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Un editorial de El Mundo sobre México muy parcial

Las asignaturas pendientes de Vicente Fox

Fuentes: Rebelión

«El Mundo» del sábado 28 de enero dedica dos páginas enteras a una entrevista con el Presidente de México, Vicente Fox, además de iniciarla en la portada con grandes titulares. Lo que quiero analizar aquí no es la entrevista en sí sino el editorial que le dedica el periódico. Por eso, no vamos a detenernos […]

«El Mundo» del sábado 28 de enero dedica dos páginas enteras a una entrevista con el Presidente de México, Vicente Fox, además de iniciarla en la portada con grandes titulares. Lo que quiero analizar aquí no es la entrevista en sí sino el editorial que le dedica el periódico. Por eso, no vamos a detenernos aquí a examinar el perfil ideológico de Fox, suficientemente conocido por todos los lectores bien informados. Su exposición sobre la situación en México es una sarta de incoherencias que se dan de bofetadas con la situación real. (La entrevista entera se puede ver en la página Web  www.elmundo.es  del 28 de enero) Pero no resisto a la tentación de mostrar un par de perlas:

«No me preocupa que la izquierda o el socialismo avance en América, mientras que este socialismo entienda, como hace el presidente Lula, que primero está la disciplina presupuestaria, el libre mercado, dar garantías a los inversionistas y, junto con eso, tener una política social fuerte. Eso lo hago yo aquí, en México.»

O sea, Lula inició su andadura soltándole a todo poderoso con el que se encontraba el discurso contra el hambre. Todos le escucharon respetuosamente, pero la respuesta más clara se la da Fox aquí: Lo primero es lo primero. Bien, que nos aclare Fox como se puede hacer una «política social fuerte», si por tal entendemos dedicar mas recursos a educación, sanidad, vivienda barata, etc. colocando por delante la disciplina presupuestaria, el libre mercado, etc. etc., factores todos que son precisamente los que han ahondado y siguen ahondando el abismo entre ricos y pobres. 
 
«Los fundamentos reales del desarrollo para mí son la economía de mercado con disciplina fiscal y presupuestaria. Además, una inversión máxima en política social recia, fuerte, integrada, que promueva el desarrollo del capital humano.»

Pero un poco más adelante, hablando de la emigración a los EE.UU. dice: «Pero hoy, quienes mayoritariamente abandonan el país son personas que buscan ir más allá del mundo que tienen en México. No van por hambre o porque estén desesperados, van porque quieren progresar, quieren superarse y ocupar buenos puestos en EE. UU.»

Perfecto. Una «política social recia, etc. que promueva el desarrollo del capital humano»… para  que se largue a los EE UU después de los estudios. Una peculiar manera de desarrollar el propio país.
 
Finalmente : Ensalzando el ALCA, dice: «Se han generado muchísimos empleos pero, sobre todo, ha permitido a los consumidores mexicanos beneficiarse de la más extensa variedad de productos de consumo a los mejores precios y con la mejor calidad, ya sea importados o fabricados en México»

Salió la vena gerencial, y mercantil propia de su currículo profesional. Ofrece variedad de productos, bajos precios y calidad. El consumidor en primera línea, es decir, los ricos y la clase media. Y el que no tenga para comprar lo que se le ofrece que se joda.

Nada de esto sorprende ni merece que se le preste mucha atención. Lo que sí la merece es el editorial del periódico dedicado a ensalzar la figura de Fox aprovechando la entrevista. Se diría que la marea roja que felizmente parece estar tomado cuenta de Latinoamérica ha llevado a los magnates de la prensa al borde del ataque de nervios. Solo eso explica el ropaje que en ese editorial se confecciona utilizando a Fox como maniquí o como modelo para la pasarela.

Empezamos por el título: «Una tercera vía para Latinoamérica». Pasmoso: Uno de los presidentes más serviles con Bush de toda Latinoamérica  resulta que es un adalid de una «tercera vía». Veamos a que se está refiriendo:

 «Los esperanzadores caminos emprendidos por países como México, el Chile de Lagos y Bachelet, y  – aún con matices – el Brasil de Lula dan fe de que es posible una tercera vía entre el radicalismo chavista y los excesos neoliberales.»

La enredada madeja que refleja este corto párrafo hace difícil encontrar, entre las muchas que asoman, la verdadera punta del ovillo. Intentémoslo:

El único nexo de unión entre estos tres países es su adscripción, de hecho, al credo neoliberal en su política económica. Pero en la medida en que uno de sus puntales es mantener o aumentar el flujo de inversiones extranjeras, esa política económica requiere un discurso ideológico y unas relaciones internacionales acordes con esa política. Curioso el inciso «aún con matices» aplicado al «Brasil de Lula». Conociendo la trayectoria ideológica de «El Mundo», no creemos que los reparos (matices) del editorialista sean porque Lula no ha cumplido sus promesas, tanto en los asentamientos de los campesinos como en la cosa del hambre. Solo puede referirse a su política internacional, (específicamente sus buenas relaciones con Cuba y quizás también por sus veleidades de «gran potencia» en los foros internacionales) que tanto desagrado causa en la Casa Blanca y que, a tenor del inciso, no acaba de encuadrar totalmente a Brasil en la «nueva» vía inventada por El Mundo. En cuanto al Chile de Lagos y el México de Fox, si hay algo por lo que se caracterizan es por su sometimiento a los dictados de Washington y las multinacionales.

Si esto marca una tercera vía: ¿cuáles son las otras dos? Según ese editorial, de un lado el «radicalismo chavista», del otro «los excesos neoliberales». Como puede observarse, la primera vía arranca de un gobierno concreto, que es el venezolano, y al llamarlo vía, se nos introduce por vía subliminal a la Bolivia de Evo Morales y quizás, un futuro Perú de Ollanta Humala. La segunda vía que cita no se sustenta en nada concreto, ni país ni gobernante, solo de una abstracción llamada «excesos neoliberales». ¿Dónde se dan y quién los practica? El artificio sobre el que se construye el editorial impide dar nombres a los bueyes. Podemos deducir que está refiriéndose a la Argentina de Videla o al Chile de Pinochet, pero es peligroso citarlos porque esto puede traer a la memoria del lector a sus padrinos y mentores, que provinieron del mismo sitio (gobierno norteamericano y multinacionales) que los de la «Tercera vía» que se inventa El Mundo, con lo que el artificial y frágil tinglado de las 3 vías empezaría a desmoronarse.

Para el editorialista que compuso eso no existe un proceso histórico, una evolución. Existen unas categorías que uno aplica a su conveniencia en el momento y lugar que considera adecuado para vender su mercancía. Los «excesos neoliberales» que hemos visto en Latinoamérica se conocen por el nombre de genocidios y, naturalmente, ni hacen escuela ni pueden ser admitidos por la comunidad internacional (organismos, medios, ciudadanos)  como «una vía para el desarrollo», o para la prosperidad, el bienestar, la libertad, etc. Los «excesos» no eran una vía, sino la respuesta de la burguesía, aliada a las multinacionales y a la Casa Blanca cuando se encontraron con una situación límite, con gran riesgo de perder el poder. Es por tanto un peligro latente, hoy como ayer. Por otra parte, la política económica del gobierno de Lagos (que ha prometido continuar la Bachelet) es la que inauguró Pinochet. No se ha creado ninguna nueva «vía».

Vamos a ver como trata el editorial la cuestión de las desigualdades sociales:

«Fox le entregará a su sucesor una nación más fuerte, que crece sin apenas inflación y al saludable ritmo del 3,5 % y que apuesta sin titubeos por el libre comercio. (Aquí hay un truco sucio, que es el de tomar la parte por el todo, identificar el libre comercio con la defensa del ALCA.) Quedan importantes asignaturas pendientes, como la lucha contra el crimen organizado y la pésima distribución de la riqueza – que incita cada año a miles de mexicanos a emigrar a EE UU – pero los organismos internacionales bendicen las reformas de Fox y esperan que su salida este año de la presidencia no marque un cambio de rumbo.»

Es de admirar las infinitas posibilidades que ofrece el lenguaje para deturpar la realidad. El crimen organizado y la pésima distribución de la riqueza no son «asignaturas pendientes» sino la otra cara de la moneda de la práctica neoliberal. Dicho sea de paso, se ha puesto de moda establecer paralelismos entre la acción de un gobierno y un curso académico, signo de la mediocridad en que se ha empantanado la política burguesa. ¿Alguien se imagina a un Roosevelt, a un Churchill o a un De Gaulle hablando de «deberes hechos o por hacer» o de asignaturas pendientes?

Por otra parte, no estaría demás que el editorialista hubiese dado una ojeada mas detenida en las declaraciones de Fox respecto a la emigración. Después de reconocer que «sigue saliendo mucha gente con una mano delante y otra detrás, gente muy pobre que sale con desesperación a buscar un ingreso para su familia y sus hijos», tiene la desfachatez de añadir: «Pero hoy quienes mayoritariamente abandonan el país son personas que buscan ir más allá del mundo que tienen en México. No van por hambre o porque estén desesperados, van porque quieren progresar, quieren superarse y ocupar buenos puestos en EE. UU.»

Mayoritariamente, dice. Y Jacobo García, autor del reportaje, cifra los inmigrantes en 1.000 por día. Pues entonces no se entiende que precisamente ahora se proyecte la prolongación del muro, ni se entiende que se corran riesgos de muerte para «superarse». Ni se entiende porqué, con esa bonanza económica de que se jacta, esos que emigran no tienen oportunidades para progresar y «ocupar buenos puestos» en México. Pero lo mejor viene después: Dice Fox: «Hoy nuestros emigrantes envían 20.000 millones de dólares. Estamos en una etapa en la que el trabajo de estos mexicanos en el exterior se está convirtiendo en una poderosa fuente de ingresos y desarrollo social.»

De aquí se deduce que la «pésima distribución de la riqueza» que cita el editorial, que «incita cada año a miles de mexicanos a emigrar a EE UU», no sería ninguna «asignatura pendiente» sino (por seguir el símil académico) la aparición de una nueva asignatura, que consistiría en saber gestionar la aparición de esta nueva fuente de divisas, equiparable a la de la descubierta de alguna materia prima fácil de vender en el mercado internacional. Un yacimiento de riqueza. La «asignatura» consiste ahora, como deja bien claro Fox en la entrevista, en llegar a un acuerdo con el gobierno norteamericano para organizar ese flujo de manera que puedan salir de México sin tener que correr tantos peligros y establecerse legalmente en los EE UU. Lo que no dice Fox es lo que exigiría a cambio el gobierno norteamericano, en el caso hipotético de que aceptase alguna fórmula, con una limitación anual de inmigrantes, por ejemplo.

Finalmente llamo la atención respecto a otra frase de este párrafo: «..pero los organismos internacionales bendicen las reformas de Fox». Contundente argumento. Lo que sientan y padezcan los ciudadanos no cuenta. Cuenta la bendición y el aplauso de los que le pusieron los deberes. Y queda en el aire concretar a que reformas se refiere el editorialista. No recordamos ninguna que haya merecido los honores de salir en los medios. A no ser que el editorialista se haya dejado fascinar por las baladronadas del ejecutivo con lenguaje de vaquero.

Aún quedan «perlas»en el editorial:

«México es uno de los pocos bastiones que aún resisten a la marea del populismo en Latinoamérica. La corrupción de la clase política y la inoperancia de los partidos tradicionales han propiciado el caldo de cultivo adecuado para el ascenso al poder de lideres estridentes».

Para empezar, la estridencia. Estridente es un discurso, un sonido, pero no una persona. Lo perdonamos. Metido en el contexto de las «vías» se hacía difícil encontrar un adjetivo que descalificase a Chávez y de paso al proceso que lidera. La «vía» no puede parecer como una alternativa más o menos válida frente a las otras dos que se apuntan, hay que ningunearla. Revolucionario, radical o utópico sería darle demasiada importancia. De estos apuros aparece el salvador «estridente». Paradójicamente, es la aplicación de ese término lo que resulta verdaderamente estridente, si nos situamos seriamente en la tesitura de encontrar  un camino para sacar a los pueblos de los países latinoamericanos de las garras de los nuevos (y antiguos) colonizadoras. Frente a esa tarea, que se podría calificar sin exagero alguno de titánica, pararse en algo tan superficial como es la estridencia para descalificar un líder político es frivolizar un tema muy serio que afecta al futuro de millones de personas.  Esto tiene un tufillo a lo «ostentóreo» de Gil y Gil.

Otro aspecto de este párrafo. Como «don erre que erre» los defensores del neoliberalismo tienen que repetir una y otra y otra vez que el creciente rechazo al capitalismo en Latinoamérica (la «marea del populismo», según el editorial)  nada tiene que ver con las políticas económicas que exigen los organismos financieros internacionales y sus consecuencias, sino que surge debido a «la corrupción de la clase política y la inoperancia de los partidos tradicionales». Como si se tratara de dos aspectos de la realidad que no se relacionan entre sí. Dos esferas independientes, una, la aséptica vida económica que toma cuerpo en cifras e índices y otra la psicológica, que refleja la imperfección del ser humano.

Es precisamente en esta representación de la realidad donde encuentra su fuerza la postura de los defensores del neoliberalismo, de la mundialización de la economía que se guía por la batuta del «libre comercio», de la disciplina presupuestaria, el libre mercado, las garantías a los inversionistas, etc. Y hemos llegado a tal extremo, que en nombre de eso se llegan a justificar hasta los crímenes más hediondos. No exagero: Después de la masacre cometida por los aviones norteamericanos en enero pasado en un pueblo de Pakistan, el Primer Ministro pakistaní, Saukhat Aziz, (el Fox de Oriente Medio) condenó el ataque:»Éste es un acto totalmente condenable», afirmó, aunque la declaración se destinaba sobre todo a calmar la rabia popular. Pero el Primer Ministro se negó a cancelar la visita de George H. Bush pues incluso si el incidente es reprobable, no hay que olvidar «que Pakistan necesita inversiones», subrayó. (BBC, » US Defends Pakistan Terror Drive «, 16 janvier 2006.)

Todo se sacrifica pues al Dios moderno llamado «crecimiento económico», a las cifras crecientes que a Fox no se le caen de la boca en toda la entrevista y que fascinan a Saukhat Azíz, a Pedrojota y (si dejamos de lado a los que con esta doctrina se benefician y la defienden sin crítica) a un montón de papanatas por este mundo afuera. La novedad es que a eso se le llame «tercera vía».

En la página de Rebelión del día 8 de febrero aparece un articulo de Girish Mishra titulado  «Obsesión por el crecimiento económico» que establece claramente y con ejemplos, la diferencia entre «crecimiento económico» y desarrollo. Solo algo que añadir: Para los siervos del capital, tipo Fox, sépanlo ellos o no, su «crecimiento  económico» no es más que una expresión que oculta la «acumulación de capital». Todos los índices que se manejan para valorar el ritmo de crecimiento están dirigidos, unos directa, otros indirectamente a la acumulación de capital. Y, en la medida en que esto (y la tramoya montada en torno al crecimiento económico) va quedando al descubierto, parece que la tarea que hay que enfrentar desde ya es la de elaborar otros índices para impulsar el desarrollo, con todo lo que esto implica, en educación, vivienda, trabajo, salud y protección del medio ambiente.

Llevado esto a serio hay que encarar valientemente cuales son las conclusiones inevitables a que se llega si nos proponemos sustituir el «crecimiento económico» por el «desarrollo sostenido»:  eliminación paulatina del despilfarro de materias primas no renovables, (exactamente lo contrario de «permitir a los consumidores beneficiarse de la más extensa variedad de productos» como dice Fox) y aplicación prioritaria de los recursos para satisfacer las necesidades básicas de TODA la población. Dicho esto, es innecesario añadir que tal proyecto solo se puede materializar planificando la producción, o el grueso de la misma. O esto o, como ya se ha repetido tantas veces, continuar sumergiéndose en la barbarie, ya presente y que podemos simbolizar por las palabras de Saukhat Azíz.