Sr. Director: A propósito de la visita del presidente del Gobierno español a Venezuela, el diario que dirige publicó una nota en la sección de opinión el 30 de marzo titulada Lo grave es que el comprador sea Chávez, cuyo contenido es francamente irrespetuoso con el ciudadano presidente de la República Bolivariana de Venezuela, señor […]
Sr. Director:
A propósito de la visita del presidente del Gobierno español a Venezuela, el diario que dirige publicó una nota en la sección de opinión el 30 de marzo titulada Lo grave es que el comprador sea Chávez, cuyo contenido es francamente irrespetuoso con el ciudadano presidente de la República Bolivariana de Venezuela, señor Hugo Rafael Chávez Frías. En el texto se le califica de «dictadorzuelo que desconoce los usos democráticos y atropello a las libertades».
Sobre el particular y haciendo uso del derecho de réplica, me permito señalarle que, aun cuando estaríamos en capacidad de entender su preocupación por la venta de aviones para uso civil y militar, así como barcos patrulleros a Venezuela, -a pesar de no haber observado similar reacción cuando el Gobierno de Aznar aprobó una negociación mucho más inquietante con Colombia, suspendida por el actual Gobierno- nos vemos en la obligación de manifestarle nuestro más rotundo y definitivo rechazo al uso de descalificativos o insultos contra quien, en el ejercicio de su magistratura, se merece consideración y respeto. Soy consciente de que insistir con usted en la más que demostrada condición democrática del Gobierno de Chávez resulta un ejercicio inútil. No obstante, me limitaré a recordarle que la legitimidad de su mandato presidencial y sus actuaciones han sido ratificadas en ocho elecciones sucesivas, algunas de ellas vigiladas y observadas exhaustivamente por representantes de múltiples organismos multilaterales y ONGs de renombre. No ha habido instancia nacional o internacional que haya podido comprobar que el Gobierno venezolano haya incurrido en atropello a las libertades democráticas o violación de los Derechos Humanos, a pesar del empeño puesto por parte de sus detractores en demostrarlo.
Habida cuenta de ello y atendiendo a las más elementales normas de la ética, le solicitamos un tratamiento de altura y de respeto para quien -legítima y legalmente- representa al pueblo venezolano, por decisión libérrima, auténtica y mayoritaria.La condición de jefe de Estado de Chávez nos lleva a exigir que medios de comunicación con una recepción tan amplia como el suyo tengan un trato más respetuoso hacia él.
Yolanda Rojas Urbina.
Cónsul General de Venezuela en Bilbao.