El 14 de marzo se celebra el día de la prensa cubana, una prensa que durante más de cuatro décadas ha centrado su trabajo en defender a la Revolución Cubana, al gobierno y a sus principales dirigentes. Juan Marrero, vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) lo definió a la BBC de forma […]
El 14 de marzo se celebra el día de la prensa cubana, una prensa que durante más de cuatro décadas ha centrado su trabajo en defender a la Revolución Cubana, al gobierno y a sus principales dirigentes.
Juan Marrero, vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) lo definió a la BBC de forma diáfana: «El papel de la prensa cubana es en primer lugar defender a la Revolución y hacerlo con profesionalidad, usando las armas de la verdad y la objetividad».
Quizás esta premisa sea la causa por la que los medios de prensa cubanos silencian muchos de los problemas más acuciantes de la población como son los salarios y los precios o el déficit en la vivienda y en el transporte, entre otros.
Parte de la verdad
«No es que mientan, pero todos sabemos que sólo nos dicen parte de la verdad, la que le conviene al gobierno», nos explica un trabajador por cuenta propia que a pesar de esto se define a sí mismo como revolucionario.
«No decir la verdad completa no quiere decir que se mienta; la situación del país obliga a ser cuidadoso», explica Marrero y agrega que «a veces no se pueden lanzar al ruedo todos los elementos de que pueda disponer un periodista».
El vicepresidente de la UPEC afirma que la hostilidad de Estados Unidos obliga a la prensa cubana a silenciar muchas informaciones, algunas incluso positivas, para no darle armas al enemigo. «Eso constituye -argumenta- parte de la defensa de la Revolución».
Más información
La población quiere que se hable de sus problemas. Caridad del Río y otras dos mujeres entrevistadas en las calles del barrio de Centro Habana dijeron a la BBC que la situación con la vivienda debería ocupar los espacios periodísticos.
«Que (los medios de prensa) tocaran todos los temas habidos y por haber y que fueran más abiertos, que no fuera solo un pensamiento de izquierda, sino que cada uno pudiera llegar a sus propia conclusión», dijo a la BBC Jaime Yarguez.
Para Lazara Silva, la prensa cubana debería ser más variada, «debería hablar de todo; es que se centra en una sola cosa y repite todos los días lo mismo y nosotros necesitamos informarnos de muchas cosas; dicen muy poquitas cosas».
Incluso personas afines al gobierno sienten la escasez de información sobre algunos temas. Pedro Julio Díaz dijo que quisiera que hablaran «de Fidel, de su salud, de cómo sigue. Sabemos que sigue bien pero nos gustaría que nos hablaran de la salud de nuestro comandante».
La credibilidad
Sin lugar a dudas, el control total de los medios de prensa debe haber sido una poderosa arma en manos del gobierno cubano pero 40 años de uso político de los mismos los han desgastado enormemente.
Y llegan débiles a una encrucijada difícil en la que las nuevas tecnologías -internet y las antenas satelitales clandestinas- rompen con su monopolio informativo generando una competencia a la que no están acostumbrados los periodistas cubanos.