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Carta de varios periodistas colombianos a Rebelión

Paramilitarismo en expansión, bajo el silencio cómplice de los medios de comunicación

Fuentes: Rebelión

Somos un grupo de periodistas de varios medios de comunicación que ejercemos nuestra labor en Colombia, los saludamos de manera cordial y les escribimos con preocupación. Hemos decidido conservar el anonimato por el temor que por estos tiempos deambula en nuestras redacciones.

Un temor a publicar la verdad de los hechos que están ocurriendo, pero que a la vez se convierte en un silencio cómplice que acolita el regreso del paramilitarismo a varias regiones de esta hermosa tierra de las tres cordilleras y los dos mares.

Todo apunta a un ’maridaje’ entre los medios de comunicación con la Fuerza Pública de nuestro país para ocultar el regreso terrorífico de grupos de justicia privada, al servicio de la ultra derecha que quieren volver a llenar de sangre nuestros verdes campos.

Desde hace varios años hemos puesto el ojo crítico en la reconformación de estructuras que tienen campos de entrenamiento en lugares como la vereda Ortega, municipio de Cajibío, departamento del Cauca, donde los testimonios muestran a soldados de la Tercera División del Ejército entrenando a ‘civiles’ en tácticas de guerra y combate o lo que llego a nuestras manos, las cartas de mandos militares con otra disidencia en el Caquetá.

En Diciembre, en combates entre estos paramilitares que se hacen llamar Autodefensas Campesinas de Ortega en conjunto con un pelotón de soldados sostuvieron combates con la guerrilla de las FARC, Frente Jaime Martínez, dejando un militar y un paramilitar muertos, los cuales fueron entregados al CICR, sin embargo, los medios registraron al paramilitar como un líder campesino, versión salida desde los cuarteles al mando del Brigadier General Federico Mejía, comandante de la Tercera División.

Hace pocos días, este grupo rebelde (las FARC), reveló que durante el asalto al campamento donde entrenan y coordinan acciones, recuperaron varios teléfonos celulares en donde lograron hacerse a varios celulares, donde evidencian conversaciones entre suboficiales al mando del pelotón que está en la vereda Ortega con el presunto ‘líder social’ muerto en combates, alias Joselito, allí coordinan acciones para entrar en choques armados.

Pero también evidencian conversaciones del mismo paramilitar con el Comandante de la Tercera División, Brigadier General Federico Mejía, quien, entre otras líneas les dice que el apoyo aéreo con un helicóptero Arpía está sujeto a las condiciones de clima, a reglón seguido indica que tiene 120 hombres moviéndose hacía esa región para brindarles respaldo.

Los subversivos, haciendo las veces de periodistas de investigación, detallan con videos los sitios exactos donde están ubicados los sitios de entrenamiento, hasta muestran un ataque con drones que ellos hacen contra los paramilitares y militares reunidos. Allí es claro el encuentro de personas uniformadas y personal de civil portando armas de largo alcance, incluso mencionan tener en su poder conversaciones que comprometen a mandos militares en el envío de cocaína hacia el exterior.

Pero de esto nada ha salido a la luz pública. Parece que las redacciones de los medios de comunicación de Colombia estuvieran de acuerdo con el retorno del paramilitarismo. Con algunos colegas que he podido dialogar mencionan temor de publicar piezas periodísticas por represalias de parte de la Fuerza Pública, uno de los periodistas más osados del sur de Colombia dijo: “yo tengo un hijo, al cual no quiero que le pase nada”, otros han sido amenazados por militares y a los demás ya los compraron.

Aquellos comunicadores que han intentado publicar notas al respecto han sido silenciados por los jefes de redacción de cada uno de sus medios, dejando en claro que las líneas editoriales muestran a una prensa arrodillada al servicio de particulares que pretenden seguir sembrando terror, como en los años que Carlos Castaño y Salvatore Mancuso jugaban a ser dios porque podían decidir quién vivía y quién debía morir.

Si en Colombia la verdad esta amenazada, espero que en ustedes encuentremos un refugio seguro desde donde puedamos alzar la voz para mostrarle al mundo que la ultraderecha tiene añoranzas de poder, sed de sangre y anhelos de llenar sus bolsillos con el negocio de la guerra.

Adjuntamos a ustedes material que fue dado a conocer por los alzados en armas en un grupo de prensa de la red social WhatsApp, espero que se conviertan en la punta de lanza que rompe el silencio impuesto en Colombia por los amigos de la muerte, el silencio y el terror.

Con gratitud y aprecio,

Somos fieles seguidores de su portal.

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