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Lo primero que intentan los imperios para derrotar a los pueblos en lucha es callar sus voces

Al Manar TV: Un Faro que no se apaga

Fuentes: ANMCLA

En su guerra imperialista contra el Líbano, la Alianza Bush-Israel no sólo fue derrotada en el terreno; también fracasaron en el frente comunicacional. Fracasaron en sus intentos de bloquear las imágenes de niños y familias descuartizadas por las bombas de Israel. Fracasaron en convencer al mundo que su motivo de lucha era justo. Pero sobre […]

En su guerra imperialista contra el Líbano, la Alianza Bush-Israel no sólo fue derrotada en el terreno; también fracasaron en el frente comunicacional. Fracasaron en sus intentos de bloquear las imágenes de niños y familias descuartizadas por las bombas de Israel. Fracasaron en convencer al mundo que su motivo de lucha era justo. Pero sobre todo, fracasaron en el vano intento criminal de callar con las bombas las voces e imágenes de la resistencia, que recorrieron el mundo gracias a una televisora libanesa llamada AL MANAR y que en castellano quiere decir EL FARO. Un Faro que iluminó las luchas justas del pueblo libanés y que encandiló a los agresores hacia la derrota.

Un faro para el pueblo libanés en resistencia

Fundada en 1991 por Hizbolláh, la Televisora Al Manar se convirtió en un dolor de cabeza para los comunicólogos del Imperio. Ya en el año 2004 fue puesta en la lista de «exclusión de terroristas» y se ordenó bloquear sus transmisiones a los Estados Unidos por vía satélite de Intelsat. Posteriormente, en marzo de 2006, fue declarada organización terrorista por un decreto de Mister Bush, prohibiendo el intercambio de noticias entre Al Manar y otros canales en Estados Unidos y algunos países europeos.

Y esta vez, durante los 30 días de bombardeos, Al Manar se convirtió en una verdadera pesadilla para Bush e Israel, al mantenerse día a día desmintiendo con imágenes irrefutables a las grandes cadenas de información que repiten constantemente la versión de los poderosos – la voz de sus amos.

Pocas veces en la historia de un conflicto entre fuerzas militares desiguales, el bando de la resistencia ha contado con un medio de comunicación tan efectivo como lo ha sido Al Manar para los libaneses y palestinos y para los pueblos árabes en general. Esa efectividad llevó a tal punto de desesperación a los agresores que el 13 de Julio decidieron apuntar sus misiles a los estudios de televisión de Al Manar en el sur de la capital libanesa.

Una voluntad a prueba de bombas

En cuatro oportunidades los misiles impactaron en sus instalaciones desde el 13 de Julio y hasta el día 16. El edificio de 5 plantas donde funcionaban sus oficinas quedó totalmente destruido.

(…) « Quiero dejar claro que a pesar de todos los ataques que sufrimos, la televisora Al Manar continuó emitiendo y cumpliendo con su misión de una forma muy profesional. El enemigo trato de callar la voz de Al Manar pero Dios ha querido que siguiésemos estando al aire y den por seguro que seguiremos emitiendo como lo hemos hecho hasta ahora

(…)

Una lección para todos los pueblos en lucha

Y mientras la Alianza Bush-Israel pierde la guerra en todos los terrenos, el faro de Al Manar continúa encandilándolos y su personal técnico sigue trabajando con la inagotable fuente de recursos que da el convencimiento de luchar por una causa justa. La estrategia de « transmisión bajo ataque » puesta en práctica por Al Manar durante el ataque israelí, es un asunto al que debemos prestarle mucha atención los habitantes y los medios libres del tercer mundo, siempre potenciales objetivos de algún misil made in USA.

Es difícil distinguir donde quedaba Al Manar entre la cantidad de escombros que cubren la zona sur de Beirut. Sólo una gran tela con el logotipo señala el lugar borrado por los misiles. Una gran tela con su logotipo colocado en la que fue la entrada, como diciendo: « Fuimos a ejercer el derecho a informar y a ser libres. Ya regresaremos a arreglar este desastre. Al Manar «. Un ejemplo de dignidad y resistencia irradia este Faro, que además alumbra las sombras que los grandes medios pretenden arrojar sobre las luchas de los pueblos en resistencia.