Corrupción Usado como caballito de batalla, la corrupción es invocada por el arco opositor, solamente en casos en los que estarían supuestamente involucradas personas afines al gobierno. No hacen denuncias de corrupción que salpiquen a los medios hegemónicos, ni al Poder Judicial, ni a los grandes grupos concentrados agropecuarios, ni a las empresas multinacionales o […]
Corrupción
Usado como caballito de batalla, la corrupción es invocada por el arco opositor, solamente en casos en los que estarían supuestamente involucradas personas afines al gobierno. No hacen denuncias de corrupción que salpiquen a los medios hegemónicos, ni al Poder Judicial, ni a los grandes grupos concentrados agropecuarios, ni a las empresas multinacionales o financistas. Tampoco encuentran motivos de denuncia de corrupción en políticos que son opositores. La corrupción está en el kirchnerismo únicamente. Se autotitulan valientes por atreverse a realizar dichas denuncias. Esta argucia es difundida insistentemente por opositores de derecha y aún de centro izquierda y por los grandes medios concentrados. Las demostraciones de falsedad de muchas de estas denuncias no son difundidas del mismo modo y muchas personas quedan con ese cantito en sus oídos. Es burdo pero así funciona.
La política así es desalojada, por esta clase de políticos, por planteos éticos y morales. Como si pregonando la buena moral, la corrupción pudiera ser excluida. No se avienen a discutir el proyecto de país, las medidas estratégicas a llevar, hablan de ética y modales. Sabemos que esas formas ocultan los anhelos encubiertos.
Progresismo
Cierta parte del progresismo no kirchnerista, centro izquierda e izquierda, no escapan a esta maniobra antipolítica. En este caso el ataque es por izquierda. Nunca un consentimiento a las muchas medidas igualadoras y emancipadoras que este gobierno ha llevado a cabo. Nunca una propuesta que ayude a profundizar. Solamente obstaculizar.
El rescate del Estado, la ampliación de derechos, la inserción de Argentina en la región, el enfrentamiento a los monopolios, la recuperación de las empresas estatales regaladas por el neoliberalismo, la mejora en el empleo y en la distribución de la riqueza, no son reconocidas por este sector de la oposición. No discuten política, porque no presentan sugerencias para avanzar. Se detienen en las acusaciones de forma y corrupción y cuando critican alguna medida no proponen con cual la remplazarían. Cuando una medida es irreprochable, acuden a la argucia de descalificarla porque a su amparo se cocinaría algún negocio corrupto.
En el progresismo de la región, Cristina es muy bien reconocida. Sin embargo, aquí, en nuestro país, los progre alaban a Lula, Evo, Chávez, Mujica, sin decir que en nuestro país, se ha avanzado más que en todos ellos en el juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad y que el enfrentamiento con los verdaderos poderes está en marcha más que en cualquiera de esos países.
Otra curiosidad de nuestro progresismo, es de qué lado se han puesto en cada situación conflictiva. Estuvieron con los empresarios agropecuarios cuando se discutía la resolución 125, se mezclan sin pudor con quienes tuvieron papeles importantes en el neoliberalismo, se juntan Solanas y Carrió apelando a sus decencias. Son útiles a los deseos del monopolio mediático prestándose a la difusión de las mentiras instaladas y le dan crédito a la infamia con sus presencias en cada programa conducido por periodistas indignos voceros del monopolio.
Distinto es el actuar de otros progresistas que aunque vienen de otro contexto que el kirchnerismo, supieron apreciar lo conseguido, y con gran honestidad contribuyen con sus distintas sapiencias a profundizar la lucha contra el neoliberalismo. Sabatella es uno de los más destacados y lo son también Heller y muchos compañeros de Nuevo Encuentro. También aportan desde otros partidos, agrupaciones y asociaciones gremiales de distintos orígenes, comprometidos con lo nacional.
Defender los ideales y ponerle el cuerpo a este proceso profundo con las complejidades que debe tener, aportar con conocimiento y entrega sin buscar el purismo de quien nunca va a ejecutar, sino sólo confrontar, es lo que hace un progresista de Latinoamérica hoy.
Ataque
Frente a los resultados de las elecciones primarias se quiere hacer creer que el gobierno se termina. El ataque que se hace contra la presidente es alevoso. Desde enfermedad hasta no representatividad es lo que alegan. Han decidido que no hay gobernabilidad para llegar al 2015. Se proponen sacar al FPV la presidencia de las comisiones en el parlamento, aunque siga manteniéndose como primera minoría. Los que hablan de respeto a las instituciones, en este caso, no dudan de avasallarlas. Hablan de fin de ciclo, ante una primaria de mitad de término. No pueden disimular el deseo de volver a la política de privilegios y desandar todo lo hecho.
La vida continúa
El gobierno sigue funcionando. A diferencia de lo que hace Massa que adapta su discurso según quién quiera oírlo, el gobierno tiene un proyecto que sigue afianzando. Hubo una reunión en Río Gallegos, en la que la presidenta convocó a empresarios, sindicalistas y banqueros. Era el momento de expresar todo el descontento y oposición a lo que el gobierno ejecuta, que los medios diariamente reflejan. Por el contrario, reconocieron la marcha positiva de la economía y expusieron abiertamente sus pareceres, las alternativas que proponen y aceptaron gustosos seguir con estos encuentros.
Después del fallo en contra de la Argentina por parte de la Cámara de Apelaciones de Nueva York, en el pleito contra los fondos buitre, el gobierno rápidamente informó la reapertura de una nueva reestructuración de la deuda. Argentina le viene pagando y seguirá haciéndolo, de acuerdo con los dos canjes consensuados, al 93% de los acreedores. La presidente anunció que se mandará un nuevo proyecto al Congreso argentino, que es el único que puede legalmente decidir sobre la deuda externa argentina, que propone abrir nuevamente el canje de la deuda del 7% que no entró en los dos canjes anteriores y que para evitar posibles embargos como sucedió anteriormente, se reemplazarán los bonos para que sean pagados en la Caja de Valores de la Argentina. Este fallo a favor de los fondos buitre, si fuera confirmado afectaría duramente a la Argentina y a todo el mundo financiero poniendo en desconfianza toda reestructuración de deuda internacionalmente. El proyecto a enviarse al Congreso es una clara señal de respeto para todos los habitantes del país y al 93% de los tenedores de bonos que aceptaron la reestructuración. Este fallo no tiene en cuenta la inmunidad soberana que tiene la reestructuración de la deuda.
Muchos de los opositores acompañarán este proyecto porque entienden que sería muy grave para Argentina si la Corte de Nueva York confirmara este fallo. Otros, desde Clarín, se regodean si a Argentina le va muy mal.
Responsabilidades
Los electores tienen que asumir su responsabilidad. No se puede vivir con gusto beneficios obtenidos y luego votar por alguien, que con supuesto buen gesto, propone terminar con el avance realizado. La imagen de buenos muchachos que prometen oír a todos, aún a los poderes que no quieren ceder ningún privilegio, no es lo que sirve al país. Estamos en un momento particular en que en Latinoamérica se está peleando por la verdadera soberanía y los pasos atrás son fatales. El enemigo es astuto y siempre encuentra en estos parajes quiénes los represente.
Según lo que la mayoría elija, se juega si la desocupación va a seguir disminuyendo, si la política de mercado libre es la que se impone y el ajuste sobre los salarios de los trabajadores y en el gasto público vuelve, si los salarios siguen siendo discutidos en paritarias, si se vuelve a la impunidad de los crímenes de la dictadura militar, si seguimos en Unasur o volvemos a las relaciones carnales, si luchamos por la aplicación de la Ley de Medios Audiovisuales o seguimos cómplices de los medios hegemónicos, corporaciones que favorecen la voz única. Todo esto se juega con el voto. No es admisible que alguien elija por modales o gustos personales y se obvie al elegir un legislador que su asistencia a las sesiones sea mínima, o haya votado en contra de las leyes más progresistas. Es cuestión de proyectos, de políticas, de políticos, partidos y capacidad de gobernar. Los hechos son contundentes y es penoso perderlos irresponsablemente.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.