En un nuevo episodio de incertidumbre judicial, el Tribunal de Apelación de Lublin, Polonia, ha decidido extender la prisión preventiva del periodista Pablo González, quien enfrenta acusaciones de espionaje por parte de las autoridades polacas. Sin embargo, hasta la fecha, no se han presentado pruebas concretas ni una acusación oficial.
González, detenido el 28 de febrero de 2022, se encuentra actualmente bajo custodia y cumplirá dos años de prisión el 28 de febrero de 2024. La Fiscalía polaca ha solicitado por séptima vez la prolongación de su detención, en una práctica que ha adquirido un carácter casi rutinario. Esta prolongación se produce a pesar de la ausencia de pruebas claras y la falta de cargos formales en su contra.
La situación del periodista Pablo González es aún más grave por su estado de incomunicación y aislamiento del mundo exterior, privado de la posibilidad de hablar con su familia. Este aislamiento prolongado sin una base legal sólida plantea serias preguntas sobre el respeto a los derechos fundamentales en un país miembro de la Unión Europea.
La esposa de González, Oihana Goiriena, ha expresado su consternación ante esta situación en declaraciones a los medios. Ha destacado la falta de pruebas y cargos, señalando que su esposo está esencialmente “secuestrado en un país de la UE”. Goiriena ha abogado por un cambio en esta situación, solicitando no solo transparencia en el proceso judicial, sino también una revisión de la custodia en consideración de la falta de evidencia sustancial.
El caso de Pablo González destaca la necesidad urgente de claridad y respeto por los derechos fundamentales en el sistema judicial polaco, cuestionando la legalidad y ética de la prolongación de la detención sin una base sustancial.
Esta es la información:
La Fiscalía polaca solicitó por séptima vez que se mantenga a Pablo González bajo custodia y el Tribunal de Apelación de Lublin ha decidido prolongar la prisión preventiva hasta febrero de 2024
El Tribunal de Apelación de Lublin ha decidido extender la prisión preventiva del periodista Pablo González, quien se encuentra detenido desde el 28 de febrero de 2022, acusado de espionaje por las autoridades polacas. González cumplirá dos años de prisión en febrero de 2024, después de que la Fiscalía polaca solicitara, por séptima vez, mantenerlo bajo custodia.
La esposa de González, Oihana Goiriena, expresó su pesar en declaraciones a Radio Bilbao, destacando la consternación por la decisión del tribunal. Lamentó la falta de sorpresa ante la prolongación de la detención y señaló que, aunque imaginaba que los argumentos serían los mismos, el dolor persiste. Hizo hincapié en la incomunicación severa a la que está sometido su esposo, afectando directamente a la familia.
En sus declaraciones, Goiriena expresó la esperanza de un cambio de gobierno en Polonia que lleve a un giro hacia valores europeos y un respeto por los derechos fundamentales. Solicitó que las autoridades polacas den alguna explicación y respeten los derechos mínimos de su esposo. Además, instó a que, si existen pruebas y cargos como afirman, se fije una fecha de juicio, ya que 21 meses después del arresto, aún no se han revelado detalles concretos sobre las acusaciones.
Pablo González fue arrestado en Przemyśl por agentes de la Agencia de Seguridad Interna polaca, quienes lo acusan de trabajar como espía para Rusia. A pesar de la acusación, la justicia polaca no ha proporcionado información específica sobre las pruebas o cargos en su contra, generando preocupación sobre la transparencia y el respeto a los derechos fundamentales en el proceso judicial. La situación destaca la necesidad de una respuesta clara por parte de las autoridades polacas y alimenta la esperanza de un cambio que permita el esclarecimiento de los cargos y el restablecimiento de los derechos de Pablo González.