El Pentágono ha utilizado desde 2003 a decenas de «analistas militares» para generar una cobertura positiva de la lucha antiterrorista en los medios de comunicación, según un reportaje de investigación del The New York Times. En un artículo de primera plana, el diario señala que, en su campaña de persuasión, el Pentágono ha infiltrado en […]
El Pentágono ha utilizado desde 2003 a decenas de «analistas militares» para generar una cobertura positiva de la lucha antiterrorista en los medios de comunicación, según un reportaje de investigación del The New York Times.
En un artículo de primera plana, el diario señala que, en su campaña de persuasión, el Pentágono ha infiltrado en la radio y televisión a militares jubilados, que por su experiencia tienen vasta «autoridad» para opinar sobre asuntos de defensa y seguridad nacional tras los atentados de 2001.
Tras realizar entrevistas y un análisis de archivos oficiales (el rotativo asegura haber analizado más de 8.000 páginas) , el diario afirma que el Gobierno del presidente George W. Bush «ha utilizado su control del acceso y la información para transformar a los analistas en una especie de caballo de Troya en los medios, un instrumento para moldear la cobertura mediática de la lucha antiterrorista».
Sin embargo, detrás de la apariencia de objetividad, lo que el Departamento de Defensa ha querido con estos métodos es «generar cobertura noticiosa favorable a la gestión del Gobierno en tiempos de guerra», agrega el rotativo.
La campaña, en marcha desde poco antes de la invasión de Irak en 2003, «ha intentado explotar las alianzas ideológicas y militares, además de una potente dinámica financiera: la mayoría de los analistas tienen vínculos con contratistas militares con intereses en las mismas políticas de guerra que debían evaluar» en los programas de televisión, según el diario.
Estos asesores se presentaban ante los medios de comunicación como analistas independientes.-«No estoy aquí representando a la administración», repetía Jeffrey D. McCausland, analista militar de la CBS.
Eso, según sugiere el diario, sin duda resta credibilidad a las evaluaciones que puedan ofrecer estos analistas, muchos de los cuales han tenido acceso privilegiado a informes de inteligencia secretos o el Pentágono les ha costeado viajes a Irak.
«Estas relaciones de negocios casi nunca se divulgan a los televidentes y algunas veces ni a las propias cadenas de televisión», continua el New York Times.
Además, muchos de estos supuestos «analistas objetivos» tienen vínculos con las más influyentes
empresas de defensa en el país y representan a más de 150 contratistas militares, ya sea en calidad de consultores, ejecutivos, o miembros de sus juntas directivas, según la información del diario.
En declaraciones al New York Times, un portavoz del Pentágono, Bryan Whitman, defendió la relación con estos analistas con el argumento de que ellos sólo han dado información puntual sobre la guerra.