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Cronopiando

¡Ha muerto el cerdo!

Fuentes: Rebelión

Lo informaba el periódico El País en su edición digital del pasado lunes como prueba del respeto que guarda ese periódico para con sus lectores y de su interés en brindar a los mismos una información veraz y objetiva. En su sección «Gente», El País recogía la noticia publicada por la revista estadounidense People dando […]

Lo informaba el periódico El País en su edición digital del pasado lunes como prueba del respeto que guarda ese periódico para con sus lectores y de su interés en brindar a los mismos una información veraz y objetiva.

En su sección «Gente», El País recogía la noticia publicada por la revista estadounidense People dando cuenta del sentido fallecimiento de Max, un cerdo de 130 kilos que durante los últimos 18 años había «convivido» con George Clooney en la residencia que el actor tiene en Hollywood.

Clooney, al decir del periodista, se sentía desolado ya que «Max cubrió todas sus necesidades de cerdo» y además se encontraba promocionando su última película (el actor, no el cerdo) por lo que el fallecimiento del animal (el cerdo, no el actor) le sorprendió lejos de la residencia que compartían.

Para colmo de males, informaba El País, el año que termina, al parecer, ha sido un año funesto para las mascotas de Clooney dado que también tuvo que enterrar a otra de sus mascotas, un bulldog.

Sé que, quizás, haya quien piense que es una frivolidad que un periódico que ni siquiera es parte de la llamada prensa del corazón, se ocupe de una luctuosa noticia como la descrita, mientras no acaban de enterrar, por ejemplo, a los muertos en Filipinas por el paso del último tifón, o a los muertos de todos los días en Iraq o Palestina. Me consta que hasta podría dar lugar a equívocos la reseña periodística del puerco muerto cuando agoniza Pinochet en Chile, pero un medio de comunicación que se respete tiene la obligación de destacar, también, el dolor de los famosos cuando se les mueren los cerdos.

Por otra parte, la noticia también sirve de ejemplo para calibrar la importancia que tiene ese dinero que uno invierte comprando periódicos como El País para ponerse al día del acontecer mundial, y ya que El País no informó en su día del triste deceso del bulldog de Clooney, al que ni siquiera identifican, ni el periodista que redactó la noticia se molestó en averiguar el lugar y la hora de los posibles funerales del cerdo, de si será incinerado o convertido en embutidos que consuelen a Clooney de su ausencia, oportuno es que, al menos, se nos informe ahora de su triste muerte, casi a las puertas de la Navidad.

Al fin y al cabo, un marrano como Max no muere todos los días.

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