La democratización del proceso revolucionario bolivariano que lidera el Presidente Hugo Chávez se ha sometido a continuos eventos de pruebas, siempre a partir de las normas de la Democracia liberal burguesa. Las urnas que con diversas estrategias, y desde el principio mismo, el estatuto político democrático burgués ha declarado como legitimadoras del sistema, le han […]
La democratización del proceso revolucionario bolivariano que lidera el Presidente Hugo Chávez se ha sometido a continuos eventos de pruebas, siempre a partir de las normas de la Democracia liberal burguesa. Las urnas que con diversas estrategias, y desde el principio mismo, el estatuto político democrático burgués ha declarado como legitimadoras del sistema, le han servido al proceso revolucionario bolivariano como plataforma de avance. Ha triunfado, una vez tras otra y con la única excepción del proyecto de cambio de Constitución. Los medios de comunicación insisten, sin embargo, en demostrar que los índices minoritarios de una oposición oligárquica, plutocrática e injerencista, representan victorias sobre el chavismo, o señales de debilitamiento, o cualquier otra mancha de expediente. La norma de recepción mediática se halla tan habituada a este tipo de manipulación, que simplemente, como perros de Pavlov acaso involuntarios, segregan la saliva informativa no más las agencias de prensa tocan sus campanas de estímulo. O la escupen, sin preocuparse al fin por el mal sabor de boca que la información les deja, puesto que el asunto «carece de remedio».
El corresponsal del diario español Público, Daniel Lozano, al reseñar el desfile por el Bicentenario de la Independencia de Venezuela, se suma abiertamente a la campaña opositora. Parte de señalar en el titular que «Chavez usa el Bicentenario para resaltar su figura», o sea, la misma figura que ha sido negativamente «resaltada» por los monopolios informativos, los gacetilleros y los proimperialistas de todo tipo sin que constituyan titulares de escándalo. Luego añade expresiones como «desde el «puesto de mando»»; «Chávez, amante de la grandilocuencia«, «aprovechó un momento tan histórico»; y «La propaganda oficialista mezcló las figuras de Chávez y Bolívar sin sonrojo«. [Salvo indicación contraria, las negritas han sido añadidas por mi]
Sin sonrojo él mismo, agrega el corresponsal de Público que «quién se saltó todas las barreras históricas fue el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista Cubano, que definió a Chávez como «el Bolívar de estos tiempos» y el «Libertador».» [http://www.publico.es/internacional/385513/chavez-usa-el-bicentenario-para-reforzar-su-figura]
Como Lozano no valida con un hipervínculo su información acerca del calificativo por el cual el diario cubano Granma se salta todas las barreras históricas, voy a su página y encuentro que mientras el periodista Félix López ha escrito: «Chávez reverenció más de una vez al Libertador Simón Bolívar» [http://www.granma.co.cu/2011/07/06/interna/artic07.html], la periodista Laura Bécquer Paseiro ha comenzado su reportaje con esta oración, acaso la que lleva al opositor periodista a citar mal y sin sonrojo: «Nada más coherente con el ideal de Bolívar que el apoyo incondicional del pueblo a su presidente Hugo Chávez y al proceso revolucionario destinado a continuar aquella clarinada de independencia de 1811.» [http://www.granma.co.cu/2011/07/06/interna/artic02.html]
No se exalta en principio la figura, sino el proceso revolucionario que, por fin, es capaz de rescatar, con el liderazgo de Chávez y casi dos siglos después, la independencia de una nación saqueada por la oligarquía. Se asume, por otra parte, una idea coherente con el proceso revolucionario cubano: la Revolución como continuidad de la gesta de Independencia.
Como al periodista de Público, y según la propia lógica de la noticia también al Diario mismo, le interesa validar el punto de vista opositor, lo coloca de muy buen modo en el reporte, inmediatamente después del escandaloso salto de barreras históricas: «La oposición no dudó en criticar unos actos «excluyentes y partidistas«» [Estas negritas anteriores son de Público, pues el acto debe ser descalificado por los calificativos con la misma falta de dudas de la oposición venezolana]. Y por si no bastara, las conclusiones calificadoras que el reportero necesita revelar: «El escritor Leonardo Padrón lo resumió en pocas palabras: «Hoy la revolución chavista le roba el Bicentenario de la Independencia al resto del país».»
Y ese resto del país, supuestamente despojado de la celebración, minoritario y perdedor en consultas estándares de la democracia liberal burguesa, en los mismos sistemas de urnas diseñados para perpetuar el capitalismo y robarle al pueblo sus derechos sobre la toma de decisiones políticas, no solo le ha estado robando por décadas a la masa derechos de salud, educación, cultura, sino que se propone seguir haciéndolo hacia el futuro con el financiamiento de millones de dólares que vienen de la USAID a través de las viejas tapaderas de la Guerra Fría.
Al periodista del diario español, amante, él sí, de la oposición venezolana, se le escapa el carácter multitudinario del desfile, las masivas manifestaciones de apoyo al presidente, su partido y su proyecto revolucionario de transformaciones y reivindicaciones para las clases históricamente explotadas y, no faltaba más, se salta además la subida de Chávez en los índices de popularidad de cara al voto. Solo importa el manejo de los informes acerca de su enfermedad. Como en los Muppets de Jim Henson, que no pueden desprenderse de seguir a una gallina muppet mientras a sus espaldas se está asaltando un Banco. He ahí lo que se llama una toma de partido.
Blog del autor: http://ogunguerrero.wordpress.com/2011/07/06/el-diario-publico-usa-sus-paginas-para-hacer-oposicion-a-hugo-chavez/
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