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Entrevista con Aram Aharonian, director de TELESUR

La tele al servicio de la identidad

Fuentes: Red Voltaire

Aram Aharonian, de 59 años, es el director general de TeleSur, un nuevo proyecto de tv latinoamericano, financiado, básicamente por el gobierno de Venezuela. Uruguay tendrá un 20% de participación en la cadena que saldrá a las pantallas internacionales, probablemente en mayo. El Portal entrevistó, a este uruguayo, periodista de larga data, sobre el ambicioso […]

Aram Aharonian, de 59 años, es el director general de TeleSur, un nuevo proyecto de tv latinoamericano, financiado, básicamente por el gobierno de Venezuela. Uruguay tendrá un 20% de participación en la cadena que saldrá a las pantallas internacionales, probablemente en mayo. El Portal entrevistó, a este uruguayo, periodista de larga data, sobre el ambicioso proyecto.

¿Qué es TeleSur?

– Es un viejo sueño por el que muchos de nuestros compañeros dieron la vida. Y nosotros tenemos la enorme felicidad -y responsabilidad, claro- de hacerlo realidad. (Se escucha de fondo «soy feliz, soy un hombre feliz y quiero que en este día me perdonen los muertos de mi felicidad»). Es un proyecto político, estratégico que nace de la necesidad de dar voz a los latinoamericanos en medio de la ofensiva de pensamiento e imagen únicos, que es lo que transmiten los medios de comunicación comerciales, nacionales y trasnacionales. Eduardo Galeano decía que llevamos 513 años entrenados para vernos con ojos ajenos. Y es de la urgencia de vernos con nuestros propios ojos y dar soluciones propias a nuestros problemas, que nace el proyecto. Somos un mundo diverso y plural.

Ellos nos ven en blanco y negro, pero nosotros existimos en tecnicolor. Debemos asumir que los medios de comunicación comerciales son el ariete de le globalización neoliberal: por allí, en el mismo envase nos dan información, publicidad y cultura de masas (entretenimiento) con el mismo mensaje simplista, reductivo, transculturalizador. Si no empezamos por ahí, por asumir nuestra realidad con nuestros propios ojos, el sueño de la integración latinoamericana no va a ser más que un saludo a la bandera. Basta ya de que europeos y gringos nos digan quiénes somos, cómo somos, qué hacemos y qué debemos hacer.

¿Cómo nació el proyecto?

– Te decía que es un viejo sueño, que fue tomando cuerpo después de un congreso de la Federación Latinoamericana de Periodistas, hace cuatro años. Parte de haber tomado conciencia de que durante las últimas décadas los que hacíamos periodismo alternativo estábamos perdiendo por goleada, atrincherados en pequeños nichos, encontrando pequeños financiamientos -de ONG europeas, norteamericanas- que les asegurara a los patrocinantes de que no saliéramos de esos nichos. Que no se nos ocurriera pensar o soñar en grande. Nos habían convencido que lo nuestro era lo alternativo, lo comunitario y que las grandes ligas -la comunicación masiva- era solo para los dueños del gran capital. Durante décadas pensamos como enanos. Hoy estamos creciendo, sin duda.

¿Qué beneficios traerá a la comunidad americana, en materia de calidad en sus contenidos?

– Primero, tener una información contextualizada, balanceada de lo que pasa en nuestros países. Segundo, rescatar nuestra propia memoria, nuestra propia historia, nuestras alegrías, nuestras frustraciones, pero, sobre todo, nuestras esperanzas. Cada vez aparecemos menos en los informativos trasnacionales: sabemos mucho de lo que pasa en Chechenia, pero demasiado poco sobre lo que pasa en la esquina de nuestra casa. Cuando hablamos de calidad, hablamos de competencia., TeleSur tendrá calidad broadcasting. Y cuando hablo de calidad hablo de calidad de contenido y de formas, tanto en lo informativo, como en los documentales, en lo periodístico, en el rescate de nuestra cinematografía, de nuestros pueblos, sus tradiciones, sus luchas, su vivencias. Los latinoamericanos tenemos la inteligencia, la experiencia, la calidad. ¿Qué esperamos, entonces?

¿Qué importancia tendrá la cadena, en América, en el mundo?

– No se trata de una cadena, no se trata de intercambios. Se trata de un canal americano -porque en él estarán los 45 millones de compatriotas latinoamericanos y caribeños que viven en Norteamérica-, hecho por profesionales, con una política editorial bien definida: apoyar la integración de nuestros pueblos, en la lucha contra el pensamiento único y la hegemonía. Un canal plural, que se enorgullece de la diversidad cultural y étnica de nuestros pueblos. Un canal que muestre nuestra realidades desde el punto de vista latinoamericano y caribeño para nuestros pueblos, pero también al resto del mundo.

¿Los principales competidores serán CNN y Univisión?

– TeleSur es un canal proactivo y no reactivo. Lo de la competencia se puede entender de diversas formas. Pero si vos querés seguir viéndote con ojos europeos o gringos, podés seguir viendo CNN, Univisión o la TV Española… Vos tenés el control…

¿Cómo ves el acople uruguayo a TeleSur? ¿Qué te parece pueda aportar Uruguay a TeleSur?

– ¿Sin alusiones personales? Uruguay, como cualquier otro país, tiene mucho que aportar: contenidos, programas, profesionales, películas, una cinemateca sin igual, docentes…

¿Salen al aire en mayo?

– Creemos que sí. Estamos en plena construcción: obras civiles, equipamiento tecnológico, salida satelital. Mientras, estamos trabajando en la parte de producción, programación, etc.

¿Te parece que los grandes medios desean unificar los discursos, los formatos televisivos?

-No lo desean, lo hacen.

¿Qué tan grande te parece el desafío de hacer TeleSur?

– Más que enorme el desafío, es enorme la responsabilidad. Por eso confiamos en el equipo multinacional que estamos formando. Y hay que tener en cuenta que TeleSur se hace posible porque el pueblo de Venezuela recuperó su estatal petrolera y ahora los dineros que antes desaparecían en cuentas en el exterior, permean a los sectores de menores recursos. E incluso, un excedente ha servido para aportar el capital semilla de este proyecto de integración comunicacional.

Aharonian, es uruguayo, nacido en el Prado montevideano, exiliado político en la dictadura, peregrinó por diversos medios, casi todos clausurados durante «el pachecato», explicó. Escribió en Sur, el primer medio del Frente Amplio.

En Buenos Aires trabajó como corresponsal del Corriere della Sera, IPS, Excelsior y Prensa Latina. En la capital argentina fue jefe del diario La Voz, que denunció las violaciones a los derechos humanos, en plena dictadura, cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada argentina, (Esma), recientemente reinaugurada como museo.

En 1986 comenzó a trabajar como corresponsal en Caracas, la capital venezolana. Hasta 1992 fue el director del pool de agencias noticiosas latinoamericanas, Asin.

En estos días, además de estar al frente de TeleSur, dirige el mensaurio Question para Argentina y Venezuela, el semanario Quantum, la Agencia Latinoamericana de Información y Análisis Dos (Alia2), a la que se puede acceder en (www.alia2.net).