Recomiendo:
0

Es fácil vivir cerrando los ojos e interpretando mal cuanto se ve

Los medios de comunicación de masas y los equívocos respecto a Siria

Fuentes: We Write What We Like

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández


No mirar y no ver no significa que uno se abstenga también de juzgar.  

«¿Acaso no veis que todo el error reside ahí? En las palabras, en las palabras. Cada uno de nosotros lleva dentro todo un mundo especial y propio. Pero, ¿cómo vamos a entendernos si en las palabras que pronuncio encierro el sentido y el valor de las cosas tal como yo las veo, mientras que el que escucha las asume inevitablemente con el sentido y el valor que tienen para él, en función de su mundo interior? Creemos que nos entendemos pero nunca nos entendemos realmente.» Luigi Pirandello, «Seis personajes en busca de autor»

Los seres humanos podemos ser criaturas muy extrañas. Buscamos «las últimas noticias» pero en la práctica no buscamos nada más que nuestra comodidad emocional-intelectual, esa que llega confirmando nuestras creencias. Todos «sabemos» cosas, las noticias sólo nos confirman que nuestras convicciones son realmente «justas» o incluso que son «la verdad». Nosotros, los seres humanos, semejamos ávidos consumidores de una especie de obra pasional donde los personajes representados se ajustan a un papel y lo repiten continuamente. Nos sentimos atraídos por las fuentes que sabemos que nos van a dar repuestas que se adaptarán a nuestra visión del mundo, a nuestro modo de pensar y, por lo general, no nos cuestionamos su contenido, ni siquiera nos lo planteamos.

Este deseo de llenar esta necesidad es especialmente cierto cuando nos enfrentamos con sucesos sobre los que tenemos escasos conocimientos, sucesos que están tan lejos de nosotros física y mentalmente que corremos a nuestra zona de confort para explicarnos cómo deberíamos sentirnos frente a ellos. El problema se agrava en la medida en que volvemos a esas fuentes una y otra vez, fuentes que nos dicen que nos están manteniendo informados, tranquilizándonos con la idea de que sabemos y somos conscientes, cuando en realidad ni sabemos ni somos conscientes. Esto crea un problema de disonancia cognitiva, que es la ilusión de creer que sabemos algo cuando en realidad no tenemos conocimientos ni información para poder procesar sucesos que nos resultan extraños.

Por tanto, ¿cómo nos ponemos a pensar? A menudo tendemos a pensar de forma categórica. Es la forma en la que se nos enseña la comunicación verbal en un nivel primigenio; por eso dura toda una vida. Todos sabemos cuánto tiempo y esfuerzo podemos ahorrar una vez que dividimos el mundo en categorías convenientes de bueno/malo, blanco/negro, nosotros/ellos, etc. Por tanto, la fuente de noticias o información que uno busca encaja perfectamente en este paradigma y, además, con demasiada frecuencia, nos resulta culturalmente familiar. Esto no quiere decir que no haya ninguna verdad en algún tipo de pensamiento binario. Existen, en efecto, extremos no adulterados, y en ocasiones somos incluso conscientes de que lo son porque los parámetros para juzgarlos son claros, pero, para poder atribuir un juicio de valor a algo, uno tiene que conocer su verdadera naturaleza. Uno tiene que escarbar bajo la superficie. No podemos evitar la subjetividad a causa de nuestra naturaleza humana, ¡pero ayudaría mucho si conociéramos más datos de los que realmente pensamos que conocemos!

«No confíes en los medios corporativos». Porque nos mienten. Pero, ¿significa eso que los medios «alternativos» dicen la verdad? No siempre.

 

Cuando pensar fuera del marco habitual sólo implica pensar de forma diferente

Hay mucha gente que no ve la televisión porque no confía en lo que los medios corporativos le cuentan. De hecho, es correcto y razonable desconfiar de algo que te dice que compres lo que no necesitas con dinero que no tienes y te hace sentir miserable a causa de ese sentimiento de deseo consumista que la TV inocula con su programación. Algunos que no ven la televisión porque están convencidos de que es una «caja tonta», que crea conformismo a cualquier coste en torno a la falsedad, tienen que obtener su información de algún sitio, y muchos de ellos rechazan los Medios Dominantes (MD) porque les atribuyen los mismos defectos que a la TV, i.e.: que venden mentiras, y ellos quieren «pensar de forma independiente» y «pensar fuera del marco habitual».

Por esta razón tienden a evitar los periódicos o las páginas de Internet que están vinculados con alguna propiedad corporativa, y eso les encamina, la mayor parte de las veces, hacia medios «alternativos». Los medios alternativos tienen sus propios expertos, su propia visión del mundo y su propia jerarquía de análisis de las noticias que cubren todo el espectro, desde la corrección política a la teoría de la conspiración (y todo lo que pueda haber en medio). Pero pueden estar igualmente tan llenos de mentiras, rumores y falsas ideologías como los medios corporativos. No se trata de pensar fuera del marco habitual sólo porque el marco puede no estar fabricado en una cadena de producción y puede parecer más creativo. Y en lo referente a los medios alternativos sobre Siria, el marco ha aparecido, la mayor parte del tiempo, bastante gravemente distorsionado.

En un esfuerzo por convertirse en fuente alternativa de noticias sobre Siria, muchos medios han estado haciendo predicciones y especulaciones fuera de contexto. Estas predicciones y especulaciones basadas en los sucesos actuales en forma alguna ofrecen una visión global de la situación, dejándonos con definiciones del conflicto que va desde «guerra civil» a «yihad» o «guerra santa» en Siria. Además, esos medios alternativos ignoran a menudo el contexto en el que se está produciendo la revolución siria, incluyendo tanto el contexto histórico como el regional. Por último, puede que el error más grave sea que muchos de ellos se han vuelto luego hacia una explicación extremista a ambos lados del espectro, exagerando algunos hasta el punto de mentir para conseguir la atención de los MD.

Páginas de Internet que conocemos bien, y en las que confiamos por su cobertura de la invasión de Iraq, han estado mayoritariamente repitiendo como de memoria, con la excepción estelar de Uruknet, la misma retórica (en el caso de Iraq no lo llamamos retórica porque se ajustaba a los hechos objetivos sobre el terreno) que utilizaron para hacer que la gente rechazara cualquier intervención en Iraq, transfiriéndola en esta ocasión a Siria. Ignorando prácticamente el hecho de que la situación es completamente distinta en casi todos los aspectos esenciales, desempolvaron las consignas antibelicistas. El único problema es que no son tan antibelicistas contra ESTA guerra como contra cualquier tipo de oposición a Asad, posicionándose, por tanto, en contra de la revolución. Reaccionarios y contrarrevolucionarios: ser etiquetados por estas dos palabras debería darles escalofríos, pero los consumidores de estas páginas insisten en cambio en mantenerse virginales en su «desafío» y repiten descaradas mentiras, tales como que en Siria no hay revolución alguna, tan solo un plan urdido por Occidente para apoderarse de Siria.

Dejando a un lado las creencias, dejando a un lado las pautas morales

Solía decirse que ver es creer, que siempre deberías dejar a un lado tus creencias hasta que dispongas de pruebas, y que la mejor prueba era la prueba física, la prueba visual. En el caso de la revolución siria, en primer lugar, «ellos» (los contrarrevolucionarios que leen los medios alternativos de forma no crítica) dijeron «necesitamos pruebas» (de que no había felicidad en Siria). Por tanto, vieron las protestas. Docenas de protestas, al igual que en el resto de países de la región y en gran medida por las mismas razones. Pero eso no era de fiar.

El régimen de Siria, en el imaginario colectivo de los medios alternativos progresistas, había sido siempre «un buen chico» por el mero hecho de que «Occidente» lo tenía en la lista de canallas. Ahora, las listas de canallas son, en el mejor de los casos, ridículas, especialmente si quienes están pagando el precio no son los dirigentes de esas naciones y el recopilador de la lista es un invasor en serie de naciones; y, en el peor de los casos, criminales, porque quienes están pagando el pato son los pueblos que se enfrentan a las restricciones como ciudadanos de esas naciones. Pero convertir a Siria en un «paraíso antiimperialista» también requeriría de pruebas que demostraran tal afirmación… lo que no se ha producido. Sin embargo… no había que dar credibilidad alguna a los videos que aparecían, no había que tenerlos en cuenta, no importaba que hubiera cientos de miles de ellos y que ciertamente no se pudieran seguir etiquetando de creaciones de un estudio de cine en Doha, como muchos de los «expertos antiimperialistas» estaban asegurando, siguiendo al pie de la letra los alegatos del régimen.

No obstante, el hecho de que allí hubiera habido incluso menos protestas a lo largo de las últimas décadas que en lugares como Egipto, Túnez y Líbano podía haber dado realmente una idea de lo mal que estaban las cosas en Siria antes de la revolución. Estaba prohibido ofrecer pruebas de las masacres, de las cámaras de tortura, de las detenciones arbitrarias y de las restricciones masivas sobre los derechos humanos. La verdad y los hechos acerca de la vida en Siria bajo Asad estaban guardados bajo siete llaves. Eso era así porque para un sirio incluso hablar de todo esto dentro de Siria implicaba desaparición, tortura o muerte y, fuera de Siria, suponía la posibilidad de no poder volver nunca a casa ni siquiera de visita. Era una de esas situaciones de «la ropa sucia se lava en casa» a escala monumental. Realmente no es culpa de los consumidores de los medios alternativos que se creyeran las mentiras, todos nosotros, los que rechazábamos la forma de pensar del «Estado canalla», lo hicimos. Pero no fuimos completamente culpables, porque no teníamos muchas oportunidades de conocer la realidad. Todos hemos firmado peticiones para la liberación de blogueros, pero no se conocía bien el ALCANCE real del amordazamiento de la discrepancia interna. No había forma de conocerlo. El régimen era tan represivo que esta información NO podía salir fuera «sin castigo».

Después, las cosas cambiaron. Fueron las valientes acciones de los niños las que hicieron despertar lo que habían sido cuarenta años de hibernación inducida por la grave represión y las humillaciones a manos de la familia Asad. Pero la gente recuperó el valor y las voces empezaron a tomar las calles de Siria, los blogueros que hacían alusiones a las situaciones y se guardaban sus críticas ante la no liberación del Golán ocupado, estaban haciendo fotos, filmando acontecimientos, mostrando pruebas visuales de lo que «antes» no conseguían sacar sino con grandes dificultades. Después, ya no solo eran los blogueros. Cualquiera que tuviera un teléfono móvil estaba grabando cuanto sucedía en cada rincón de Siria, de forma constante y creciente, y las pruebas de la opresión, de la represión y de la revolución estaban ahí de forma gratuita y sin pasar ningún tipo de filtro, ya fuera de los medios dominantes o de los medios alternativos.

Pero, ¿qué sucedió? Que los videos AÚN no eran lo bastante buenos, que las pruebas seguían aún sin convencer suficientemente para poder superar el ardiente discurso de Asad cuando dijo que él era el último resistente ante la amenaza de Occidente e Israel. Y encontró defensores en altas instancias que le tildaron de último gran líder árabe, con unas retóricas no muy diferentes de la hagiografía exhibida en los medios sirios, donde se afirma literalmente, como nos muestra Azmi Bishara:

«El amor brotó del corazón de Asad para regar la tierra de la digna periferia del país, alcanzando a aquellos que, uno confía, puedan todavía entender el lenguaje del amor. Ungió sus palabras con las lágrimas de los desconsolados huérfanos y viudas, inclinándose ante sus sacrificios y en homenaje a su generosidad. Su amor fluyó hacia las mezquitas, donde a los devotos se les trataba con una mezcla de mente y corazón…»

«Pero no fue sólo amor, también se desató su ira, abrasando a sus enemigos por no entender el lenguaje del amor… El Presidente de Siria ha dejado explícitamente claro que la intención no es ya cazar a los grupos terroristas de una zona sólo para que se reagrupen en otra. El objetivo es ahora, más bien, destruir a esos grupos. ¡Y punto!»

La versión siria del Amado Líder

Partidaria del Presidente sirio Bashar al-Asad con su foto y palabras escritas en su rostro donde puede leerse en árabe «Bashar, te amo», participando en una concentración para conmemorar el 65º aniversario de la fundación del Partido Baaz

Plaza Al-Sabaa, Damasco, 7 de abril de 2012

(Reuters, Khaled al-Hariri)

Sin embargo, el verdadero problema no es sólo que vean y se nieguen a creer sino que han inventado una serie de razones por las que hay que «apoyar» a Asad. Insisten en que la revolución es falsa (¡como si conocieran una auténtica!) y que se trata simplemente de unas masas (¡millones!) que están ciegamente repitiendo las consignas que sus «apuntadores» (elijan el que más les guste) en Arabia Saudí, Qatar, la OTAN, Estados Unidos (¡como si todos ellos fueran intercambiables y tuvieran las mismas agendas!) les han preparado. Olvidan el adagio de que eso es una perogrullada para el activismo respecto a Palestina/Iraq/Afganistán: si uno está armado con una causa justa, no hay necesidad alguna de mentir ni siquiera de exagerar. Sólo con los hechos, las pruebas de la miseria, de la opresión, del sufrimiento y la lucha son suficientes y no necesitan justificación, tan sólo que una moral rectora siga aún funcionando.

El considerado terrorista por un hombre es para otro el combatiente por la libertad

El problema apuntado al principio de este ensayo se refiere a que el lenguaje y la cultura son aspectos fundamentales para comprender el problema, llegar al fondo de la verdad y después actuar de forma consistente y moralmente viable. El promedio de las personas que lean esto tendrán el inglés como lengua natal, vivirán en un país occidental y estarán familiarizados con la retórica de la cultura dominante. Eso significa que serán ya conscientes de que llamar a alguien terrorista es condenar su causa y considerar como anatema a su autor. Somos todos completamente conscientes de que Estados Unidos e Israel etiquetan sistemáticamente e incluyen en listas negras a algunos grupos como «organizaciones terroristas», incluso a pesar del hecho de que salieron victoriosos de unas elecciones celebradas en Palestina que fueron consideradas legítimas por los órganos de supervisión de las Naciones Unidas. Hemos rechazado esas etiquetas debido a nuestro entendimiento de la «moral rectora», porque consideramos que esos grupos se crearon en un clima de opresión, tenían como objetivo liberar territorios ocupados y limitaban sus operaciones a las militares. Nosotros, activistas, les consideramos combatientes por la libertad y no es necesario defenderles ni a ellos ni a sus objetivos, aunque estamos aún facultados para valorar críticamente si sus acciones sirven a los fines de la causa o caen en la inercia de un partido político.

Del mismo modo, es fácil referirse como terrorista al grupo que utiliza un coche bomba en una ciudad e incluso aceptar las afirmaciones (casi siempre desprestigiadas después) del régimen sirio de que es obra de la oposición (cuando deciden ser amables les llaman rebeldes, pero la mayor parte de las veces se les designa, incluso en las fuentes de noticias más liberal-radicales, como «terroristas» cuando no les llaman «ratas»). Sin embargo, es la oposición armada, el Ejército Sirio Libre y toda una constelación de fuerzas armadas, sólo que les llaman terroristas cuando están defendiendo una ciudad liberada, o lo que queda de ella tras los bombardeos y después de que los tanques blindados acaben finalmente aplastando y llenándolo todo de más proyectiles letales. ¿Por qué las fuentes de información de la izquierda alternativa y antiimperialista no se refieren a los ataques aéreos sobre Alepo y otros pueblos y ciudades como terrorismo? ¿Por qué parece que ignoran los cuerpos de las mujeres, niños y hombres de todas las edades con las gargantas cortadas y las manos atadas cuando está palmariamente claro que los autores de estos actos (crímenes) son el ejército «regular» o los matones armados conocidos como «shabiha«? ¿Es que la sangre de esas víctimas grita menos venganza porque la mano que sostuvo el cuchillo trabaja para el «presidente»?

» A Occidente: ‘Allahu Akbar’ es sólo una llamada a la victoria, ¡que no cunda el pánico!»

Swaida, Siria, 3 de noviembre de 2012

La tergiversación de estas palabras es uno de los mayores errores de los expertos y los medios.

Alteridad y entendimiento

La resistencia no es un concepto nuevo en Oriente Medio. La región ha sufrido su buena porción de dirigentes, tanto internos como externos, impuestos a las masas. Siria no es una excepción. En 1920, los franceses colonizaron el país de Siria y allí permanecieron hasta 1946, cuando Siria recuperó su total independencia. En la primera batalla por la independencia en 1925, sunníes, drusos y cristianos se coordinaron para oponerse al dominio francés y al maltrato de segmentos de la población. Aunque la revuelta fue finamente sofocada, es a menudo recordada con nostalgia por los ideales que representaba y porque allanó el camino para la batalla por la independencia total.

Entre la independencia de Francia y el dominio de la familia Asad , hubo varios golpes de Estado en Siria. En 1970, una nueva familia llegó al poder: la familia Asad. Esta familia iba a pasar más de cuarenta años controlando las vidas de los sirios: sus reuniones sociales, su discurso, su religiosidad, su modo de vestir y su economía. Las viejas lecciones de la resistencia de los días del dominio francés habían acabado en la tumba, recuperándose de repente cuando el régimen arrestó y torturó a un grupo de escolares por escribir «el pueblo quiere la caída del régimen» sobre los muros de su colegio en marzo de 2010. Los sirios de la provincia de Daraa se movilizaron en protestas pacíficas, pidiendo a menudo «libertad», «isqat annizam» (la caída del régimen), justicia y el fin de la corrupción. Otras provincias empezaron a seguir su ejemplo, movilizándose en protestas masivas cuando las fuerzas del régimen respondieron al pacífico levantamiento en Daraa con balas, arrestos y, finalmente, proyectiles.

Miles de esas manifestaciones, todas pacíficas, fueron documentándose con horas y horas de grabaciones en YouTube. Dos años después del levantamiento, los activistas siguen descargando videos prácticamente a diario, celebrándose los viernes la mayor parte de las manifestaciones. Por supuesto, como la mayoría de las pancartas y gritos son en árabe, esto hace que a menudo quienes no hablan esa lengua se cansen de verlos, especialmente si escuchan a los manifestantes gritar las palabras hechas famosas por el Mayor Nidal Malik Hasan, el psicólogo del ejército estadounidense acusado de matar a trece personas en un ataque contra Fort Hood. Estas dos palabras son «Allahu Akbar«, traducidas literalmente como «Dios es el Más Grande». Aunque el mayor Hasan fue acusado de gritar estas palabras durante el ataque, muchos de los que no hablan árabe no llegan a entender que esta frase es en realidad multidimensional y, lo más importante, que es una frase que llevaba utilizándose miles de años antes de que el Mayor Hasan hiciera acto de presencia.

Cuando se grita «Allahu Akbar» en las manifestaciones sirias, puede significar desde que los manifestantes sienten que Dios es el Más Poderoso a servir como oración para pedir la ayuda de Dios. La frase depende muy a menudo del contexto: por ejemplo, en los videos en que el régimen de Asad ha perpetrado algún tipo de ataque sobre los civiles, la frase significa una plegaria a Dios, ese Dios que es más grande que todo el mal que está perpetrándose en Siria. En las manifestaciones en apoyo a la libertad y la justicia, la frase significará muy a menudo triunfo y la intención de perseverar, con el poder de Dios, en la lucha por la libertad. Sin embargo, muchos, desde los avezados periodistas a los «expertos de cada momento» han definido esta frase como el grito de batalla de la «guerra religiosa», metiendo así a toda la revolución en el mismo saco, sin tener ni el más básico conocimiento de lo que está pasando o de qué quieren decir los manifestantes cuando utilizan esa frase. Además, ignorar el resto de las innovadoras palabras escritas, creadas y gritadas por el pueblo sirio, centrándose tan solo en esta única frase, constituye otro ejemplo de la negativa a comprender cuanto sucede a partir de los hechos, en lugar de quedarse instalado en las comodidades y prejuicios personales.

Comprender la cultura y el lenguaje del «otro» es siempre un requisito previo para la legibilidad de su mensaje en cualquier médium/medio de comunicación. Pero si no conocen el lenguaje, se dejarán llevar por las emociones y no entenderán de dónde proceden las personas. Estamos tan inmersos en nuestra propia cultura que no nos damos cuenta de que somos incapaces de descifrar lo que creemos obvio. Me viene a la mente un ejemplo de un clásico del cine. «Ocho y medio» de Fellini, que trata de un cineasta que atraviesa por un terrible bloqueo de creatividad. Va de escena en escena intentando superarlo. Fellini es un poeta, Marcello Mastronianni es un artista, ambos pueden romper la barrera del lenguaje y comunicar esta situación y los sentimientos implicados. En realidad, mucha gente que no habla italiano ama esta película. Sin embargo, es producto de su cultura, de su lenguaje, y sólo una persona que hable italiano podría entender verdaderamente la divertida y emocionante escena final, donde todo el mundo aparece en el film de forma mágica, en parte de forma espontánea y en parte dirigida, empezando simplemente a girar en un «corro alrededor de Rosie», implicando finalmente al director que hasta ese momento no podía encontrar la forma de retomar su trabajo. Son alrededor de cinco minutos de música de circo y movimiento.

http://www.youtube.com/watch?v=YHCIg4sQWIE

Para un italiano, lo que todo el mundo está haciendo es animándole a «girare» (girar en círculo), que es la palabra italiana para «rodar». La metáfora y su poesía y belleza no necesitan explicación para un italiano, pero podría escapárseles a otros, que ven la belleza pero no la entienden muy bien porque está fuera de sus referencias culturales. Por tanto, ¿qué quiere decir este ejemplo? Que no podemos conocer todas las claves culturales que nos llegan de la revolución siria a través de los mensajes (verbal, visual, etc.) a menos que seamos sirios o llevemos a cabo una profunda y correcta exposición, lejos de nuestros PROPIOS filtros. Si no tenemos suficientes conocimientos, deberemos ser cuidadosos y, en rodo caso, tenemos que ser SENSIBLES. Justo en estos momentos podemos ver y a nivel humano compadecernos del sufrimiento humano en Siria. Ignorarlo o sustituirlo con el marco equivocado o con nuestro propio marco no va a estar nunca al servicio de la verdad y de la justicia, ¿y acaso no es por eso por lo que sobre todo somos activistas?

N. de la T.:

Me permito la libertad de dedicar este artículo, con permiso de Mary Rizzo y Malak Chabkoun, a mi querido amigo y compañero Santiago Alba Rico, que tanto ha padecido la intolerancia e incomprensión de quienes no quieren ver y menos aún conocer.

Mary Rizzo es traductora, restauradora de arte y, en especial, activista a favor de la liberación del pueblo palestino. Malak Chabkoun es profesora adjunta en la Universidad de Houston.

Fuente: http://wewritewhatwelike.com/2013/04/26/living-is-easy-with-eyes-closed-misunderstanding-all-you-see-the-mass-media-and-getting-things-wrong-about-syria/