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Los medios de comunicación, el sol que vuelve a amanecer para el pueblo kurdo

Fuentes: Rebelión

Comprar los periódicos prokurdos en Turquía ya no es una acción de riesgo como lo fue en los años noventa, cuando decenas de periodistas y vendedores de Gundem y Azadaya Welat fueron asesinados, y algunos de sus lectores encarcelados por el hecho de tener ejemplares en casa. Pero los consejos de redacción de estas dos […]

Comprar los periódicos prokurdos en Turquía ya no es una acción de riesgo como lo fue en los años noventa, cuando decenas de periodistas y vendedores de Gundem y Azadaya Welat fueron asesinados, y algunos de sus lectores encarcelados por el hecho de tener ejemplares en casa. Pero los consejos de redacción de estas dos publicaciones diarias continúan encontrándose problemas constantemente para desarrollar su tarea en libertad. Desde el año 2004 se les ha añadido a su tarea de dar voz a la lucha por la recuperación de la cultura, la identidad y los derechos del pueblo kurdo un canal de televisión en lengua kurda que emite desde Europa y rompe el monopolio televisivo oficialista, tanto en lo que se refiere a la lengua como al enfoque en las informaciones.

Gundem y Azadaya Welat son hijos del mismo periodo histórico: después de decenios de un vacío total de medios de comunicación hechos y pensados desde la óptica kurda, nacieron a principios de los años noventa para denunciar la represión y vulneración de los derechos que sufría la población del Kurdistan norte. Los dos se venden en las provincias kurdas y las grandes ciudades turcas; la diferencia es que el primero se expresa en lengua turca y el segundo lo hace en kurdo.

Gundem fue el primero, en 1991. Fue una iniciativa de un grupo de kurdos que habían migrado a Istanbul huyendo de la represión y la falta de trabajo en las provincias kurdas. Los comienzos fueron muy difíciles: les estaba prohibido venderlo en los quioscos, muchos de sus colaboradores fueron asesinados o encarcelados y sufrieron un atentado con bomba en 1994 que destrozó la oficina. Pero su determinación, cuenta Nuri Firat, jefe de redacción actual, ha permitido que hoy en día se puedan vender libremente en los quioscos 20.000 ejemplares diarios. Claro está, dependiendo de la voluntad del vendedor, pues aún hay muchos que se niegan.

Azadaya Welat nació en Diyarbakir como revista semanal en 1993, dos años después que la legislación turca levantara la prohibición de hablar o escribir en lengua kurda, con la voluntad de recuperar la lengua perseguida. Se financió a través de los lectores, y durante los primeros años la mayor parte de los trabajadores eran voluntarios. Hoy en día esto ha cambiado, aunque el sueldo es muy reducido. Adil Zozani, director del periódico, se muestra muy satisfecho por el crecimiento que ha experimentado Azadaya Welat y que le ha permitido pasar de unos cientos de ejemplares semanales en 1993 a los 10.000 periódicos vendidos cada día actualmente.

Periodistas y vendedores asesinados

Hasta 26 periodistas y distribuidores de Gundem han sido asesinados desde que el periódico se creó en 1991. Otras decenas de trabajadores y colaboradores de Azadaya Welat sufrieron el mismo destino. Estos asesinatos se cometieron sobretodo durante los años noventa, ya sea a manos de soldados o a manos de Hezbollah, el grupo fundamentalista turco auspiciado por el mismo Gobierno de Ankara y sobre el que recae la acusación de haber masacrado a 5.000 kurdos.

Entre la lista de muertos figura Musa Anter, intelectual, escritor y periodista al que le hicieron una emboscada en 1992 cuando tenía ya 70 años; se lo llevaron en coche unos desconocidos y su cuerpo apareció sin vida en los alrededores de Diyarbakir. Para recordar su defensa de la lengua kurda y de los derechos de su pueblo, Gundem y Azadaya Welat convocan anualmente un premio periodístico que lleva su nombre.

Otro de los problemas que estas dos publicaciones han tenido son los continuos cierres administrativos temporales y algunos de definitivos que les han obligado a cambiar varias veces de cabecera. Así pues, el nombre original de Azadaya Welat era, sencillamente, Welat, y después pasó a ser Denge Welat, para finalmente quedarse con el actual. En el caso de Gundem, empezó como Ülke y a lo largo de su historia ha tenido hasta 17 nombres distintos. El último cambio en la cabecera Gundem lo sufrió en medio de la campaña electoral a las últimas elecciones parlamentarias turcas, el pasado mes de julio. El hecho de haber hablado de «guerrilleros» refiriéndose a miembros del PKK le costó un cierre temporal de 15 días. Nuri Firat explica a Berria que ésta situación es habitual, y que prácticamente cada mes les impiden salir algún día. Para mantener los lectores informados, los redactores de Gundem sacaron a la calle Guncel, el cual también fue cerrado una semana después, así que tuvo que salir con otro nombre: Demokrasi.

Además de las dificultades de trabajar en éstos periódicos, también han tenido problemas los compradores. Adil Zozani lamenta que aun muchos lectores tienen miedo que les vean con Azadaya Welat, y es por esto que lo leen a escondidas. Tampoco se atreven a llevárselo a casa por temor a que un registro policial les encuentre algunos ejemplares y ello les pueda acarrear problemas. La prevención no sorprende en un país donde hay constancia, asegura Zozani, de personas que han sido encarceladas porque tenían el Azadaya Welat en su domicilio.

Creación de lectores

Pero a pesar del miedo, Zozani se muestra satisfecho por la tarea pedagógica que ha desempeñado Azadaya Welat, pues asegura que ha contribuido a crear lectores en lengua kurda: «Y no solo hemos dado la oportunidad de leer periódicamente en lengua kurda, muchos de los redactores del periódico han aprendido gramática kurda cuando han empezado a trabajar con nosotros».

Esta precariedad que aun sufre la lengua kurda se entiende porque aun no se puede aprender en las escuelas ni las universidad. El acceso prohibido a la enseñanza reglada dificulta, según Adil Zozani, la creación de una lengua estándar: «No la podemos crear desde el periódico, se tiene que crear en los departamentos de las universidades. Estoy convencido que nuestra lengua no desaparecerá, sobretodo gracias al crecimiento que experimenta en la prensa, la televisión e Internet, pero necesitamos un estándar para poder entendernos entre todos los kurdos, porque hoy en día la dialectalización impide que nos comuniquemos más».

Televisión

Quién ha desempeñado un papel crucial los últimos años en la recuperación de la lengua y la identidad kurdas, y también en la cohesión entre los aproximadamente 30 millones de kurdos que viven en el mundo es la cadena de televisión RojTV y su segundo canal musical MMC. En el año 2004 estos canales profesionales empezaron a emitir, pero no desde una de las regiones históricas del Kurdistan, sino desde Dinamarca para esquivar las prohibiciones de Ankara, Damasco o Tehran. A través del satélite, la señal de Roj TV llega a los kurdos de Turquía, Iran, Iraq y Siria, y a 78 otros estados donde vive la diáspora kurda. Además, se puede acceder a su programación en directo por Internet a través de la web www.roj.tv.

Los productores de RojTV aseguran que la cadena está desempeñando un papel muy importante en la preservación de la lengua kurda frente a las restricciones y prohibiciones que han hecho retroceder su uso los últimos decenios. Y añaden, jugando con el significado del nombre de la emisora («roj» significa «sol») que Roj TV «se ha convertido en el sol para el pueblo kurdo, que fue condenado a la oscuridad pero que hoy vuelve a ver amanecer el sol cada día».