Papeles… «pa» que los voy a leer. Mis penas y alegrías no me los quieren poner. Fandango de Huelva. No hay posibilidad de una comunicación democrática en una sociedad neoliberal que los poderosos y sus pregoneros encubren con el erróneo y engañoso término de… occidental. Esta sociedad, basada en los principios capitalistas hacen del «libre […]
Papeles… «pa» que los voy a leer.
Mis penas y alegrías
no me los quieren poner.
Fandango de Huelva.
No hay posibilidad de una comunicación democrática en una sociedad neoliberal que los poderosos y sus pregoneros encubren con el erróneo y engañoso término de… occidental. Esta sociedad, basada en los principios capitalistas hacen del «libre mercado» -no confundir con «mercado libre»(1)- su bandera y su doctrina. Y junto con sus medios de des/información y gabinetes de comuni/contaminación estructuran un auténtico Régimen al servicio de las corporaciones transnacionales y en el que se apoltronan las burguesías locales. Es la globalización. Una sociedad presuntamente consumista explotadora de mano de obra -y mente- y depredadora de materias primas.
La globalización se presenta cómo un nuevo paraíso al cual se accede si picamos en cualquiera de sus dos anzuelos. En uno de ellos -el consumismo- nos ofrecen múltiples objetos y cachivaches; en otro, -el desclasamiento social- la posibilidad del trepe individual en la gran pirámide social. Eso sí, tras la zanahoria… el palo. Un palo que no sólo no se esconde sino que, por el contrario, alardea de su omnipresente potencia mientras utiliza las terroríficas armas -jurídicas, mediáticas, policíacas y militares del sistema capitalista. Todo ello da lugar a la aparición en el siglo XXI de un nuevo fenómeno: el GLOBALISMO: etapa actual del imperialismo
Allí dónde no existe una sociedad democrática -gobierno del pueblo, por y para el pueblo- no hay, no pueden desarrollarse unos medios de comunicación democráticos. En estas sociedades «democráticas» que se validan por el mero hecho de hacer consultas periódicas a la población mediante procedimientos electorales trucados, cuándo no claramente fraudulentos, podemos encontrar algún medio alternativo -de base- al margen del poder económico y de su subordinado poder político. Pero, ¿Hay algún medio que sea «independiente» de la propiedad privada o gubernamental?. ¿De las presiones comerciales o publicitarias?
La comunicación -entendida cómo la suma de los mensajes procedentes de los instrumentos educativos clásicos, los medios de información y los cibernéticos-, constituye una herramienta imprescindible para desarrollar el conocimiento y asegurar la supervivencia de la especie humana. Desde este punto de vista, podríamos hablar de escuelas comunales, medios alternativos de información e incluso ciertas posibilidades que abre la navegación consciente por esa recién mar océana llamada Internet. La comunicación así desarrollada al margen o en los intersticios de este auténtico Régimen totalizador puede llegar a cientos, a miles, a millones de personas y son auténticos manantiales democráticos de cultura libre. Pero los grandes ríos de cultura, los océanos de información están concentrados en muy pocas manos. Y en su mayoría al servicio del Globalismo.
En sus orígenes, y gracias a la comunicación, junto con el proceso paralelo de socialización, la persona -hombres y mujeres- han podido cubrir en parte las necesidades de alimentación, vestido, vivienda y reproducción que toda especie necesita para evitar su extinción. Y además, cada individuo nos beneficiamos de la experiencia heredada -acervo común-, de relacionar viejas y nuevas cosas e ideas -cultura- y del posible mestizaje de etnias, pueblos y sujetos -transculturación-. ¡Ojo! Este último afortunado término poco o nada tiene que ver con el publicitado y defendido… multiculturalismo.
La vieja y urgente utopía recogida en el Informe Mac BRIDE (2) de: «Un solo mundo, voces múltiples» implicaba la mundialización -no confundir con la globalización- de los Derechos Humanos y entre ellos la Libertad de poder acudir gratis a la escuela, al instituto, a la universidad cómo fórmula garante de «la igualdad de oportunidades»; recibir y emitir información a través de unos medios cuyas tareas deberían subordinarse cuándo menos a los intereses de «servicio público»; y unas autopistas de la información ¡sin peajes! mediante el empleo de instrumentos lo más ecológicos posibles que permitieran hablar, oír, y ver sin tener que pagar por ello a las transnacionales de las telecomunicaciones… los ondatenientes.
Cuestión de dinero
El dios dinero lo es todo. Casi todo se reduce a tener dinero. Cómo decía un hombre sabio, Eloy Terrón, «siempre hay más cosas que dinero». Ese el «quid» de la sociedad de consumo -objetos de usar y tirar- para aquellos que la pueden -podemos- disfrutar. Para los demás, para la inmensa mayoría, aquellos que no pueden gastar más de dos euros al día su vida se convierte es un sin vivir.
El dinero real, de plástico o el financiero y bursátil no tiene patria, pero sí patriotas enardecidos por el euro, el yen e incluso por el ya desprestigiado dólar y dispuestos a que otros maten por ellos cómo garantía de sus libertades consumistas y del libre acceso -previo pago- a todo tipo de bienes y servicios, incluidos los lujos más obscenos.
Los poderosos, los ricos -entidades financieras y transnacionales- no se conforman con disponer de mucho dinero necesitan acumular dinero. Y para ostentar un poder supremo necesitan además controlar nuestro tiempo y nuestras mentes. (3) La vieja y renovada táctica de «pan y circo» para conseguir lo estratégico: el dinero y el mando. Poder económico e ideológico -político, religioso, cultural- de una oligarquía que cambia de piel para no mantener e incrementar sus privilegios.
Los trilaterales ahorman a sus lacayos: los «chicagos boys» y «neo con» (servadores), en las Universidades Privadas, los Institutos de Estudios Empresariales e incluso en una buena parte de Departamentos -patrocinados- de Universidades Públicas. Estas escuelas «MBA» de negocios y otros «master» de entidades mercantiles son auténticas academias de formación de nuevos cachorros al servicio del globalismo.
La escuela y la universidad no son «públicas y gratuitas». La gratuidad de la enseñanza se sustituye por las becas y los créditos bancarios. No es el mérito y el esfuerzo sino el dinero lo que condiciona la carrera escolar y universitaria. Los globalistas impiden la universalización -gratuita y para todos- de la enseñanza. Alcanzan más títulos los que disponen de más dinero. Los estudiantes no sacan notas, los universitarios no se licencian, alcanzan «créditos»; no se doctoran, se «gradúan» ¿cómo los militares?. El estudiante deja de ser alumno/a para devenir en cliente. Aparecen Universidades a distancia y… de lejos. Se implantan planes de estudio adelgazantes cuándo no anoréxicos o virtuales: personalizados, «on line», etc. El Plan Bolonia de reciente implantación en la Unión Europea reduce el tiempo de las licenciaturas e ingenierías de cinco a cuatro años; las diplomaturas y carreras técnicas de tres a dos. Los «doctorados» se sustituyen por «master» -¡Sí, mi Amo!- y no por Maestrías o «Magíster» -de Maestro-. Las Universidades dan «créditos» por jugar al fútbol, ser «voluntario» -trabajar gratis-, y hasta por delatar a profesores y compañeros. Se premian con «créditos» la asistencia a simposium, mini-congresos y hasta por asistir al pase de películas… publicitarias y porno.
En la Universidades Privadas se aplican fórmulas de «dos en uno» y hasta tres títulos impartidos a la vez: Derecho y Económicas, Sociología y Empresariales, Periodismo y Mercadotecnia, etc. Aparecen nuevas carreras de dudoso contenido científico por Ej.: Ciencias del Seguro. ¿Ciencias? ¿Seguro?. En la red hay múltiples ofertas dónde comprar títulos universitarios y de post-grado. A los viejos paraísos fiscales añaden ahora los nuevos paraísos… universitarios.
Los estudios universitarios ya no tienen como finalidad el de ayudar a potenciar el conocimiento humanista y científico de las personas y por ende el enriquecimiento material e intelectual de la sociedad, sino a una formación específica al servicio del sistema productivo capitalista. Se trata de rechazar a individuos eficaces -que piensan- y buscar tan sólo a aquellos otros eficientes -que obedecen-. Los primeros actúan críticamente y desarrollan la ciencia y sus diversas aplicaciones: la técnica, de forma altruista al servicio de la humanidad; los segundos son peones dóciles encargados de fabricar patentes al servicio de la producción globalista.
De nuevo, resurgen colegios y centros educativos para niños de familias ricas y/o de pobres. Escuelas de pago -privadas y concertadas- o institucionales -mal llamadas «públicas»-; de ayuntamientos, gobiernos regionales o del estado. Con esta falsa división: privadas o públicas se intenta y consigue hurtar el permanente debate sobre un derecho: el de mantener y extender la escuela «pública y gratuita», para, siguiendo el sueño del Ché, posibilitar la formación del «hombre nuevo». Una persona, un ciudadano mundial, y no un individúo servilmente «global».
En EE.UU. y en Europa el llamado fracaso escolar es bueno para un sistema que selecciona un nuevo tipo de asalariado: el «cognitariado» que según Alvin Toffler (4) ha de ser un sujeto sumiso a la movilidad geográfica y funcional impuestas por las organizaciones patronales. El «mundo es móvil» -acudir allí dónde le manden a uno- y polivalente -ser chica/o para todo-. Y ambas cosas, sin rechistar. Y además, entregar a la producción privatizada todo tu tiempo, tu trabajo y tus afectos. Es el nuevo patriotismo empresarial o de marca. Te has de convertir en un «brusterman» , (ver película Los nuevos españoles del director español Roberto Bodegas), en un patriota de «tu» empresa o en un forofo de la marca que llevas en tu camiseta o en tu calzado.
No dedicamos el día para trabajar y la noche para descansar. Todo el mundo útil debe trabajar y consumir de día o de noche. Las máquinas no descansan, las personas tampoco. Es el «full time» un timo laboral basado en «tu» -nuestro- trabajo no ya de «sol a sol» sino «de sol a luna y de luna a sol». El régimen ha de funcionar interrumpidamente… Las ganancias, también. Su reparto puede esperar.
Y, por si esto fuera poco, hay que aceptar trabajar como «precario» (becario, en prácticas o con contratos basura) autónomo o como «free lance» -huérfano laboral-, trabajador sin protección sindical, ni Seguridad Social.
La deuda
Antaño la deuda era una losa de la que no se podían librar las naciones empobrecidas o en vías de desarrollo. En la Conferencia de Países no Alineados que se celebró hace ya unos años en la India, la delegación cubana presentó un Informe Económico y Social del Mundo (Edit. Siglo XXI) que llegaba a un par de conclusiones incontrovertibles. Una, que si se descontaba lo ya pagado más la succión de divisas y materias primas, el balance era superior a lo aportado por los donantes. Y dos, que no sólo era imposible pagar la deuda externa sino que, si se optaba por el desarrollo de los pueblos, ni siquiera se podrían abonar los intereses usureros de la misma.
Hubo Presidentes que pidieron reiteradas demoras en el pago de la deuda y de sus intereses. Otros como el argentino Raúl Alfonsín pidió saldarla en especie con el envío de trigo y carne de vacuno. Esta propuesta fue rechazada pues hubiera destrozado parte de la agricultura protegida de Usamerica y Europa.
RIUS llegó a publicar un libro satírico (5) contando lo que pasaba y lo que habría de pasar dado las circunstancias. La deuda histórica era de los países ricos del Norte -deuda ecológica- a los pobres del Sur, y no al revés como nos querían hacer creer los mal llamados medios de comunicación occidentales, es decir… capitalistas.
La desigualdad
Los Informes PNUD (Agencia de la ONU. para el Desarrollo) de 1.999 al 2.002 (6) nos venían aportando datos de la injusticia sufrida por los habitantes de amplias regiones de nuestro planeta. Una injusticia basada en profundas desigualdades sociales y económicas.
Una desigualdad que «se ha agravado, tanto a escala mundial como dentro de los países. La distancia entre el país más rico y el más pobre era de 3 a 1 en 1820, hasta llegar a 74 a 1 en 1997″. Las 200 personas más ricas del mundo se hacen cada vez más ricas. Su activo es superior al ingreso combinado del 41% de la población mundial -2.460 millones de seres humanos-»
Las cifras no son demagógicas, la demagogia esta en los hechos. Unos hechos luctuosos que no son difundidos ni analizados en profundidad por una medios que atienden a las premisas de una comunicación globalizada. «Las transnacionales -afirma el Informe- superan con mucho a muchos gobiernos en cuanto a poder económico, social, político, informativo e incluso educativo y cultural.
Y es que cómo decía el fandango de Huelva los «papeles», los medios de comunicación «burgueses», no hablarán de las alegrías de los pobres -sus victorias democráticas- ni del origen de sus penas -explotación laboral y paro- y sus dramáticas consecuencias. Los medios de comunicación no están hechos al servicio de la mayoría de la población mundial, ni siquiera al servicio de «sus lectores», «escuchantes», o «televidentes», sino a la defensa de los intereses de los globalistas: la nueva gran burguesía global.
Unos están en la noche, Otros en la luz.
Y vemos a los de la luz
Más no a los de la noche.
Bertold Brecht
Las clases sociales existen y de no cambiar las cosas aún tendrán una larga existencia. A la tradicional pero vigente división entre «explotadores y explotados» (Marx-Engels), se pueden añadir otras como las de: «soberanos e intervenidos», (Joan Garcés); «ganadores y perdedores», (EE.UU.); «incluidos y excluidos» (Susan George) o los «imprescindibles y prescindibles» y «subdesarrollados y… subdesarrolladores » definiciones ambas de Manuel Vázquez Montalbán.
Lo que sucede en el terreno de lo económico y lo social, también sucede en el extenso campo de la comunicación. Así, para el añorado Vázquez Montalbán (7) en el mundo podemos ver el fenómeno de una opulencia comunicacional contrapuesta a una miseria del mismo tipo.
En la parte minoritaria y opulenta del mundo los periódicos de papel, los audio-visuales y los virtuales ofertan alimentos, ropa, viviendas, viajes, sexo, emociones, ilusiones, sueños. Desde sus mejores páginas -las impares-; desde las horas de máxima audiencia -que coinciden con los horarios de desayuno, almuerzo y cena-; desde los ratos de rutina laboral, ocio casero o insomnio -la soledad del internauta- los medios de comunicación clásicos y modernos son y/o están al servicio del poder. No es la prensa, como antaño pretendía ser considerada, la garante de la Libertad de Expresión y un auténtico Cuarto Poder. El Poder siempre ha creado y acaparado los instrumentos de comunicación: la campana, la imprenta (libros y periódicos), las emisoras de radio-TV y los satélites de telecomunicaciones para el control de las informaciones espaciales: canales o transportadores de mapas, de meteorología, para el uso particular de las corporaciones transnacionales y exclusivo de los militares.
La economía globalizada sobresale en los medios por encima de la política, lo social o la cultura. Cada vez hay más periódicos «salmón» de economía, publi-gratuitos, o inundados por noticias sobre las ganancias de las empresas o los vaivenes de la bolsa.
La mayoría de sus profesionales, informadores, productores, realizadores, etc. tienen que servir a los intereses de los poderosos. Y no porque -en y por principio- sean serviles- y sumisos, sino porque toda actividad mediática impone el principio denunciado por Upton Sinclair de «Quién paga es quién escribe«. De ahí, que aún hoy goce de plena vigencia la cínica frase de un periodista estadounidense, el cual llegó a definir al periodismo -uno de los más viejos oficios del mundo- «como la única profesión que dignifica a la persona, una vez que lo ha… abandonado». De esta manera, la otrora todopoderosa prensa ha dejado de ser el «cuarto poder» y ha sido sustituida por la comunicación global, en la que sus trabajadores han devenido en simples voceros del poder -sobre todo económico-.
En esta parte rica del mundo hemos pasado de la etapa de la comunicación social o de masas -mejor decir para las masas- a una comunicación fragmentada o individual en dónde la industria de la conciencia provee, uno a uno y según su poder adquisitivo, las demandadas píldoras culturales, informativas o virtuales, casi todas ellas provenientes de usamerica. Según describía el Informe PNUD «Las películas y otros productos audio-visuales de Hollywood alcanzaron el 70% del mercado fílmico de Europa, el 83% de América Latina y el 50% de Japón».
En la parte pobre -la más extensa- sus habitantes sufren los avatares de una miseria cultural, mediática y tecnológica de proporciones dantescas y de un neo-colonialismo inhumano. Más de 1.000 millones de personas son analfabetas y muchísimas más son «analfabetos funcionales» gentes que saben leer y escribir pero incapaces de comprender un texto sencillo.
El hambre
Los pobres -personas y países- son «los condenados de la tierra» (Frantz Fanon). Y sus habitantes sufren hambre, desnutrición y graves carencias alimenticias.
Según la ONU mueren cada día 24.000 personas de hambre y esta cifra llega alcanzar hasta los 100.000 si le sumamos las nefastas consecuencias de la desnutrición. Al año 35 millones de personas, la mayoría menores de cinco años, son víctimas de un régimen globalista que permite este genocidio mundial. Mientras esto ocurre, los expertos aseguran que la tierra puede alimentar con holgura a más de 12.000 millones de personas, lo cual viene a confirmar la paradoja de que sobran alimentos pero falta comida.
Un dicho español afirma: «Soy pobre, pero honrado». De la misma manera, ¿se podría decir: «rico, pero honrado»?. ¿A que no?.
LEY -suprema- DEL EMBUDO
Ahora se cumplen cincuenta años de cuando Pablo Neruda (X) describiera en un largo poema los efectos de la Ley -suprema- del Embudo:
«Para el rico la buena mesa.
La basura para los pobres.
El dinero para los ricos.
Para los pobres el trabajo.
Para los ricos la casa grande.
El tugurio para los pobres.
El fuero para el gran ladrón.
La cárcel al que roba un pan.
París, París para los señoritos.
El pobre a la mina, al desierto.
«Esta Ley, -añadía el poema- al fin establece la jerarquía obligatoria, y sobre todo los principios de la cristiandad». Fragmento del Canto General. Pablo Neruda. Tomo II. Pág. 166. Losada. Buenos Aires-975 (Sexta edición).
Dentro de las dos únicas clases: explotadores y explotados podríamos luego describir también las capas, los estatus, las categorías y hasta las castas sociales. De lo que si podemos estar seguros es el que los pobres, en feliz y hermosa palabra de Benedetti son y están… ninguneados. O en ¿el mejor de los casos? en manos de «monjitas» «voluntarios», ONGs, etc.
Para escapar de los «guetos» de pobreza parte de la gente huye hacia las zonas más atractivas del planeta. La publicidad engañosa «vende» un mundo al alcance de la mano lleno de camisetas, zapatillas «deportivas», comida basura y un mundo multicolor y deslumbrante. Se produce el «efecto llamada».
Pese a esta visión disneydorada, la realidad es otra. Es hora de decirlo: ¡viajar es de pobres!. Viajan los emigrantes, los exilados, los refugiados, los transterrados, los representantes del comercio y los que llenan las plazas ofrecidas por el turismo de masas y los billetes aéreos de «bajo coste».
Los ricos y muy ricos tienen varias mansiones en su país y lujosos inmuebles en otros entornos geográficos. Amén de barcos y aviones de uso estrictamente privado. Mientras, sus caudales se encubren y potencian al amparo del secreto bancario y los paraísos fiscales. Los ricos no disfrutan de permisos de vacaciones, veranean; no viajan en conserva deprisa y corriendo, se trasladan placidamente de una a otra de sus mansiones y posesiones. Y por si fuera poco, la globalización proporciona a sus clientes más selectos -a unos pocos elegidos- la tarjeta de crédito «platino» ofrecida por varias entidades financieras cómo una especie de llave universal para disfrutar de todas las ofertas del paraíso consumista.
Para hacer frente a esta situación el escritor suizo Jean Ziegler acaba de pedir un nuevo Derecho Humano: el Derecho a la No Deportación, y pone el dedo en la llaga al denunciar que «es una tragedia lo que ocurre todos los días en las costas atlánticas y mediterráneas, miles de personas -emigrantes-que mueren ahogadas». Quizás habría que pedir que ese nuevo Derecho garantizara a todos los seres humanos el imprescindible y urgente pasaporte mundial.
Cosecha robada
Jean Ziegler (8), relator de las Naciones Unidas, también afirma con rotundidad: «Los biocombustibles tendrán como secuela el hambre». El informe añade: «el modelo actual de producción para la bioenergía se sustenta en los mismos elementos que siempre causaron la opresión del pueblo: la apropiación de la tierra, la concentración de la propiedad y la explotación de la fuerza de trabajo».
Todo se compra y se vende. El «libre comercio» de los globalistas impone la desregulación para los países empobrecidos a la vez que protege a muchos de sus sectores productivos, por ej.: la agricultura y los productos ganaderos que gozan de excelente salud gracias a estar subvencionados y protegidos con aranceles y otras barreras aduaneras. Los pobres ven como sus cosechas son robadas (9) a los bajos precios que impone el mercado.
Pese a la existencia de una fábrica ¿holandesa? ¿de Singapur? dedicada a convertir -ellos los llaman reciclar- cenizas mortuorias en pequeños y aparentes diamantes, quizás nadie ha pensado aún que los cadáveres de los pobres podrían ser una buena materia prima para la obtención barata de biocombustibles. Lo que sí ya hay son múltiples negociantes encargados de lucrase con la transformación de los agroalimentos en biodiesel. Unos sujetos capaces de arrancar árboles, cereales y leguminosas de bajo precio, empleados por los pobres para su vivienda y alimentación, a fin de fabricar combustible útil para mantener vivos los grandes intereses de la industria de la automoción. Las únicas materias primas destinadas a este fin deberían ser las plantas no comestibles y los restos agrícolas. De lo contrario, aumentará la competitividad por los alimentos, la tierra y el agua.
Párrafos aparte habría que dedicar a la proliferación de productos transgénicos y la eliminación de semillas autóctonas en muchos rincones del planeta.
Las carencias de agua corriente y/o tratada provocan innumerables muertes y enfermedades. En la actualidad, muchas regiones del mundo sufren inundaciones periódicas mientras que cotidianamente sus habitantes carecen de agua corriente y potable.
El agua y su distribución están cayendo cada vez más en manos de compañías transnacionales, en un proceso de privatización que golpea a los más menesterosos. El agua para beber, cocinar y el aseo junto con el lavado de ropa y la limpieza casera deber seguir siendo un derecho de todos y estar al alcance de todos.
Algunas guerras actuales y muchas de las futuras tendrán cómo principal motivo el control y uso de los ríos, los acuíferos y todo tipo de reservas hídricas. En el «Manifiesto del agua» (10) Ricardo Petrella describe este fenómeno y sus repercusiones a corto y largo plazo.
Recientemente el Tribunal Latinoamericano del Agua (TLA) se ha manifestado la exigencia al derecho a agua potable y sana. Según estos «puñetas» el derecho al agua es un tema económico y social.
Cien litros ¡gratuitos! por persona al día debería ser un Derecho contemplado en los nuevos Derechos Humanos del siglo XXI. A partir de esta cantidad habría que establecer tarifas racionales según el tipo de consumo: agrícola, industrial, sanitario, hotelero, de ocio, etc.
La historia al revés
Eduardo Galeano (11) utiliza el término «democradura» para referirse a la mezcla de formas democráticas y terror totalitario.
El globalismo posibilita que en el mundo rico sobren casas pero falten viviendas. Los ladrillotenientes -constructores y promotoras inmobiliarias-, la usura bancaria (hipotecas a 40 años sobre pisos instalados en bloques que no aguantarán en pie más de 30 años).
Mientras, los pobres han de subsistir en chabolas, favelas y otros hogares fácil pasto de las llamas y de otras catástrofes -mal llamadas- «naturales». De todos es sabido que los ciclones, los tornados, los maretajes perjudican siempre y en mayor medida a los más pobres. Lo que mayor número de víctimas provoca no es la madre naturaleza, sino las infrahumanas condiciones de vida.
La historia siempre la escriben los vencedores. Ellos imponen a sangre y fuego su religión, su moneda, su cultura. Los pueblos sometidos al neo-colonialismo y al globalismo ven cómo sus gentes se refugian en tópicos cómo «lo más importante es tener dólares» en vez de «plata» o los apreciados euros. O no puedes progresar «sin saber inglés», cuando ya los propios ejecutivos, desconocedores de sus propios y ricos idiomas, dejan de estudiar inglés para limitarse a practicar «business» o «globish».
Los acontecimientos cotidianos de la vida caminan por un lado y los medios de comunicación circulan por otro. «De lo que leas, oigas, o veas; la mitad te creas» Ver en los medios y/o hacer turismo «de redil» no es conocer. Todo conocimiento implica búsqueda, curiosidad, contraste. Para comprender una realidad hay que cavilar, contrastar informaciones, tener noticia adecuada del entorno. Y además, aprender al modo de Alfonso Sastre que no todo lo que es «la realidad» (por ej.: el capitalismo, la globalización) es «la verdad» .
Los que se salen de la realidad impuesta por el Régimen, los que luchan contra él Sistema, notarán muy pronto, en su vida y en su cuerpo, las desventajas de su acción. Eso no significa que carezcan de razón o que sus reivindicaciones y sus batallas no tengan validez.
Parafraseando el difundido dicho de «Al enemigo, ni agua» Susan George (12) en su Informe Lugano. Sobre la conservación del capitalismo en el siglo XXI» bien podría haber puesto en boca de sus redactores la nueva consigna de… «A los pobres, ni agua». Que sería una forma concreta de decir: ¡ahí, os pudráis!… de sed, de cólera, de hambre, de malaria, de sida, etc. etc.
Y eso no sólo sirve para lo pobres, pues si, por cualquier motivo, en algún momento cualquiera de nosotros deja de ser consumidor o tan siquiera trabajador… No sólo te dejarán morir de hambre, sino que ¡TE ASESINARÁN!. Eso sí, a oscuras, de hambre o con guerras «limpias» y armas «inteligentes». Y en algunos casos, incluso bajo el amparo del Consejo de ¿Seguridad? de Naciones Unidas.
Arriba parias de la tierra,
en pie, famélica legión.
Atruena la razón en marcha es el fin de la… opresión.
«La internacional «
El globalismo como sistema totalitario de control cuenta con muchos medios para llevar a cabo su misión. Al viejo complejo industrial-militar de los EE.UU. y a sus fieles aliados los capitalistas de Europa y Japón los nuevos tiempos los han traído nuevos instrumentos. Grupos de presión y «tanques» de pensamiento cómo la Trilateral, el Club Bilderberg, el Foro de Davos y tantas y tantas Fundaciones de claro marchamo neo-liberal. Entes antidemocráticos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio. Y no satisfecho con esto, el globalismo cuenta con poderosos ejércitos privados, nacionales y de la «comunidad internacional» como por ej.: la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Algún medio de comunicación ha podido explicar -explicarnos- que leñe hacen sus tropas desplegadas en el Mar Adriático, en el Mediterráneo Este o en el Océano Índico.
El globalismo dispone de innumerables legiones de globalistas. Muchos de ellos a sueldo y bastantes más por el hecho de estar imbuidos de las ventajas que ofrecen conceptos ambiguos como: libre comercio, competitividad, productividad, civilización occidental, etc.
Roque Daltón (13) nos advertía contra el peligro de los fascistas. Hora es de advertir del peligro de los globalistas. Unos sujetos que intentan prescindir de los pobres, del lumpen proletariado. Ellos saben que la pobreza lleva a la indigencia, a la marginalidad, a la exclusión. Los pobres mueren de hambre, de incomunicación. Son invisibles para la sociedad opulenta. Mientras esto ocurre, los globalistas no creen tener problemas; pero si los marginados se reunen, se juntan, se organizan e intentan levantar la cabeza para eso están los «cuerpos y fuerzas de la seguridad» de los Estados y los articulistas, tertulianos, «todólogos», y mercenarios de los gabinetes de contaminación para reprimir por tierra (periódicos) mar (emisoras de radio) y aire (televisión). El cable de fibra óptica, la internet puede llegar a ser para los pobres, pero no de los pobres. ¡Ni hablar! ¡Hasta ahí podríamos llegar!.
Desde los hipermercados hasta E-bay el mundo se convierte en un zoco global. «Comprar y callar» esa era la máxima del capitalismo clásico.. Pero este nuevo Régimen -el globalismo- no sólo te invita a ser un «mero espectador pasivo de información» sino que «participes» de forma «activa». Ahora, puedes cantar –karaoke-, bailar –gimjazz-, soñar -cine en casa-, jugar -video consolas- ¡vaya nombrecito! u otras drogas que se enchufan como las «cadenas» de música, de radio o tv. y la novedosas cajitas de ruido –i-pod / Mpx– bien en tu casa o en lugares privatizados: discotecas, gimnasios, locutorios cutres, cibercafés.
Uno de los autores estadounidenses más lúcidos en las materias relacionadas con la comunicación: Herbert Schiller (14) ya había proclamado que todo tipo de comunicación era producida para aquellos que lo podían pagar. Aquellos otros que no contaban con medios económicos -audiencias «indeseables»- quedarían relegados a la ignorancia, a la falta de información relevante, a ser víctimas de la brecha digital.
El lugar de nacimiento, el origen familiar y la mayor o menor política de «igualdad de oportunidades» condicionan a la mayoría de los empobrecidos. Incluso a jóvenes, parados y ancianos sin recursos les obligan a pagar las llamadas de telefonino (celular) y navegar por la Internet -aquellos que tienen la posibilidad- a precio de oro.
Las empresas de todo tipo y los medios de comunicación estafan a sus clientes y usuarios ofreciendo atención personalizada o participar en un programa audio-visual mediante números especiales, ´sms` y otras vías basadas en «tarifación adicional». Los consejos de administración
y ejecutivos de las compañías privatizadas de telefonía e internet -timofónicas- obtienen pingües beneficios, mientras que a menudo sus accionistas ven disminuir sus dividendos y los Jefes -¡inhumanos!- de Personal se dedican a la ardua tarea de escatimar las condiciones laborales alcanzadas a duras penas por los trabajadores, perseguir sindicalistas no corruptos, o llevar a cabo reducciones drásticas de plantilla.
La oferta de radios y tv.s se amplía hasta límites infinitos. ¿Cuantos años deberíamos vivir si quisiéramos ver y oír el millar de cadenas que podemos captar con las parabólicas cada día?.
La globalización nos ofrece otra falsa libertad, disponemos de más botones pero con los mismos contenidos. A los receptores pasivos de info/entretenimiento se nos ofrece el mando a distancia -«saltarín» o «zafin»- para cambiar de canal o zafarnos de la abusiva e invasora publicidad. Y también una falsa democracia: se nos permite participar en los programas. Una forma de participación fraudulenta por cuanto la mayoría de las veces las intervenciones no son «en directo» y sí filtradas, manipuladas o silenciadas; y, solo accesible a través de números de teléfono de costo desmesurado. ¡Ojo, no llamar nunca salvo a números de llamada gratuita o… a cobro revertido!.
Madonalización de la sociedad
Con la globalización toda la sociedad se impregna de la «macdonalización». La macdonalización en un proceso que no se limita tan sólo a los difundidos locales de comida basura. Se trata de un método para ofrecer productos o servicios homogéneos y a la vez conseguir la homogeneización del trabajador y del cliente. Un tipo de trabajador sin cualificar, con rutinas laborales y dependiente de rígidas tecnologías. Y un cliente presto a participar en el trabajo en serie y ha aceptar la estandarización del consumo. Así, estas técnicas tienen su aplicación en los MacDoctores y MacDentistas, en las estaciones -mal llamadas- de ´servicio`, en los supermercados, en panificadoras de metro, en «fábricas» de pollos, piscifactorias, en ciudades-dormitorio atiborradas de rascacielos colmena o en urbanizaciones «rascasuelos» repletas de chalets acosados y viviendas pre-fabricadas, etc, etc.
Los trabajadores cuándo salen del trabajo ya no pueden descansar. Tienen que servirse la comida; echar gasolina en sus autos, dedicar el fin de semana al bricolaje. Y si quieren tomar un tentempié o pagar en un aparcamiento tendrán que entendérselas con una máquina de ventas o de cobro. Los «humanos» que antes atendían al público han sido despedidos y sustituidos por todo tipo de artilugios que obligan al «hágalo usted mismo».
Este sistema también invade la cultura, los medios de comunicación y las Tecnologías de la Comunicación. Uno en sus horas libres tiene que hacer de pinchadiscos, proyectista de cine, montador de video, revelador de fotos, etc. O tiene que perder su tiempo y su dinero en bajarse lo que la música y las películas que le quieran dar en la red. Y todo ello, con entretenimiento, con diversión, con… publicidad y bajo control de las cámaras de videovigilancia o del código I.P. (identificación personal) de las computadoras -«ordenadores»-.
La publicidad
Conocida en la frase: «respiramos oxigeno, hidrógeno y… ¡publicidad!». Mejor habría que decir que respiramos H2O y nos contaminamos con el CO2 y… la publicidad. La publicidad lo invade todo, lo impregna todo, degrada todo, vende todo. Las marcas saben que resulta más rentable invertir en publicidad que en mejorar sus productos.
La gente no quiere publicidad como tampoco soporta la grosera propaganda política destinada a captar votantes. Sin embargo, la publicidad de unas pocas trasnacionales invaden los espacios públicos y privados de nuestro mundo. Compre, compre, compre… Consuma. ¡Consúmase!
La globalización ofrece no sólo hipermercados y centros comerciales, sino también ciudades de compras. Estas últimas con un lema: Diviértase ¡comprando!. «Esperamos que haya pasado un día divertido de compras» nos despide un monolito instalado en la Villa -comercial- de Las Rozas en Madrid y otras capitales españolas y europeas.
Las catedrales del consumo abren mañana, tarde e incluso por la noche los 365 días del año. Son los focos de la prosperidad, luego quedan las estepas de pobreza que en su día denunciara Josué de Castro en su «Geopolítica del hambre«.
¿Y porqué entonces proliferan tanto los sectores de la publicidad, de las relaciones públicas, de la mercadotecnia y de los grupos de presión?. Alguien afirmó que la publicidad, la industria del reclamo -del señuelo- y sus actividades anexas son el lubricante y/o carburante que necesita el sistema de producción capitalista. (16)
Comunicación democrática
Según Walter Lippman los pobladores de los EE.UU. pueden ser «espectadores» pero no «participantes en acción». La democracia es sustituida por el espectáculo de la democracia. En este modelo de democracia formal el pluralismo social y político queda reducido a un bipartidismo que asegure la alternancia e impida la alternativa. El «aturdido rebaño» que diría Chomsky, ha de seguir asustado, entretenido, para evitar que medite, que se organice, que se subleve.
En esta situación, las instituciones culturales y los medios de comunicación obedecen a los intereses económicos y se someten a la agenda del poder político. Todo queda en manos privadas. La comunicación así entendida es una comunicación vertical, de arriba a abajo, autoritaria. Es la comunicación global. Al margen, queda la internet, una red cada vez más vigilante con los disidentes al sistema.
Pero otra comunicación es posible. Cierto es que puede ser aún peor, pero sin duda también muchísimo mejor. Esta última sería la comunicación mundial. La misma que defendía el Informe MacBride y la que aún perdura en el espíritu y la letra de las resoluciones de los Países No Alineados. Una comunicación horizontal, de abajo a arriba, permisiva, garante de la Libertad de Expresión, de Comunicación. Es -sería- una comunicación mundial, con atención a lo local, democrática.
Tiempo habrá para discutir si es mejor tener medios propios o poner en manos del pueblo los existentes y los que surjan. Sí, debemos exigir que la Internet actual y la que se avecina -menos abierta, más selecta- deban depender de la ONU o de que otra autoridad democrática.
Escuela alternativa, universidad alternativa, medios alternativos. ¿Alternativos?. Sin son alternativos tienen que ser revolucionarios. Eso quiere decir la palabra alternativa, ¿o es que utilizamos este término para descafeinar su verdadero sentido?.
Hubo un tiempo en el que la idea de democracia política era inseparable de la democracia económica. No se entendía a la una sin la otra. En nuestros días, hay que rescatar lo bueno del pasado. Y hay que mirar al futuro: sin democracia económica, no hay democracia política, ni posibilidad real de democracia comunicacional. (17)
El globalismo
El globalismo = neo-imperialismo. En la forma, «vende» la globalización como la puerta que abre el consumo para todos, una innovadora religión que proporciona «nuevas» tecnologías. En el fondo, el globalismo pretende construir un Cuarto Reich, implantar la «Tiranía Mundial» (18)
Frente a ello, hay que imponer el mundialismo, un neo-socialismo que permita la «mundialización», es decir, que garantice la comida, el vestido, la vivienda, la comunicación y todo ello basado en el sufragio universal, la participación de todos y cada uno de los ciudadanos y ciudadanas.
Hay que democratizar la ONU. Acabar con el Derecho de Veto. Ampliar el Consejo de Seguridad con Estados como la India, Indonesia, Nigeria, Congo, Suráfrica, Brasil, Méjico, etc. etc. Aplicar las resoluciones -tantas veces violadas- de su Asamblea General.
Llegados a este punto es necesario reconocer que pese a esta situación injusta defendida por una minoría -los globalistas y sus sicarios-, el futuro está lleno de esperanzas. Unas esperanzas que se remontan al origen de los tiempos, pasando por Espartaco y por la Revolución Francesa en sus tres maravillosas propuestas de: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Unas esperanzas que cuentan en su haber con reiterados intentos de acabar con la explotación del hombre por el hombre, de la mujer por el hombre, de Sur por el Norte, de la Naturaleza contra aquellos que la quieren esquilmar.
La historia no ha terminado. No hay choque de civilizaciones. La democracia virtual y las leyes de los mercaderes no son infinitas. Lo escribió Brecht «La noche más larga, eterna no es… eterna no es».
Tomar partido
Nuevos intentos teóricos y prácticos de construir el Socialismo para el siglo XXI, nuevas propuestas por la Paz y la desmilitarización, una mayor y progresiva igualdad entre los sexos, un renacer del Movimiento de los Países No Alineados, una mayor conciencia ecológica. Y Seattle, Barcelona, Génova, Rostock… Porto Alegre. ¡Otro mundo es posible!. Y mejorable.
Y si miramos a América Latina casos como el de Cuba, la Venezuela bolivariana, Bolivia, Ecuador, etc.. Con buenos ejemplos en Usamerica. Desde «el vientre de la bestia» los Chomsky, los Petras, las Goodman, los Moore, y tantos y tantas otras activistas y colectivos que luchan por abrir los ojos a sus conciudadanos/as. Sin olvidar la heroica resistencia en el Oriente próximo y Medio. Ni a aquellos africanos y europeos que con cayucos y pateras arriesgan su vida para botar -esta vez con «b»- desde sus lugares de nacimiento hasta la atrayente Unión Europea. Y en la vieja Europa muchas voces se alzan contra el lema: «USA asesina, Europa consiente» y con ejemplos como el de España dónde, cada vez más y más alto, se corea la frase: «lo llaman democracia y No lo es».
Tengamos en cuenta que somos la mayoría y que tenemos mil y una razones -millones-para terminar con el estado actual de cosas.
Ya lo decía Rosa Luxenburg: «O socialismo o barbarie». Y Fidel (18) plantea el dilema: o socialismo o abismo. Y entre nosotros: «O socialismo o globalismo». Es hora de tomar partido. A su elección lo dejo.
Madrid, 16 de octubre del 2.007. Día Mundial -global- de la Alimentación.
Día Mundial del Hambre.
Docena y media -bien servida- de…
N o t a s:
(Iª)
(1) El mercado de José Luis Sampedro. Editorial: Voz de los sin voz. Madrid-994
(2) Informe McBRIDE: UN SOLO MUNDO, VOCES MÚLTIPLES. Comunicación e información en nuestro tiempo. MacBRIDE y otros. Fondo de Cultura Económica (F.C.E.). México-980.
«El principio de ´libre acceso` ha conducido a un desequilibrio de facto, conocido como ´corriente en un solo sentido`: en nivel nacional, la información fluye desde arriba hasta el público; y en nivel internacional fluye de quienes tienen mayores medios tecnológicos a quienes tienen menos, y de los países más grandes a los más pequeños»
«La comunicación horizontal, con su dar y tomar, y su intercambio cara a cara, deberá preferirse a la comunicación de ´arriba abajo`.
(3) La formación de la mentalidad sumisa. Vicente ROMANO. Popular. M-06.
(Se puede bajar de http://.www.rebelión.org/libros/mentalidad.pdf)
«Los llamados ´medios de comunicación de masas` todo el sistema educativo, la industria entera de la conciencia y de la publicidad comercial pueden interpretar, presentar, tergiversar o embellecer como quieran una realidad compleja y contradictoria, pero las disparidades y los conflictos sociales se mantienen, y cada día son más evidentes: sigue habiendo ricos y pobres, trabajadores y parados, hartos y hambrientos, etc.»
(4) Una nueva civilización. Alvin y Heidi TOFFLER. Voz de los sin voz. M-996.
(Comparar con otro libro de la misma editorial: La sociedad global. Noam Chomsky y Heinz Dieterich. M-997)
«Al disminuir las tareas manuales en la economía, el ´proletariado` es ahora una minoría, crecientemente reemplazada por un ´cognitariado`.
(5) La deuda, y cómo no pagarla. RIUS. Grijalbo. Méjico-985 y también… «Hacía un despiporre global de excelencia y calidad. El imperio del libre comercio«. El Fisgón. Grijalbo / Mondadori. México – Madrid-02.
«Los cambios sociales, incluso en un país pobre pueden traer mejor distribución y resolver importantes problemas, entre ellos dignificar la vida humana cuando se pone fin a horribles injusticias y desigualdades sociales».
(6) Informe PNUD del 99 al 2.002. Resumen y comentarios de Manuel MENCHÉN y otros. Editado por el Caum (Club de Amigos de la UNESCO de Madrid). 2.003. www.NODO50.org/caum
«el progreso tecnológico sigue estando lejos del alcance de las gentes empobrecidas»
(IIª)
(7) Historia y comunicación social. Manuel VÁZQUEZ MONTALBÁN. Crítica. Barcelona-997 – Mondadori. B-00
«En la relación entre poder y dominados, del poder es la opulencia -comunicacional- y de los dominados la miseria -comunicacional-. En la relación entre naciones, de las imperialistas es la opulencia y de las comunicacionalmente colonizadas en la miseria».
(8) El hambre en el mundo explicada a mi hijo. Jean ZIEGLER. Muchnik editores. B-00
«En un mundo cada vez más rico, treinta millones de seres humanos mueren cada año y otros cientos de millones sobreviven gravemente mal nutridos… ¿Por qué aceptamos una injusticia tan monstruosa?»
(9) Cosecha robada. El secuestro del suministro mundial de alimentos. Vandana SHIVA. Paidós. B-02.
«Ha llegado la hora de reivindicar la cosecha robada y de celebrar el cultivo y la producción de buenos alimentos como el mayor de los dones y como el acto más revolucionario de todos». (diciembre 999)
(10) El manifiesto del agua. de Ricardo PETRELLA. Icaria. B-02.
«Si no se hace nada para invertir la tendencia actual, la cifra de personas que no tendrán acceso al agua potable en el año 2025 ascenderá a más de 4.000 millones, la mitad de la población mundial»
(11) Patas arriba. La historia del mundo contada al revés. Eduardo GALEANO. Siglo XXI. M-998
«El mapa miente. La geografía tradicional roba el espacio, como la economía imperial roba la riqueza, la historia oficial roba la memoria y la cultura formal roba la palabra». Mapamundi (Pag. 323) y Pobrezas (Pag. 257)
(12) Informe Lugano. Susan GEORGE. Editorial Icaria / Intermón. Barcelona-01
«La única forma de pagar todo lo que hace falta -la erradicación del hambre, la renovación ambiental, salud y educación para todos- es ir tras el dinero allá donde está realmente, entre las empresas transnacionales y en los mercados financieros»
(III ª)
(13) Antología. Roque DALTON (Selección y prólogo de Mario Benedetti. Visor. M-00
«No olvides nunca/ que los menos fascistas/ de entre los fascistas/ también son fascistas».
(14) Información y economía en tiempos de crisis. Herbert SCHILLER. Fundesco / Tecnos. Madrid-986.
» Con arreglo a cálculos comerciales, los pobres, las personas mayores, las capas sociales de ingresos bajos y, con frecuencia, las personas de color, constituyen en lo substancial audiencias ´indeseables`».
(15) La Macdonalización de la sociedad. George Ritchter. Ariel. B-996
«La mcdonalización supone la culminación de la serie de procesos racionalizadores -irracionales- desarrollados a lo largo del siglo XX».
(16) De la miseria humana en el medio publicitario . Grupo MARCURSE. Melusina. B-06
» La publicidad infame en sí misma, … Sobre todo lo es por ser un poderoso motor de consumismo y
productivismo, que está en el origen del saqueo de la naturaleza y de las sociedades. Y lo es tanto más cuanto que contribuye a camuflar esta devastación del mundo que, no obstante, salta a la vista. … – ¡APLASTAD AL INFAME!» -Voltaire ´dixit`-.
(17) Filosofía de la comunicación. Fernando BUEN ABAD. Mº de Comunicación e Información. Caracas-06.
(Se puede bajar de http:/www.rebelión.org/docs/33291.pdf)
» El secuestro de la comunicación bajo los estatutos de dominación ideológica burguesa es cuestión de importancia suprema porque se la usa como medio y fin para hacer absoluta la autoridad hegemónica del
capitalismo en la vida cotidiana».
(18) La tiranía mundial. Fidel CASTRO. Artículo publicado en Juventud Rebelde y en www.rebelion.org (08-VII/07)
«¿Podemos ignorar las guerras de saqueo y las carnicerías que se les imponen a los pueblos pobres, que constituyen las tres cuartas partes del planeta? ¡No! Son muy propias del mundo actual y de un sistema que no puede sostenerse de otra forma. A un costo político, económico y científico enorme, la especie humana es conducida al borde del abismo».
(Despedida) ´LOS TENEMOS RODEADOS`. GuíA-Zurda del Movimiento Alternativo. Ángel de la Cruz y ECOPOL (Equipo de Comunicación Política). Club de amigos de la UNESCO (Caum). Madrid-999.
«¡A por ellos, que son pocos y huyen!»