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Sobre un documental de ABC News sobre la sanidad cubana

¿20-20 o tapaojos de la Guerra Fría?

Fuentes: The Havana Note

Traducido por Yasnay Houelly y revisado por Yanitza González, para Cubadebate y Rebelión

Un astuto experto llamado Rufus Miles señaló que «la posición que adoptemos en relación con algo depende de dónde estemos». Es el caso de la burla simplona que hiciera el viernes 14 de septiembre el programa « 20/20″, de ABC News, sobre la asistencia médica en Cuba, donde la mayoría de los que se mostraron a favor de la misma estaban en Miami y el resto, en Langley. (Para obtener más detalles vea la trascripción o el video). De hecho, la única segunda opinión que buscó John Stossel para toda la historia resultó ser de la CIA.
El programa fue una muestra de lo que llamo «retro-reportaje», una obra de los tiempos de McCarthy contra el comunismo vudú -no exagero-; en el video realmente aparecían siniestros soldados soviéticos marchando y al fondo se veían banderas rojas y la imagen de Lenin. Sin embargo, el problema es que se supone que esto sea periodismo auténtico realizado en el 2007; nada menos que sobre la asistencia médica.

Stossel llega a acusar a los «regímenes comunistas» de ocultar información; sin embargo, es él quien no brinda pruebas propias de ningún hecho, pues se conforma con información procedente de fuentes fantasmas como «los médicos nos informan», «una mujer venezolana», o de un Miami descontento que dispone de un bagaje que data de hace 45 años. Stossel muestra fotos sórdidas procedentes de fuentes desvergonzadamente parcializadas, sin ofrecer ninguna prueba de dónde o cuándo fueron tomadas. En realidad, en ningún momento se recogió información en Cuba para la historia, solo un material de video complementario con imágenes de bebés saludables (¿sic?).
Y qué decir de la ausencia de funcionarios de salud cubanos. De hecho, cuando las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud publican estadísticas brindadas por autoridades de salud cubanas, Stossel lo describe simplemente como otro complot comunista. ¿Acaso se supone que lo tomemos en serio?

La ABC News ─¡qué vergüenza!─, se sale con la suya debido a un giro fatal en la política exterior de los Estados Unidos: nuestro Gobierno prohíbe a la mayoría de los estadounidenses viajar a Cuba. De manera que pasamos a engrosar las filas de los vulnerables y no tenemos más alternativa que tragarnos toda la historia de Stossel.

Dios quiera que el documental de Michael Moore y su alusión a Cuba no nos hagan detenernos a pensar en que podríamos y deberíamos tener un mejor sistema de atención médica en los Estados Unidos. Stossel preferiría que continuemos ajenos a eso y que cuando se trate de Cuba, tengamos tanto miedo que no miremos hacia allá.
Porque existen problemas en el sistema de atención médica de nuestro país.

Echemos un vistazo al estado de la Florida. Eso debería hacer que cualquier cubano-americano amante de los derechos humanos dirija la mirilla hacia el otro lado. En el verano de este año, el Consejo de Salud del Sur de la Florida dio a conocer el Informe de Salud Pública del Condado de Miami-Dade de 2007: el acceso a la atención médica recibió una aterradora calificación de «Insuficiente». Sucedió lo mismo con el índice de personas sin seguro médico (28,6 por ciento en total, con un porcentaje mayor en el caso de hispanos y negros), de adultos obesos o con sobrepeso, que fue de un 60,6 por ciento, y de bebés con bajo peso al nacer, de un nueve por ciento. (Sin embargo, no todas las noticias eran malas: los menores índices de mortalidad por accidentes cerebrovasculares, los índices de hepatitis y la disminución en la violencia doméstica recibieron una calificación de «Sobresaliente».)

Cuba se distingue precisamente por el acceso a la atención médica. A pesar de ser un país pobre, como señalé recientemente en el Huffington Post, Cuba ofrece asistencia médica a todos sus ciudadanos y obtiene resultados similares a los de los Estados Unidos en cuanto a muchos indicadores de salud, por un porcentaje mínimo del costo. De hecho, un sondeo de opinión realizado el pasado mes de diciembre por la Organización Gallup reveló que el 96 por ciento de los cubanos dijo que tenía acceso habitual a la asistencia médica, independientemente de su origen social y sus ingresos. Ese es un resultado bastante alto para cualquier sondeo, y la Organización Gallup fue quien lo realizó, no Fidel Castro.

Lo anterior me hace volver una vez más al tema de Stossel. Llevo casi veinte años en Cuba brindando información sobre el sistema de atención médica y, algo igualmente importante, recibiendo asistencia médica en hospitales y policlínicas cubanos.

A continuación les brindo algunas informaciones que ustedes no obtuvieron de Stossel:

Las estadísticas en cuanto al sistema de salud cubano son lo mejor posible. Una de las razones por las que se puede decir esto es que no todas las estadísticas son elogiosas: la mortalidad materna aún constituye un problema en Cuba, al igual que el creciente número de casos de diabetes. Este dato y otros están al alcance del público. Además, organizaciones como la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que mantienen oficinas permanentes en La Habana y envían con frecuencia equipos de evaluación a Cuba, han publicado informes positivos luego de realizar evaluaciones de primera mano a partir de visitas a provincias de todo el país.

En cuanto a los hospitales y las «élites» cubanos: Por supuesto, los hospitales cubanos están en un estado ruinoso y luego del desplome de la economía en los años 90, sólo ahora se está realizando las reparaciones y remodelaciones que necesitan. Es cierto, los socorristas del 11 de Septiembre que viajaron con Michael Moore estuvieron en uno de los centros ya restaurados, pero ese es el mismo hospital que también brinda servicios de atención médica a 156 000 personas que viven en uno de los barrios más superpoblados de La Habana, no es un hospital construido para las élites del Gobierno.

En relación con la afirmación de que las mujeres cubanas son sometidas a «una práctica generalizada de abortos obligados cuando pudiera existir indicios de que el feto tenga problemas» (resumen del sitio de la ABC en Internet): Esto es una mentira a todas luces. Por ley, en Cuba el aborto está al alcance de todos y es gratuito. No obstante, durante años los índices de abortos han ido disminuyendo en Cuba, en lugar de aumentar. Cuando surgen malformaciones congénitas durante el embarazo, se les informa a las mujeres de la situación y de las opciones que tienen para que tomen una decisión personal. Asimismo, se destina instituciones enteras como el Cardiocentro Infantil de La Habana y una red nacional de escuelas especiales a niños que han nacido con problemas congénitos.

En este contexto, resulta más que irónico que la ABC nunca haya informado sobre el embargo impuesto por los Estados Unidos a Cuba, el cual impide que el Cardiocentro compre directamente un medicamento vital para mantener con vida a los recién nacidos cianóticos, bebés que tuvieron problemas cuando estaban en el útero, pero que nacieron y recibieron tratamiento gracias al Cardiocentro.

En pocas palabras: mientras estamos en busca de una reforma seria para modificar nuestro propio sistema de asistencia médica, sería provechoso para nosotros que la ABC se quitara los tapaojos de la Guerra Fría y que en cambio intentara sinceramente aprender de las experiencias de Cuba y de otras partes del mundo. Al hacerlo, los productores de 20-20 pondrían habernos contado otra historia: hace sólo unas semanas, la empresa YM Biosciences-USA recibió un permiso del Departamento del Tesoro para probar una vacuna cubana contra el cáncer en niños estadounidenses que padecen cáncer cerebral inoperable. Sin embargo, una vez más, lo que una cadena televisiva decide no cubrir es muy revelador.

Artículo original en: http://thehavananote.com/2007/09/2020_or_cold_war_blinders_we_d.html

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Gail Reed, es periodista y Directora Internacional de Medical Education Cooperation with Cuba (MEDICC), una organización sin fines de lucro que desarrolla programas que facilitan los vínculos entre las comunidades médicas, de enfermería y salud pública de EEUU y Cuba. Es Editora Ejecutiva de MEDICC Review , una publicación trimestral sobre la medicina y salud pública cubanas.
Gail Reed ha escrito sobre temas sociales y económicos de Cuba durante dos décadas. Desde 1993 a 1997, contribuyó regularmente a la revista Business Week, y de 1994 a 1996 fue productora en la Habana para NBC News.
Sus escritos incluyen Denial of Food and Medicine: The Impact of the U.S. Embargo on Health and Nutrition in Cuba (1997, American Association for World Health, 300 pp.), una serie sobre género y raza en Cuba, y numerosos artículos para Cuba Update , revista del Center for Cuban Studies, New York.
Obtuvo su Maestría de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, New York (1976), y su Licenciatura en Artes de la Universidad de Illinois (1969). Es la Co-Productora y Productora Ejecutiva del documental Salud! , dirigido por Connie Field.