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Otro paso contra la desinformación…y mucho más

Telesur

Fuentes: Rebelión

El día en que los pueblos latinoamericanos, y en particular los venezolanos, celebraban el aniversario 222 del natalicio del Libertador Simón Bolívar, vio la luz en Caracas la emisora TeleSUR que, como mucho promete en el impulso a la integración, al rescate de la identidad regional y en contra de la desinformación y de la […]

El día en que los pueblos latinoamericanos, y en particular los venezolanos, celebraban el aniversario 222 del natalicio del Libertador Simón Bolívar, vio la luz en Caracas la emisora TeleSUR que, como mucho promete en el impulso a la integración, al rescate de la identidad regional y en contra de la desinformación y de la doctrina del pensamiento único, tiene ya frente a sí la hostilidad del imperialismo norteamericano y de sus lacayos.

Se trata de una alternativa bien interesante acometida en el traspatio del Imperio para contrarrestar las informaciones hegemónicas y, al mismo tiempo, impulsar un mecanismo que permita dar a conocer la voz de la región a nivel masivo.

TeleSUR no es otro canal de televisión más que aparece en América Latina. Es el primer proyecto político y estratégico contrahegemónico en materia de televisión lanzado por los estados latinoamericanos para competir con poderosas cadenas operadas de modo comercial por grandes capitales privados, como por ejemplo la CNN y Univisión, originadas en Estados Unidos, y con programaciones de habla hispana.

TeleSur, en particular, es un viejo sueño de periodistas experimentados y de honda estirpe latinoamericana. No es casual que algunos de ellos, como el uruguayo Adan Aharonian, luchador contra las dictaduras militares que ensangrentaron a Sudamérica a partir de la década de los 70; Jorge Enrique Botero, quien fue conductor de televisión en Colombia y ganador del Premio Nuevo Periodismo por trabajos relacionados con los secuestros y las guerrillas en su país y, que además, fue corresponsal de Prensa Latina en Bogotá; y Betto Almeida, destacado en su gigante Brasil como conductor e impulsor de la televisión comunitaria y defensor de los Sin Tierra, integren, entre otros, el equipo de dirección del nuevo canal latinoamericano.

Lo que los ha movido a trabajar en este hermoso empeño ha sido tener la gran oportunidad, gracias al capital inicial y talentos aportados por los gobiernos de Venezuela, Argentina, Uruguay y Cuba, de poder mostrar al mundo, a través de un medio tan poderoso como la televisión, cuál es la verdadera realidad de los pueblos latinoamericanos, cuáles son sus mayores dificultades y qué caminos transitar para, mediante soluciones propias, no importadas o copiadas, salir del estado de subdesarrollo y dependencia en que han debido sobrevivir en al menos casi dos siglos de dominio norteamericano.

TeleSUR es una realidad porque en los últimos años ha habido cambios positivos en América Latina. Hechos y tendencias como el estrepitoso fracaso del neoliberalismo, la profunda crisis del sistema consumista y derrochador, la extensión de la corrupción, la desmoralización acelerada de las instituciones consideradas salvaguardas del sistema democrático, junto a las preocupaciones causadas por el incumplimiento de las promesas norteamericanas y la imposición de mecanismos anexionistas y dirigidos a saquear aún más riquezas de América Latina, como el ALCA, han estado en el fondo de los cambios de gobiernos y de la orientación de estos en el continente. Eso ha ocurrido -e inevitablemente continuará ese rumbo– no sólo porque los pueblos lo han deseado, sino porque objetivamente se hacía insoportable la situación.

La consolidación de la Revolución en la Venezuela Bolivariana ha resultado decisiva. El principal país productor y exportador de petróleo en América Latina, en medio del alza mundial del precio de ese recurso vital, demostrando que la solidaridad y el apoyo a sus hermanos de Nuestra América y no el egoísmo es su línea política, ha estado impulsando un proceso integrador en lo económico, en lo político y en lo social. La Alianza Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), PetroSur, PetroCaribe y, más recientemente, un plan relacionado con los países andinos son expresiones de una nueva realidad que cierran el paso a aquellas fuerzas que desde el Norte sólo han pensado en controlar y saquear riquezas y mercados.

TeleSur será un vehículo comunicacional imprescindible para ese proceso de integración.

Por eso, aún antes de nacer, TeleSur ha empezado a ser atacada, calumniada y hostilizada por el Imperio y sus intereses. Conocido es que uno de los grandes periódicos de Colombia, El Tiempo, que forma parte de la SIP, por supuesto, la mostró como aliada del terrorismo porque en una de sus transmisiones de prueba puso una imagen del jefe guerrillero Manuel Marulanda («Tiro Fijo), y ese diario no temió hacer el ridículo cuando escribió que se había entonado una canción -de un conocido intérprete brasileño, Caetano Veloso– donde se hablaba de «ETA». Lo que hizo el músico fue rimar la palabra «eta» con «Tieta», nombre de la protagonista de una novela de Jorge Amado, lo que nada tenía que ver con la organización vasca. También en Colombia, semanas antes del inicio de Telesur, su corresponsal William Parra fue objeto de un ataque violento, lo apuñalaron cinco veces sin haber grabado una hora de programación para el nuevo canal. Más conocida es la enmienda aprobada por la Cámara de Representantes de Estados Unidos autorizando aumentar las transmisiones de radio y televisión hacia Venezuela para contrarrestar el supuesto»antiamericanismo» de TeleSUR. Eso es, como dijese el canciller venezolano Díaz Rangel, humillante para la prensa privada en Venezuela, un país donde hay 48 canales de televisión de acceso libre operados por empresarios venezolanos, y donde, además, penetran 120 canales de cuatro continentes. ¿Con qué otra basura piensan inundar el espacio electrónico de Venezuela?

TeleSUR se transmitirá, en principio, por un canal satelital de 24 horas al aire repartidas en tres bloques de ocho horas, en buena parte repitiendo unos a otros. La mayoría de la producción va a ser propia. El énfasis estará en lo informativo: noticias, programas de opinión, entrevistas. Y también se va a alimentar de la producción audiovisual de los realizadores de todo el continente que quieran participar. Noticias ocultas, luchas ocultas, hombres ocultos, emergidos de las masas populares, tendrán ahora espacio.

Lo cierto es que, desde el pasado 24 de julio, en América la televisión ha dejado de ser un medio dominado totalmente por el Imperio y sus aliados para transmitir un pensamiento único, para silenciar y mentir Con el lema «Nuestro Norte es el Sur», ya vuela por encima de mares y montañas, de ciudades y pueblos, una señal con imágenes y audio con la verdad de los pueblos. El aire empieza a descontaminarse. A respirar, pues, con la señal de TeleSur.