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Lo creo y no lo veo

Fuentes: IPS

Apenas el secretario (ministro) de Seguridad Interior de Estados Unidos, Tom Ridge, advirtió que los principales bancos del país podrían ser objetivos de la red terrorista Al Qaeda, los grandes medios de prensa lo pusieron en sus titulares. En ningún momento cuestionaron la información, a pesar de los últimos graves errores de inteligencia en la […]

Apenas el secretario (ministro) de Seguridad Interior de Estados Unidos, Tom Ridge, advirtió que los principales bancos del país podrían ser objetivos de la red terrorista Al Qaeda, los grandes medios de prensa lo pusieron en sus titulares.

En ningún momento cuestionaron la información, a pesar de los últimos graves errores de inteligencia en la campaña antiterrorista internacional liderada por Washington.

Pronto se supo: la información que alimentó el alerta de Ridge, que despertó temor en todo el país y motivó el despliegue de centenares de soldados y policías en Nueva York, Washington y Nueva Jersey, tenía tres años de antigüedad.

La prensa aclaró eso el martes, y mostró a Ridge negando que el alerta fuera parte de una estrategia del gobierno para distraer la atención de la aclamación del senador John F. Kerry como candidato del opositor Partido Demócrata para las elecciones presidenciales de noviembre.

Pero, ¿no sería mejor que los medios de prensa fueran un poco más escépticos antes de repetir cada declaración del gobierno, en lugar de hacer constantes rectificaciones?

«Cubrimos el anuncio de Ridge el domingo en vivo, pero también informamos al otro día que parte de los datos eran viejos», señaló a IPS la vicedirectora de cobertura periodística de la cadena CBS, Marcy McGinnis.

«Tenemos que lograr un equilibrio entre el derecho del público a saber cuando el gobierno hace alertas, con un poco de saludable escepticismo sobre los motivos», añadió.

Pero, ¿derecho a saber qué? ¿Lo que el gobierno dice de supuestas amenazas terroristas o la verdadera amenaza terrorista?

«Está claro que la información de inteligencia ha sido manipulada por el gobierno de (George W.) Bush, y parte del trabajo de los medios, además de repetir lo que dicen las autoridades, es evaluar la credibilidad de esos dichos», sostuvo Jim Naureckas, editor de la revista Extra, publicada por el grupo Imparcialidad y Exactitud en la Información.

«Es para eso que la libertad de prensa está garantizada en la Constitución. Se trata de una función vital para la democracia», añadió.

Hace apenas dos meses, el diario The New York Times admitió que algunos de sus periodistas se habían dejado llevar por declaraciones de fuentes oficiales según las cuales había en Iraq armas de destrucción masiva, principal argumento de Bush para invadir el país árabe.

Las armas nunca aparecieron.

«En algunos casos, la información, entonces polémica y hoy cuestionable, no fue evaluada de forma adecuada. Hubiéramos deseado haber sido más agresivos en el examen de la información cuando no surgió nueva evidencia», escribieron los editores del periódico.

Pero, ¿podría un diario como The New York Times ignorar información como la dada por el gobierno el domingo, en especial considerando que nuevos ataques como los del 11 de septiembre de 2001 son todavía posibles?

«Si eres un jefe de policía y tienes que tomar decisiones difíciles, como dónde y cuando desplegar tu personal, entonces estás en un terrible dilema si tienes un gobierno poco confiable que hace alertas como ésta. Hay vidas en juegos», dijo Naureckas.

«Pero en el caso de los medios es diferente. Es poco probable que la población de Nueva Jersey pueda hacer algo para impedir un atentado luego de que se entere de una advertencia del gobierno por The New York Times», añadió.

Pero no todos están de acuerdo.

«Si no adviertes a las personas y algo sucede luego, y tú lo sabías, tendrás un gran problema», señaló la senadora demócrata Diane Feinstein, de la Comisión de Inteligencia de la cámara alta del Congreso.

«La otra opción es que, advirtiendo a la población y manteniéndola alerta, quizás se detenga a alguien que se estuviera escondiendo cerca del Banco Mundial o de la bolsa» de Nueva York, añadió.

Los editores de los diarios The New York Times y Los Angeles Times, y del informativo televisivo Fox News no accedieron responder a las preguntas de IPS.

Los periodistas que recibieron la información dada por el secretario Ridge –quien, en un gesto inusual, se comunicó directamente con los directores de los diarios y de los informativos televisivos– debieron haber escuchado una voz interior que por lo menos pusiera en cuestión lo que escuchaban.

Pero no fue así.

Los estadounidenses deben «entender que la información que tenemos disponible hoy la debemos al liderazgo del presidente en la lucha contra el terrorismo», afirmó Ridge, apenas tres meses antes de las elecciones.

Naureckas sostiene que en este período preelectoral, cuando el público está dividido entre los «amedrentados» por las amenazas terroristas y entre «los que no tienen fe en el gobierno de Bush», los periodistas deben presionar más a los funcionarios que hacen declaraciones.

«Especialmente cuando hay problemas de confianza con el gobierno, se necesita que la prensa haga más para discernir entre los hechos y el discurso político o la manipulación. Creo que los periodistas no han hecho lo suficiente aún en este sentido», sostuvo.

Sin embargo, McGinnis asegura que la CBS «comprueba la información y la divulga de manera actualizada, le agrade al gobierno o no».