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La telebasura de todos los días

Fuentes: Adital

La Televisión se impone en nuestras vidas diarias, es centro de millones de hogares y combina estímulos visuales y auditivos mas que otro medio de comunicación social. De aquí su fuerte influencia en la creación o modificación de ideas, valores y emociones. A nuestro juicio prevalece generalmente una programación que fomenta estereótipos, antivalores, hábitos, desinformación […]

La Televisión se impone en nuestras vidas diarias, es centro de millones de hogares y combina estímulos visuales y auditivos mas que otro medio de comunicación social. De aquí su fuerte influencia en la creación o modificación de ideas, valores y emociones. A nuestro juicio prevalece generalmente una programación que fomenta estereótipos, antivalores, hábitos, desinformación y explosión de emociones destructivas y perjudiciales.A eso le llamamos telebasura. Telebasura son los telenoticieros que se destacan por explotar las emociones mediante técnicas sensacionalistas, sin análisis alguno. Por ejemplo, mostrando gráficamente el machete ensangrentado y su víctima gritando sin brazo en el suelo. O la desinformación que presentan informes de conflictos armados destacando un solo lado del conflicto. Los programas de entretenimiento donde lo importante es ridiculizar, humillar, usar las personas, milagreros o paranormales presentándose como supuestamente seguidores de la ciencia. Invitados presentados como «expertos» con consejos simplistas a situaciones complejas.

También las películas donde abundan las escenas de sexo y violencia. Cada día se torna más difícil ver una película sin que esté presente la cama, incluso presentadas en horarios inoportunos. En lo referente a la violencia televisiva señala la Asociación de Psiquiatria Americana que el 50% de la violencia en la Televisión induce a la violencia social.

No sólo la violencia, la Televisión refuerza además estereotipos de géneros entre el hombre y la mujer. Un análisis crítico nos sugiere que la mujer sigue presentándose sumisa, obediente y es objeto de culto de su cuerpo. Muchos estudiosos de la conducta y nutricionistas indican que hay una alta relación, entre otros factores, entre la anorexia entre adolescentes y las modelos que nos presentan la Televisión y el cine.

Por otro lado, el bombardeo de anuncios comerciales donde esencialmente su mensaje de fondo es: «Compre, compre y compre» están dirigido principalmente hacia las mujeres y niños. Es frecuente observar que los anuncios de juguetes para niños y niñas son bélicos. Todos sabemos que muchísimos anuncios son engañosos y erróneos, pero en la práctica, se siguen sus imperativos.

Los productores y sus defensores objetan: «Hay que darle a la gente lo que les gusta». Este argumento menosprecia la inteligencia de los televidentes. Otros señalan: «La finalidad de la Televisión no es educar», olvidan que la Televisión tiene una obligación ética para con la sociedad, que requiere una programación de calidad en beneficio al bien común. La Televisión muestra algunos programas positivos, pero son excepciones a la norma.

¿Qué podemos hacer los televidentes?. Desarrollar un espíritu crítico y compartirlo con nuestros hijos. Limitar el tiempo de uso de Televisión. Realizar actividades alternativas como leer, jugar juegos de mesa, practicar deportes, envolverse en movimientos populares, ser selectivos al escoger la programación. También se puede escribir o llamar a las empresas de Televisión para denunciar la telebasura de todos los días y exigir una programación de alta calidad.



* Alberto Torres Collazo es activista en defensa de los derechos humanos