Según la CEPAL, Latinoamérica y el Caribe crecerán 4.0% [1] en 2013. Al margen de establecer qué significa «crecer» para la CEPAL y en qué círculos suele detenerse ese crecimiento, vale la pena delinear algunas preguntas para imbricar el «crecimiento» con algunas necesidades sociales. Por ejemplo: ¿Cómo se expresa el «crecimiento» en el campo de […]
Según la CEPAL, Latinoamérica y el Caribe crecerán 4.0% [1] en 2013. Al margen de establecer qué significa «crecer» para la CEPAL y en qué círculos suele detenerse ese crecimiento, vale la pena delinear algunas preguntas para imbricar el «crecimiento» con algunas necesidades sociales. Por ejemplo: ¿Cómo se expresa el «crecimiento» en el campo de la comunicación (no mercantil) y especialmente cómo, en los contenidos y en las tecnologías, tal crecimiento prevé -concretamente- el ejercicio democrático de recursos pertinentes?
Suele ser que el concepto «crecimiento» se reduzca sólo a cifras correspondientes a la masa de dinero -con sus intereses- que transita por las cuentas de los terratenientes, los banqueros, los empresarios y sus gobiernos. Suele ser que ese «crecimiento» en nada se vincule con las condiciones de vida reales en que sobreviven los trabajadores y que el concepto «crecimiento» se mantenga absolutamente aislado del concepto democracia. Ni hablar de democratizar el crecimiento. En materia de comunicación el divorcio en muy claro y muy dramático.
Suele ser, también, que el concepto «crecimiento» se use como sinónimo de cierto incremento en las ventas y que se lo use para hacernos creer que, en la medida en que algunos comercios vendan mercadería tecnológica nueva, en esa medida nosotros «crecemos». No pocos mercachifles publicistas anhelan inocularnos la perversa idea de hacernos sentir habitantes del «primer mundo» porque los vendedores de tecnologías para la comunicación implantaron en sus exhibidores mercancías nuevas.
Mientras el capitalismo domine las herramientas de producción comunicacional desde el caldo de cultivo de la ideología de la clase dominante hasta todos los sistemas de distribución y consumo. Mientras esas herramientas se usen como máquinas de guerra ideológica contra los pueblos… mientras no desarrollemos un frente único para la defensa y la creación de la fuerza comunicacional revolucionaria de las mayorías… ese concepto de «crecimiento» seguirá siendo botín y esclavo de la usura vulgar capitalista.
No pocas veces hemos viso que al «crecimiento» se lo usa como señuelo para que sigamos resistiendo la loza infernal del capitalismo que pesa sobre los hombros de la case trabajadora. Es una especie de ilusionismo perverso con el que una minoría irracional e inhumana engaña a una mayoría urgida por mejorar sus condiciones de vida. Se trata de una crueldad terrible. Pero el problema no es moral sino político y económico.
588 649 millones de habitantes en Latinoamérica y el Caribe [2] no cuentan con una base comunicacional suficiente y democratizada que dé respuesta efectiva a sus necesidades informativas y a su liberación expresiva. Predominan los sectores francamente aislados en territorios donde el discurso único es la ideología de la clase dominante. El Informe MacBride sigue vigente [3] y sigue perfectible. Y los organismos internacionales, lenguaraces y burocráticos, responsables de emitir dictámenes sobre la equidad comunicacional, son impotentes, complacientes y cómplices de una monstruosidad capaz de silenciar a los pueblos. Es irracional y es inhumano.
Aunque todos tengan preparadas definiciones de «crecimiento» para dar funcionalidad a sus tropelías burocráticas, lo crudo y doloroso es que se juega a la ambigüedad con el concepto «crecimiento» para pagar con cuentas de vidrio algunos nuevos contratos de confianza. Pero la Justicia no llega. El desarrollo de la nueva Comunicación Emancipadora, su «crecimiento», no puede avanzar a tasas del 4%. Nada puede aceptar esas cifras. El rezago es inmundo y la batalla absolutamente a-simétrica. Lo cuantitativo lo cualitativo han de ponerse al servicio de la guerra contra la Ideología de la Clase Dominante y sus púlpitos mass media para combatir los cercos mediáticos si, luego de combatir los cercos que secuestran al «crecimiento» en bolsillos burgueses. Ya no nos tragamos el cuento de que «produciendo más nos beneficiamos todos». Es al revés. Cuanto más producimos más nos explotan. Nuestra conciencia también ha crecido.
[1] http://www.cepal.org/publicaciones/xml/4/48374/LEO_2013.pdf
[2] http://websie.eclac.cl/anuario_estadistico/anuario_2009/pdf/Anuario_2009.pdf
[3] http://unesdoc.unesco.org/images/0004/000400/040066sb.pdf