The Yes Men se dedican a engañar a medios y multinacionales con falsas noticias
Pero, ¿quiénes integran y cuáles son las ‘hazañas’ de esta pareja de alborotadores? The Yes Men (que podría traducirse por pelotilleros, esos tipos que dicen sí o amén a todo…) está formado por el neoyorquino Mike Bonnano y Andy Bichlbaum, nacido en Tucson, Arizona, y practican algo que han bautizado como ‘corrección de identidad’. Aseguran que tratan de desenmascarar y dejar en evidencia el gigantesco complejo de intereses políticos y económicos que actúan contra los ciudadanos en todo el planeta. Ambos forman una sociedad secreta. Siempre se hacen pasar por poderosos ejecutivos o por portavoces de grandes corporaciones. «En cuanto nos ponemos el traje y la corbata, todos nos creen, así entramos en las convenciones y hacemos lo que hacemos». Lanzan sus señuelos, brillantes campañas publicitarias, y esperan a que piquen los medios, en especial las televisiones. Una vez encendidos los focos y los micrófonos, sueltan sus discursos cargados de sátira, pero con la suficiente inteligencia para que suenen casi como verdaderos. ¿Su tarea? Infiltrarse en el capitalismo y sacarle los colores. Ellos lo llaman pranks (diabluras).
Hace poco anunciaron que cerraban todas las empresas de relaciones públicas. «Los periodistas que se tragan las mentiras que les dan las multinacionales se estresaron mucho porque, en teoría, querían cambiar el mundo con su trabajo y ahora han dejado de hacerlo», declararon a un diario español sus integrantes.
En estos últimos años, The Yes Men se han hecho pasar por portavoces de la Organización Mundial del Comercio, de la multinacional química Dow Chemical y de la cadena alimenticia McDonald’s, entre otros hitos. También piratearon la campaña presidencial de Bush y le hicieron ‘decir’ que era necesario limitar la libertad de expresión.
Velas de cadáver
Según publican en su página web, en 2007 The Yes Men se presentaron en Goexpo, una conferencia sobre la industria petrolera que se celebraba en Canadá. Allí dieron a conocer una nueva fuente energética, el Vivoleum, combustible renovable fabricado a partir de los restos orgánicos de los muertos por catástrofes naturales atribuibles al clima.
En concreto, mostraron una vela «hecha con el cuerpo de un tal Reggie, conserje de la petrolera Exxon, muerto a consecuencia de un derrame tóxico». El público siguió absorto la presentación hasta que vieron un vídeo con el entierro del supuesto donante. Bonanno, haciéndose pasar por un experto, soltó ante su público perlas de este calibre: «Con más combustibles fósiles hay mayor probabilidad de desastres y eso significa más materia prima para Vivoleum, un combustible que continuará fluyendo».
Gila no lo hubiera hecho mejor. En otra ocasión burlaron a la BBC, suplantaron a ejecutivos de la compañía química Dow (que 16 años después de la catástrofe de Bhopal, en India, compró Union Carbide, propietaria de la planta donde se produjo el escape que mató a miles de personas), y anunciaron que la empresa asumiría responsabilidades. Se cuenta que aquellas falsas declaraciones hicieron que Dow Chemical perdiera 1.500 millones de euros en Bolsa.
Acabar con la siesta
Pero los Yes Men jamás han sido denunciados ni detenidos. Se financian con aportaciones particulares y con la venta de vídeos con sus acciones. En sus documentales, que se han presentado en festivales de cine de todo el planeta, estos activistas-artistas proponen, por ejemplo, eliminar las costumbres que obstaculizan el comercio, como la siesta en España, vender el voto por internet al mejor postor, legalizar la esclavitud en África, reciclar desechos humanos para hacer hamburguesas en los países del Tercer Mundo y disolver la Organización Mundial del Comercio (OMC) para cambiar su objetivo de potenciar el comercio por el de ayudar a los pobres.
En 2009 entregaron más de 100.000 falsos ejemplares del ‘The New York Post’, coincidiendo con la celebración de la Semana del Clima de la ONU. Algunos de sus titulares eran ‘Advertencia del Pentágono: O actuamos ahora o nos costará la vida’ y ‘Flopenhagen: algo huele a podrido en Dinamarca’. Para acabar, una duda.¿De verdad debemos creer a Bonanno y a Bichlbaum cuando niegan que Rastani es uno de los suyos?
Noticia original: http://www.laverdad.es/murcia/v/20111025/sociedad_murcia/acidas-travesuras-20111025.html