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Justicia global y medios de comunicación

Por qué hacemos del Sur un mosaico salpicado

Fuentes: Viento Sur

La discusión debería ser si el discurso mediático sirve o no para actuar a favor de la reducción del sufrimiento, de la defensa de los derechos humanos y de la justicia global.

Así son las visiones del Sur que construyen los medios de comunicación del Norte, como múltiples mosaicos de orientaciones ideológicas diferentes y, a veces, discrepantes. Unos son más neocoloniales que otros, y los hay que incluso promueven la justicia global. Hay que admitir, sin embargo, que los mosaicos más vistos están salpicados a menudo de teselas sorprendentes, de piezas informativas que impugnan el estado de cosas, que revelan los malestares del mundo y que, por tanto, no casan con el tono paternalista y resignado al orden internacional, común en los mosaicos de medios catalanes o españoles.

Las excepciones, aunque no debamos menospreciarlas, no compensan el discurso etnocéntrico, la mirada occidentalista de los grandes medios. Hay noticias con perspectiva de género en publicaciones rancias; documentales que muestran la explotación y la discriminación en televisiones pendientes de la tasa de audiencia y relatos antirracistas en diarios adictos a las historias de migrantes alegremente relacionados con mafias y la delincuencia. Está claro que no basta con las salpicaduras si el objetivo de difundir lo que pasa en el mundo se plantea que saber es necesario para actuar. La discusión debería ser si el discurso mediático sirve o no para actuar a favor de la reducción del sufrimiento, de la defensa de los derechos humanos y, en conjunto, de la justicia global.

Por tanto, aunque informar de hechos que no deberían ocurrir es un primer paso para después actuar adecuadamente, no basta si no se analizan los conflictos que los han generado y se valoran las soluciones. Así las cosas, hay que preguntarse: ¿por qué no se hace mejor?; ¿hacia dónde se inclinan los medios?; ¿cuáles son los factores que determinan la orientación y el valor de una pieza periodística?

Son seis: el problema abordado, quién lo explica, la cultura del público, la ideología del medio, el margen de discrepancia ideológica del espacio específico en que aparezca y el compromiso de quien elabore la pieza.

En primer lugar, al elegir qué convertimos en una noticia ya caemos en una trampa. Sin ninguna mala fe, lo que resulta relevante para el público son los problemas e intereses propios, y de manera derivada, los de sus gobernantes. A grandes rasgos, es una lógica básica para comprender por qué elaboramos informaciones etnocéntricas. Citaré solo un ejemplo: enfocar la bondad de la inmigración procedente del Sur sobre la base de los beneficios que reporta a las sociedades del Norte es lamentable.

El segundo también es toda una trampa. Los actores en conflicto tienen que hablar, desde luego, y esto incluye inevitablemente a los más poderosos, unos personajes que por el mero hecho de tener más poder, tendencialmente, ya disponen de más credibilidad que las personas que padecen las consecuencias de las confrontaciones. Basta un ejemplo muy común: incluso dentro de una inspiración solidaria, las sociedades del Sur aparecen como incapaces de autogobernarse, de ahí que necesiten la ayuda del Norte, tan civilizado él.

El tercer factor, la cultura política del público, es tramposo. Ya puedes explicar cómo la lógica del capitalismo o del patriarcado está en la base de los conflictos, que si el público ha sido educado y ha practicado, básicamente, las donaciones como forma de solidaridad, entonces, después del documental, se preguntará en qué banco ha de hacer el ingreso.

El cuarto factor, la ideología del medio, es más que una trampa: es una jaula, ¿o acaso alguien imagina que la inmensa mayoría de los grandes medios, que dependen de los bancos, pueden permitirse revelar los nombres y apellidos y sobre todo las estructuras de poder del Norte responsables de los desastres humanitarios? Es cierto, de todos modos, que hay jaulas con algunos barrotes elásticos –el quinto factor– y que, tanto porque ya no se puede ocultar más como porque ser crítico de vez en cuando da credibilidad, en algunos espacios de los grandes medios es posible nadar contra la corriente. No obstante, para hacerlo es preciso que quien elabore la información –el sexto factor– quiera hacerlo y sepa cómo multiplicar las teselas disidentes dentro o fuera de los mosaicos.

Texto original en catalán: https://www.elcritic.cat/opinio/xavier-giro/per-que-fem-del-sud-un-mosaic-esquitxat-61597

Traducción: viento sur

Xavier Giró es profesor de periodismo. Este artículo se publicó originalmente en la revista en papel Justícia Global, editada por Crític i Lafede.cat, organizaciones por la justicia global.

Fuente: https://vientosur.info/por-que-hacemos-del-sur-un-mosaico-salpicado/