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Corresponsal en la zona en Israel y Palestina ocupada

Fuentes: Rebelión

La polémica derivada de las acusaciones de la portavoz de la embajada de Israel en España Hamutal Rogel contra Yolanda Álvarez corresponsal de TVE en la zona, de ser activista, no periodista y de publicitar las cosas que interesan a Hamas, una cuasi terrorista todo por mostrar en imágenes y voz los datos de hospitales […]

La polémica derivada de las acusaciones de la portavoz de la embajada de Israel en España Hamutal Rogel contra Yolanda Álvarez corresponsal de TVE en la zona, de ser activista, no periodista y de publicitar las cosas que interesan a Hamas, una cuasi terrorista todo por mostrar en imágenes y voz los datos de hospitales y escuelas destruidas por el ejército de ocupación israelí, tiene más connotaciones.

Ya es de por sí relevante que la portavoz israelí quiera obviar los crímenes de lesa humanidad que su ejército y gobierno están comentiendo en Gaza; pero el señalar a la periodista, logra que TVE la desplace de Gaza a Jerusalén (¿comprando y comentando imágenes ajenas, incluyendo las servidas por el ejército israelí?), y tacharla de portavoz de Hamas puede poner en peligro su actividad periodística y hasta su integridad personal, teniendo en cuenta como se las gastan los terroristas israelíes con los palestinos y los que discrepan de su discurso supremacista.

Muchos corresponsales se localizan en Jerusalén cuando cubren la zona. Rogel se queja de que Álvarez se desplazó a Gaza para cubrir la ‘crisis’ (así califica, el permanente bloqueo y el bombardeo criminal a la población civil) y no se quedó allí, en Jerusalén, clarificando su visión favorable al periodismo empotrado.

La portavoz israelí, Rogel, al señalar que Álvarez es corresponsal en Israel y no de la zona, que abarca tanto Israel como los Territorios Ocupados palestinos y saber que su destino tras lograr apartarla de Gaza es Jerusalén y sabiendo que su texto va a crear una polémica sobre si debe ser equilibrista la información ante los crímenes de guerra que comete Israel, quiere que perdamos la orientación y olvidemos que Jerusalén es una ciudad ocupada y que desde allí se cubre la zona, por más que el ocupante es el que ejerza el dominio de las acreditaciones.

Todavía recuerdo las brillantes crónicas de Teresa Aranguren, hace años, en ese momento corresponsal de Telemadrid, cuando acababa sus crónicas con un ‘Teresa Aranguren, desde Jerusalén, ciudad ocupada, para Telemadrid’. Era otra Telemadrid, otro el cuajo el de las direcciones de los servicios informativos y quizá a los gobiernos no se les había puesto a prueba como para cambiar las leyes de jurisdicción universal.

En resumen, la ocupación no es sólo en Palestina, sea una parte o toda ella, sino que también se quiere ejercer en nuestra información, conciencia y opiniones.


Santiago González Vallejo es miembro del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.