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Carta abierta de la esposa de un trabajador detenido en Las Heras

Fuentes: Partido Obrero

Me llamó Cintia, soy la compañera de un hombre especial, compañero y amigo, con el cual he compartido 7 años de mi vida, con el resultado de tres hijos de 5, 4 y 3 años. Ese hombre se llama Pablo Mansilla, trabajó toda su vida. Hasta el 8 de marzo del 2003 era sólo un […]

Me llamó Cintia, soy la compañera de un hombre especial, compañero y amigo, con el cual he compartido 7 años de mi vida, con el resultado de tres hijos de 5, 4 y 3 años. Ese hombre se llama Pablo Mansilla, trabajó toda su vida. Hasta el 8 de marzo del 2003 era sólo un oficial soldador, trabajador de INDUS, que luchaba para que se le reconozca que él realizaba un trabajo de petrolero y se le pagaba como un albañil. Por eso habían estado 20 días en la ruta y cuando levantaron lloramos porque creíamos que iban a pasar a petroleros y cobraríamos el doble. Pero la empresa INDUS no cumplió.

El 8 de marzo se habían presentado a trabajar, Pablo y cuatro compañeros más fueron detenidos en su lugar de trabajo. La Empresa Indus, su apoderado Daniel Davies, «oh! casualidad» fue visto la noche anterior cenando con jefes de la GOE, y el mismo día en las oficinas de personal de la empresa había estado el Sargento Primero Angulo quien «induce a los testigos a ir a la Brigada de Investigaciones a declarar».

Me contaron que en época de los milicos las empresas señalaban a los trabajadores para que los hicieran desaparecer. Ahora en Santa Cruz señalan a los trabajadores que después de 14 años se animaron a hacerle un paro a INDUS para que los detengan.

A pesar de que lo detuvieron en el lugar de trabajo, no avisaron a las familias lo sucedido.

Cuando fui a preguntar a la comisaría por Pablo, se pararon los gendarmes con sus chicotes en la mano queriendo intimidar. Me dijeron que estaba ahí pero que volviera al otro día. Era mentira, ya lo habían trasladado a Caleta.

Empecé a vivir un infierno, el primer allanamiento lo realizaron violentamente ante mis hijos y sobrinos, después vinieron a hablar de los derechos del niño.

Se llevaron las rodilleras y coderas que son su vestimenta de trabajo como soldador y se los entregaron a la empresa, ahora la jueza para procesarlo dice que su ropa de trabajo son elementos de «protección policial». Señora jueza, Ud. no sabe nada de mi marido, yo si se con quien duermo y no es un asesino, solo es un trabajador que enfrentó a la empresa porque los pobres nos cansamos que nos pongan la mano en el bolsillo y no poder comprarle ni una bicicleta a nuestros hijos. Ignora el trabajo que hace, e ignora incluso lo que se llevaron de mi casa, pero sin importarle que destruye a una familia usa testimonios truchos e inventa pruebas para decir «marche preso».

Ud. y los políticos usan la muerte del policía para tapar todas sus incompetencias, para que la lucha obrera se caiga, y nos sigan sacando plata sin que haya un reclamo.

Yo también quiero justicia, pero la jueza y los políticos se muestran culpando a los trabajadores de la muerte de la que ellos son responsables, sin ninguna prueba más que ser obreros en lucha.

Quiero que todos digamos basta y luchemos por nuestro derechos; mi familia y yo necesitamos de todos para que se termine la burocracia que no nos apoya, los milicos en la ciudad, la persecución en la calle, en el laburo, en toda la Argentina y en especial en Las Heras.

Por favor no permitamos que hoy un trabajador este preso siendo inocente, mañana pueden ser 30.000.