Aquél que tiene la posibilidad de ver Telesur en la Argentina ya lo sabe: la dinámica de la transmisión, la concisión y profundidad de los contenidos y la calidad de la imagen están superando las expectativas de sus mismos realizadores. La potencia cálida del nuevo canal latinoamericano ha lanzado al trasto de los textos inútiles […]
Aquél que tiene la posibilidad de ver Telesur en la Argentina ya lo sabe: la dinámica de la transmisión, la concisión y profundidad de los contenidos y la calidad de la imagen están superando las expectativas de sus mismos realizadores.
La potencia cálida del nuevo canal latinoamericano ha lanzado al trasto de los textos inútiles el palabrerío de quienes condenaron a priori la experiencia. También, la pre desazón de los amigos acomplejados por la hipótesis del fracaso permanente.
Ahí está Telesur. Vivita e informando.
Pero claro: más de un interesado preguntará ¿dónde puedo ver ese canal? Pues hay otro mito: el de la invisibilidad de aquellos espacios que no pertenecen a los conglomerados empresariales de la comunicación.
Bueno, Telesur puede verse entre las 24,30 y las 4 de la mañana por Canal 7 en todo el país, entre las 6 de la mañana y las 10 por el Canal de la Ciudad, y marcando www.telesurtv.net en una computadora conectada a Internet.
También, se enlazan a Telesur, en la actualidad, numerosos cables del interior del país. Hay varios distritos en los cuales la información continental y mundial sin manipulación constituye una realidad cotidiana. Y empieza a abrir mentes y miradas.
Desde Canal 7, un grupo de realizadores están generando imágenes y coberturas que se distribuyen, junto a la de trabajadores de prensa de toda la región, por innumerables zonas de América latina. Y no son pocas las películas argentinas que han hallado una pantalla adecuada para brindar su mensaje y su estilo al derredor.
¿Parece poco? En términos absolutos, lo es. ¿Es poco? En dimensiones reales, cuando hay que dar batalla en regiones cristalizadas por discursos unívocos, no. Es bastante, falta demasiado.
Los logros obtenidos se deben, en buena medida, a los esfuerzos de muchos hombres y mujeres que han comprendido –desde distintos niveles– que la información y el análisis configuran derechos. Tanto para el emisor como para el receptor. Y que esos dos polos de la comunicación ocupan lugares intercambiables.
Desde los televidentes que han reclamado por distintas vías el acceso a la señal hasta los periodistas que requieren el material; desde quienes han estudiado la necesidad de otra comunicación hasta aquellos que han difundido ese parecer por Internet.
Desde los funcionarios nacionales que –como José Albistur y Gabriel Mariotto en la Secretaría de Medios– se han convertido en militantes de este emprendimiento hasta los compañeros de medios alternativos que ofrecen generosamente espacios para el conocimiento de la experiencia.
Desde los sindicatos que promueven el canal entre sus afiliados hasta las organizaciones sociales que realizan grabaciones y las proyectan en humildes centros barriales. Y también, tantos jóvenes que desde su participación política y estudiantil mostraron interés en aproximarse a esta concreción, que les permite plasmar teorías largamente discutidas.
Y sin embargo… falta. Falta mucho y todos lo sabemos.
Ahora que Rosario Lufrano ha sido designada al frente del Canal 7 es probable que contribuya a su enriquecimiento informativo incluyendo el bloque de noticias de Telesur a primera hora de la tarde.
Ahora que la demanda crece es razonable exigir a Direct TV, Multicanal y Cablevisión que ofrezcan un lugar digno a la señal. Así, se podrían conocer, además de los espacios noticiosos, los programas que intentan combinar pasión e inteligencia.
Es indudable que las pantallas argentinas poseen una carencia. Ya no les falta Telesur… les falta más Telesur.
En esa dirección es preciso encarrilar los esfuerzos. Toda una realidad continental, incluidos sueños, poesías, músicas y anhelos, aguarda ingresar al país: cada casa irá teniendo la opción de abrir sus ventanas a ese –nuestro– mundo.
Es de prever que nadie intente tapar la vida con una mano.
Igualá y largamos, dijo alguna vez el maestro Arturo Jauretche a la hora de referirse a la libre competencia. Eso es lo que se está reclamando; ni más ni menos. Como es en la cancha donde se ven los pingos, Telesur reclama una faja de la pista para mostrar sus virtudes.
Está confiado, como los pura sangre que tienen la mejor ascendencia: en este caso, la cultura de los pueblos latinoamericanos.
– Gabriel Fernández es Director Periodístico Revista Question Latinoamérica / Director La Señal Medios / Conductor Frente a Frente por Multicanal b.. Artículo publicado en el número 21 de Question Latinoamérica