Señor director de Público: En el programa «Poner la cara», emitido en La Sexta el domingo dos de marzo, se colaron afirmaciones impropias de un trabajo periodístico que pretende dar una imagen de objetividad. Como si nada, la voz en off habló de las consecuencias que sufren los famosos cuando se pronuncian políticamente y puso […]
Señor director de Público:
En el programa «Poner la cara», emitido en La Sexta el domingo dos de marzo, se colaron afirmaciones impropias de un trabajo periodístico que pretende dar una imagen de objetividad. Como si nada, la voz en off habló de las consecuencias que sufren los famosos cuando se pronuncian políticamente y puso a Alejandro Sanz como ejemplo de represaliado por un «régimen no democrático». Dijo la periodista que el cantante había hablado mal de Hugo Chávez y que eso le había costado la prohibición de actuar en Venezuela. Todo eso es una patraña impresentable. Venezuela es una democracia y parece mentira que el partido en el gobierno venezolano perdiera el último referéndum: aún siguen «profesionales» del periodismo repitiendo las consignas falsas de una oposición que sigue gozando de una aplastante mayoría mediática en aquel país -no digamos en el resto del planeta-. Por si fuera poco, a Alejandro Sanz sólo le impidieron actuar en el poliedro de Caracas en medio de un cambio de la titularidad administrativa del pabellón, pero jamás nadie le ha prohibido actuar en cualquier otro lugar de Venezuela. El propio presidente Chávez llegó a ofrecer al español afincado en Miami el palacio presidencial de Miraflores el 21 de febrero para actuar si lo estimara conveniente. El periodismo «progresista» no puede estar todo el tiempo dando la razón a Goebbels -el dirigente nazi que dijo eso de que «una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad»- cuando del socialismo venezolano se trata.
Manuela Valadés Feito y F. Javier Mestre Marcotegui