renunció a principios de 2006, advirtiendo que, al menos que se controlaran los gastos, él vislumbraba una crisis para la compañía.

En los medios impresos, particularmente las revistas, el panorama también era mixto. La situación era difícil para las revistas tradicionales de noticias. Tanto Time (baja de 12%) como Newsweek (baja de 11%) presentaron pérdidas de doble dígito en su publicidad durante 2005, junto con pérdidas en sus ingresos. U.S. News tuvo mejor suerte: no tuvo pérdidas en su publicidad y presentó un incremento de 9% en sus ganancias.

Sin embargo, no todas las revistas tuvieron problemas. El debutante semanario The Week tuvo crecimiento del 9% en su publicidad e ingresos del 65%. Y las revistas dedicadas al entretenimiento tuvieron un excelente año. Algunos títulos nuevos, como In Touch y The Star, que recientemente se transformó de tabloide a revista de moda, tuvieron incrementos de doble dígito en publicidad y ganancias.

La situación para los noticieros de cable fue más estable, pero aquí hubo un ganador claro. En general, se proyectaba que las ganancias antes de impuestos para 2005 crecieran por 21% a 579 mdd. Se esperaba que CNN, aun siendo líder, generara más de la mitad del total, 304 millones, un incremento de 6%. Pero se esperaba que las ganancias de Fox, alcanzando a CNN, crecieran un asombroso 31% a 248 mdd.

El panorama de los ingresos era similar. Mientras que CNN encabezaba la lista con ingresos proyectados en 878 mdd, un incremento de 5%, se esperaba que Fox gozara de un crecimiento alrededor de cuatro veces esa tasa, llegando a los 615 mdd.

Al mismo tiempo, MSNBC continuó luchando. No logró alcanzar las proyecciones de generar su primera ganancia en 2004, y se esperaba que finalmente lo lograra en 2005. Pero cualquier ganancia que haya genera-do probablemente provino de recortes en el presupuesto.

En el caso de los semanales alternativos, los ingresos para 2005 aún no estaban disponibles al publicarse este estudio, aunque los números en la publicidad nacional indicaban que algunos mercados de este género comenzaban a estabilizarse.

Nuevos tiempos

En los primeros dos años que se llevó a cabo este reporte percibimos que los medios de noticias en Estados Unidos estaban acorralados por los fenómenos gemelos de la tecnología cambiante y el éxito económico. Lo anterior avivaba los valores conservadores y la aversión al riesgo. El papel que desempeñaba la prensa estaba cambiando; sin embargo, las compañías que controlan los medios, aisladas por sus altas ganancias, no parecían interesarse en el cambio ni estar dispuestas a enfrentarlo. Los problemas que había en el horizonte parecían llevar a la industria al pensamiento marginal, en vez de la estrategia a largo plazo.

Al aproximarnos a 2006, vemos que se avecina un cambio. Los problemas para los medios noticiosos han empeorado, y con ello salta más a la vista que en años anteriores que la industria comienza a desplazarse hacia una nueva era: la de Internet. En el caso de las cadenas televisivas, probablemente fue la partida generacional de los viejos reporteros que aceleró el pensamiento progresista. En el caso de los periódicos, las bajas en la circulación, las finanzas que se deterioran, y la perspectiva de que las tendencias negativas continuarán, abrieron mentes.

No obstante, la comprensión aún no es total. Los noticieros televisivos locales no parecen estar construyendo un futuro digital como lo están haciendo las grandes cadenas. Quizá este nicho no tenga que hacerlo, pero no es inmune a los problemas que afectan al resto de la industria. Y algunos periódicos están tomando medidas más serias que otros.

Y muchas interrogantes continúan sin respuesta. Una de éstas es si la industria de la información ha esperado demasiado tiempo, dejando que pasen demasiadas oportunidades, como las ofertas que se presentaron hace años de comprar compañías emergentes, que ahora son competidores voraces. Otra es si a los consumidores les importarán los valores que la prensa tradicional representa, o las marcas ­como CBS y el New York Times­ que personifican esos valores. Y por último, en la cúspide de la pirámide, demasiados de los visionarios más resueltos han desaparecido. ¿Aún tiene líderes suficientemente capaces esta industria?

Las respuestas no llegarán de inmediato. Pero podemos ver cambios aún de 12 meses a la fecha. En un año que en la superficie se proyecta sombrío para la industria de los medios informativos (si se mide en márgenes de ganancia y números), nuestros esfuerzos por sondear la industria también muestran indicios de algo positivo. La respuesta, sospechamos, estará en el periodismo; no sólo en las estrategias de negocios que los patrocinan. Y, si la historia sirve de guía, sabremos que los dos lados no podrán prosperar a menos que trabajen al unísono.

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Fragmento del reporte El estado de los medios 2006 del Proyecto por la Excelencia en Periodismo.

Traducción: David Martínez-Celis.