Una entrevista del 3 de junio en El País al presidente de Coca Cola en España y Portugal, Marcos de Quinto, tiene estas bucólicas palabras para la multinacional en su introducción: «»Él no le da importancia: promueve, desde la Fundación Coca-Cola, el teatro; estimula la creación literaria; premia a los empleados con viajes-sorpresa cada vez […]
Una entrevista del 3 de junio en El País al presidente de Coca Cola en España y Portugal, Marcos de Quinto, tiene estas bucólicas palabras para la multinacional en su introducción: «»Él no le da importancia: promueve, desde la Fundación Coca-Cola, el teatro; estimula la creación literaria; premia a los empleados con viajes-sorpresa cada vez que se sienten felices por algún logro, y tiene en su oficina nítida de la autopista de Barcelona, en Madrid, el ambiente de un club relajado».
Esa es la imagen que ofrecen de la multinacional de refrescos en el primer mundo los medios de comunicación, pero si vamos a escuchar a los sindicatos de los países pobres sobre cómo se comporta Coca Cola, podemos encontrar tan sólo dos semanas después, el 19 de junio, al sindicato colombiano Sinaltrainal denunciando de niños explotados en las embotelladoras de Colombia, la contaminación de humedales y cómo se encadenan para protestar los trabajadores exigiendo que se les respete el derecho al trabajo y a la libertad sindical. A todo ello hay que añadirle los ocho sindicalistas de Sinaltrainal que trabajaban en Coca Cola y han sido asesinados. (Ver http://www.sinaltrainal.org/ ).
Ninguno de estos temas inspiró pregunta alguna en la entrevista al ejecutivo de la multinacional en El País.
Estas son las fotografías con las que el sindicato Sinaltrainal denuncia la explotación de niños por Coca Cola en Colombia:
