No se trata de comentar el pie de foto (ni siquiera la fotografía) que aparece en la página 4 de la edición del jueves 27 de marzo: «Un gitano búlgaro emigrado de Alemania, en el refugio que se ha construido en una fábrica abandonada de Berlín, en diciembre», Thomas Peter (Reuters). ¿En diciembre de qué […]
No se trata de comentar el pie de foto (ni siquiera la fotografía) que aparece en la página 4 de la edición del jueves 27 de marzo: «Un gitano búlgaro emigrado de Alemania, en el refugio que se ha construido en una fábrica abandonada de Berlín, en diciembre», Thomas Peter (Reuters). ¿En diciembre de qué año? ¿Es importante indicar la nacionalidad del ciudadano comunitario afincado en Berlín? ¿También su etnia? ¿Qué importa?
Tampoco hablo de la fotografía de una simpática Frau Merkel, feliz como unas castañuelas, acompañando al generoso titular: «La ley europea ampara la expulsión pero limita el veto al reingreso».
Mejor no decir nada sobre una enorme fotografía de una política venezolana, María Corina Machado, más que probable agente de mil agencias de horror, crimen y golpismo, a la que se presenta como un ángel de la dignidad y la rebeldía, fotografía que sirve para ilustrar (es decir, para publicitar) una información que en su 70% está centrada en los tres generales acusados de golpismo contra la República bolivariana.
Hay que cegarse igualmente ante la distribución de titulares e información en la primera página de la edición de ese día La justa y necesaria fotografía sobre lo sucedido el pasado miércoles en El Vendrell (Tarragona), la muerte de cuatro niños de 12,8,5 y 3 años, tiene en pie una información breve sobre la tragedia. Arriba, este es su marco más próximo, un titular a letras grandes y belicista «Obama pide a Europa una OTAN más fuerte ante el desafío de Rusia.» ¡Malos tiempos para la paz y la lírica!
Sea como fuere, pelillos a la mar. Dejemos todo esto y concentrémonos en el artículo de -¡nada menos!- Lluís Bassets en página 3 del global-imperial del jueves. El mensaje de Obama, señala Bassets, es inequívoco: la OTAN vuelve a tener sentido, no que parece implicar que durante años, cuanto menos desde 1991, no lo ha tenido… pero ¡menudos bombazos ha dado aquí y allá!. Prosigue Bassets: «El objetivo fundacional de disuadir y repeler cualquier agresión que pudiera llegar del Pacto de Varsovia, la alianza simétrica organizada por Moscú, regresa al frontispicio de la organización». ¿A ver, cómo, hemos leído bien? ¿Qué regresa al frontispicio de la organización? ¿Repeler agresiones de un Pacto inexistente desde hace más de 20 años?
Más aún: dejando aparte que el Pacto fuera o no fuera una alianza simétrica a la OTAN (no lo fue: más allá de sus dimensiones, basta pensar en lo sucedido con Rumanía en el caso de la nefasta y criminal invasión de Checoslovaquia, nada comparable a favor suyo por supuesto con cualquier tropelía imperial en Chile, Nicaragua o Guatemala por ejemplo), más allá de esa comparación, ¿cómo pudo ser un objetivo fundacional de la OTAN disuadir y repeler cualquier agresión que pudiera llegar del Pacto de Varsovia si éste no existía, si el Pacto se fundó seis años después de la constitución de la Alianza Atlántica en abril de 1949? ¡Seis años después!
No sólo es eso. Lluís Bassets prosigue: «Animada por tales propósitos, consiguió adquirir el prestigio de la alianza militar más exitosa de la historia puesto que 42 años después de su fundación acabó por vencer a su adversario, desaparecido en 1991, sin un solo disparo.» «Sin un solo disparo» no es una errata mía.
Dejemos aparte el tono de la narración sin ninguna arista crítica. No ubiquemos atención alguna en eso de la alianza militar más exitosa de la historia, que más que una virtud parece un horror alargado pero, más de ello, ¿es razonable, es sensato, es prudente, es informativo, es veraz que un periodista-mucho-más-que-un-periodista como Bassets afirme que la aniquilación del Pacto y de la experiencia del mal llamado «socialismo real» fueron conseguidos «sin un solo disparo»? ¿Ni uno solo? ¿Un ex activista de izquierda comunista, un demócrata como Bassets, no ha oído hablar nunca de Gladio y de sus relaciones más que íntimas con la OTAN? ¿No recuerda la fuerte amenaza otánica, que rozó la intervención, a la revolución portuguesa? ¿No conoce las infiltraciones otánicas en todos los países donde la presencia de las organizaciones comunistas era potente y las múltiples tropelías que cometieron para combatir con medios ilegales en su contra? ¿»Sin un solo disparo» una organización que llegó a estudiar la posibilidad de una guerra atómica en territorio europeo?
Para qué seguir: es tiempo de resistencia que algunos quieren convertir, no hablo de Bassets ahora, en tiempos belicistas. El pivote asiático de Obama, de nuevo es Bassets quien habla, «queda para más tarde, ante la demanda del viejo pivote euroasiático, que hizo girar el mundo en el último siglo. Rásquense el bolsillo para gastar armas como en tiempos del Telón de Acero». Vaya usted a saber qué pasará con el pivote asiático. El futuro está abierto y son numerosas las líneas imperiales. Sea como fuere, ¿es de recibo hablar de rascarse los bolsillos? ¿Incluso de los tiempos del «telón de acero» usando la zafia e infame expresión de aquel militar, Premio Nobel de Literatura y primer ministro de derecha no siempre alejada del extremo, llamado Winston Churchill? No es nuestro lenguaje, nunca lo ha sido.
Tampoco fue el de Lluís Bassets.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.