El que fuera jefe de Informativos de la televisión de Franco, Juan Luis Cebrián, reconoce que el diario El País , del que fue director, manipula. Esta noticia se enmarca en el descenso de ventas de El País y, sobre todo, en la progresiva pérdida de influencia del rotativo, en cuya independencia ya nadie cree. […]
El que fuera jefe de Informativos de la televisión de Franco, Juan Luis Cebrián, reconoce que el diario El País , del que fue director, manipula. Esta noticia se enmarca en el descenso de ventas de El País y, sobre todo, en la progresiva pérdida de influencia del rotativo, en cuya independencia ya nadie cree. El que es mano derecha de Polanco acaba de reconocer implícitamente su carácter manipulador. Todo un dato para los que siguen viendo en este diario la Biblia del progresismo.
Cuando se cumplen 30 años de vida del periódico, el que fuera su primer director y actual consejero delegado del Grupo PRISA reconoció que en alguna etapa de su vida, el periódico fue «muy arrogante» lo que le llevó «a cometer errores y a publicar noticias falsas».
El descenso de ventas de El País y sobre todo la progresiva pérdida de influencia del rotativo, en cuya independencia ya nadie cree, ha llevado a la mano derecha de Polanco a reconocer implícitamente su carácter manipulador. «Es verdad que hicimos un buen periódico, pero llegamos a una arrogancia absurda muchas veces, creyéndonos una especie de oráculo que decía lo que estaba bien o mal». Eso es lo peor que ha tenido `El País´, que le ha llevado a cometer errores, a publicar noticias falsas, a no querer reconocer los errores a veces y a un cierto distanciamiento de la opinión pública. Pero, en conjunto, el balance es bueno».
La intima asociación entre la línea del periódico y los intereses del PSOE, sin duda han repercutido negativamente en la credibilidad del periódico. Su postura durante la crisis de los GAL, su silencio ante la corrupción generalizada durante la etapa felipista y su descarado papel como pilar de apoyo a Zapatero, han acabado por provocar el repudio de muchos lectores, que antes eran permeables a su insidiosa propaganda progresista.
Sin embargo Cebrian justifica el descenso de influencia de El País , porque «hay una tendencia al declive de la prensa, fruto de la aparición de Internet y la competencia de los gratuitos. Es casi más duro mantener el liderazgo que conquistarlo».