Su presidente Robert Menard y compañía han recibido casi un cuarto de millón de dólares del Center for a Free Cuba, subvencionado por el Departamento de Estado y la CIA, para calumniar a la Isla en diversos temas, entre ellos el del acceso de los cubanos a las nuevas tecnologías
Recientemente, Reporteros Sin Fronteras ha vuelto a armar otro de sus típicos carnavales mediáticos, esta vez con el tema de la «censura a Internet», del cual han publicado una lista de países «malditos», entre los que por supuesto no falta Cuba.
Más allá de inexactitudes, imprecisiones, medias verdades o clásicas mentiras en su informe sobre el uso de la red de redes en Cuba, y su consabida acusación sobre el control que ejerce el gobierno sobre ella, RSF no menciona por ninguna parte la existencia de un bloqueo norteamericano que impide que los cubanos tengan acceso a la fibra óptica internacional.
Tampoco habla de que Cuba solo tuvo acceso a la red en 1996, cuando las administraciones norteamericanas «permitieron» conectarse a un satélite, para sí utilizar Internet en aras de promover la subversión interna.
Desde entonces la Casa Blanca ha brindado jugosos aportes monetarios para la creación y mantenimiento de una serie de sitios web que exhortan a la subversión interna en Cuba y llaman a ejecutar acciones terroristas, e incluso se vanaglorian públicamente de estas violando las más elementales leyes, entre ellas la propia legislación norteamericana.
El dinero que reciben estas organizaciones para mantener una «imagen negativa de Cuba» en el ciberespacio es tan cuantioso, que incluso les ha permitido «comprar» voceros en otras partes del mundo.
Quizás en ese sentido el caso más típico sea el de Reporteros Sin Fronteras (RSF), que desde el 2002 ha recibido del Center for a Free Cuba (CFC) cuantiosas sumas para que calumnie a la Revolución en diversos tópicos, entre otros la famosa «libertad de Internet».
Estas subvenciones escondidas, que fueron descubiertas por la Red Voltaire y confirmadas por RSF ante la evidencia palpable, en el 2002 ascendieron a 24 970 USD, ya en el 2003 se multiplicaron por más del doble, y el año pasado alcanzaron la cifra de 92 330 USD.
Por supuesto, el monto de las «donaciones» es lo suficientemente jugoso para que Robert Menard no tengan reparos en desvariar contra Cuba y su supuesta «represión a Internet», desconociendo que el país en más de una ocasión ha sido reconocido por organismos internacionales como un ejemplo de «desarrollo social» de la informática.
Lo más curioso de esta situación es que el CFC está dando a Reporteros Sin Fronteras un dinero que no es suyo.
Los cientos de miles de dólares en su mayoría proviene de donativos de la USAID, una agencia oficial del gobierno norteamericano, por lo cual el Center For a Free Cuba en la práctica actúa como un puente monetario entre la Casa Blanca y Menard.
Además, la USAID y compañía no solo financian a RSF, sino también a una serie de sitios web y supuestas agencias de prensa satélites de ellos, que estimulan el terrorismo contra Cuba.
Entre ellas está Cubanet, la «niña predilecta» de la administración Bush y la Fundación Nacional Cubano-Americana. Este sitio, fundada en 1994 con 98 000 USD, actualmente recibe unos dos millones de dólares al año a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional de los EE.UU. (USAID), la NED y otros donantes, y recientemente el Plan Bush ha consignado fondos especiales para este sitio u otros del mismo corte.
Otro ejemplo palpable de agresión cibernética es la existencia de Cubaonline, fundada en agosto del año 2000 con 300 000 USD donados por la USAID, la cual apenas un año después le otorgó otros 500 000 dólares y ha mantenido sus contribuciones crecientes, con las cuales financia una extensa red mercenaria de colaboradores.
Además están otras múltiples páginas web y diferentes sitios, entre los que se cuenta el International Media Center (Universidad de la Florida), fundado en febrero de 1999 con 292 000 USD donados por la USAID; o las autotituladas Cubaencuentro, La Nueva Cuba, La Voz de Cuba Libre, Nueva Prensa Cubana, Cubanos Org y otros.
Claro, nada de esto aparece en el informe de RSF, que también «olvida» hablar de la cantidad de sitios que los servidores norteamericanos han bloqueado o simplemente les han aumentado los costos de mantenimiento, para callarlos, por el solo hecho de disentir de su política «antiterrorista».
Por supuesto, RSF no quiere problemas y si muchas risas y agradecimientos del gobierno norteamericano, la gallina de los huevos de oro, que a través de uno de sus recaderos (Center For a Free Cuba), desde el 2001 le ha dado casi un cuarto de millón de dólares por enfangar a la verdadera Cuba, y se desconoce cuánto les ha «donado» este año.
Ahí está la verdadera razón del por qué RSF «sataniza» el uso de Internet en Cuba.