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Notas sobre Venezuela, la revolución y otras insignificancias

Algunos gritos desde una pequeña trinchera en la guerra informativa contra Falsimedia

Fuentes: Insurgente

Notas, sólo notas Me considero un luchador, como decenas de miles de luchadores más, en una pequeña trinchera de la «guerra informativa«. Las notas explican a gritos -mis gritos entre los de mis compañeros y compañeras- varias cosas que considero elementales. Así que grito entre los gritos (de trinchera a trinchera): Primer grito (situación en […]


Notas, sólo notas

Me considero un luchador, como decenas de miles de luchadores más, en una pequeña trinchera de la «guerra informativa«. Las notas explican a gritos -mis gritos entre los de mis compañeros y compañeras- varias cosas que considero elementales.
Así que grito entre los gritos (de trinchera a trinchera):

Primer grito (situación en el campo de batalla).

Esta modesta lucha de decenas de miles de esfuerzos de «comunicación alternativa» está inmersa en la lucha de clases universal que enfrenta al socialismo con la barbarie.

Segundo grito (nota filosófica de bajo rango).

La manipulación de las conciencias y -mucho más en concreto- la utilización de la comunicación y la información como propaganda de guerra, es el principal instrumento de dominación sobre los pueblos.

Tercer grito.

Los golpes de estado del siglo XXI tienen tantos modelos como los automóviles de la Ford, o de otra transnacional cualquiera del automóvil.
No veremos muchos tanques, ni aviones, veremos grupos fascistas armados o masas fascistizadas, movilizados por los grandes medios de comunicación.
En este escenario de batalla nos pintarán los golpes con colores. Colores suaves, intermedios: anaranjados, violetas, celestes, rosas. Todos los colores menos el rojo de la sangre. Ferocidad o engaño masivo, con guante blanco.

Cuarto grito.

Veremos también enormes procesos de manipulación de la opinión pública por el miedo, que han derivado ya hasta los métodos de la Psicología de masas del fascismo (Wilhelm Reich).

Su escenario de descarga será múltiple: desde las grandes manifestaciones en la calle hasta las guarimbas (1); desde la siembra prolongada y frenética del miedo hasta los procesos electorales totalmente vacíos, manejados con los instrumentos de publicidad del mercado. Desde los «golpes mediáticos» hasta los «golpes diplomáticos», pasando por «las amenazas irresistibles», las «coacciones armadas», los «golpes blandos», los «golpes invisibles», los «empujones irresistibles» y las «entregas voluntarias de la dignidad y la soberanía».

Quinto grito.

En asuntos verdaderamente serios para el Imperio y sus secuaces, como el de la revolución bolivariana -o el de la guerra de Iraq o las amenazas nucleares contra Irán-, no hay diferencias de fondo en Falsimedia. Varían las formas, los tiempos de preparación de sus respectivas «opiniones públicas«, el lenguaje y las referencias emocionales.

Sexto grito.

Si no hay diferencias en Falsimedia (el instrumento fundamental en este comienzo del siglo XXI del golpe global permanente contra los pueblos), tampoco las hay –grosso modo– entre los políticos del «sistema de poder del Imperio».

A media voz: no se líe con los
conceptos, no lo son en sentido estricto, son aproximativos.

Séptimo grito y Primer Alarido (a redoble de tambor y repetido).

Esta vez -perdonen ustedes-, el grito es un alarido.
Si bien los modelos contemporáneos de «
golpes contra el pueblo» difieren tanto -en sus formas, métodos y visibilidad- de los «golpes de estado clásicos»; son siempre manifestaciones extremas de brutalidad, de coacción y de represión.

Los prejuicios que estructuran nuestro pensamiento al identificar los «golpes contra el pueblo» con los tanques y los cañones, permiten su enmascaramiento por Falsimedia.
Las reflexiones condicionadas de los intelectuales de gabinete, de los militantes de asamblea, y de la propia «vanguardia de la comunicación alternativa», hacen posible a los poderes sociales dominantes el encubrimiento y el enmascaramiento de los golpes de fuerza más brutales, de las represiones más feroces.
Por eso, en la «trinchera de la guerra ideológica» somos luchadores o no somos nada. Nuestra tarea común, colectiva y compartida, es la comunicación y la
información social en lucha de clases.

La media voz repite: no se líe con los conceptos, son aproximativos.

(se repite el grito)

Octavo grito.

La «información en lucha de clases» tiene tiempos y ritmos distintos, variables y simultáneos.

El tiempo largo es el de la reflexión: la «batalla de las ideas». (Batalla -como dice bien Fidel.).

Más allá de ese tiempo está el «largo plazo» de la historia convencional. Es el de la «creación teórica en lucha de clases» que tiene que reunir pensamiento y experiencia.
En lucha de clases, («batalla de las ideas» -dice de nuevo, con razón, Fidel.).

El tiempo es una vivencia colectiva, una atmósfera común, el pensamiento también es colectivo. Pensamiento en lucha de clases, experiencia en lucha de clases. Se lo ha dicho muy bien -y en dos tiempos-, Celia Hart (desde una de estas trincheras) a Heinz Dieterich.

Noveno grito.

El medio plazo en esta trinchera de miles, es el de las revoluciones como la bolivariana, las guerras imperialistas como la de Iraq, los proyectos inmediatos de dominación y guerra como el de Irán, la alarma a los pueblos sobre las consecuencias inmediatas y galopantes de la crisis económica, el desarrollo de «golpes de estado permanentes» en los medios de comunicación masiva.

El medio plazo no es un proceso electoral concreto. Mucho menos un fin de semana largo o unas vacaciones. Falsimedia deforma las percepciones del tiempo para poder cambiar radical e instantáneamente de discurso propagandístico. Lo vamos a ver en los próximos días con relación a Venezuela, a Cuba, a Bolivia, a Ecuador, a Irán, y a todos los demás escenarios de las guerras del Imperio.

El medio plazo es planificable en la gran escenario de la «guerra de comunicación».

Lo que nos exigen los pueblos en este medio plazo es la observación continua, la denuncia inmediata, el compromiso total; la elaboración de recursos ideológicos, de lenguaje de batalla; la comunicación intensiva, que se extienda a todos los rincones, clara y precisa; la formulación -como pensamiento y como palabra viva- de los anhelos del pueblo; la denuncia de la guerra de propaganda del enemigo; la vigilancia de los modelos y tácticas del Imperio en la coyuntura concreta de la lucha de clases, de la lucha del pueblo.

El medio plazo exige un esfuerzo enorme en nuestras trincheras. Nada extraordinario, sin embargo. Ningún mérito especial.

Décimo grito.

El corto plazo -cortísimo plazo, un instante de la historia- es el del fogonazo.

Es el momento de reforzar a los verdaderos combatientes de vanguardia: el pueblo y los dirigentes con enorme responsabilidad. Están en trincheras con elevado riesgo. Ellos están en el centro de la batalla.

Grito número 11.

No hay ningún tiempo, ni «tenemos tiempo» para «demostrar lo que se ha convertido en evidente».
¿Tiene algún sentido demostrar minuciosamente, en estos momentos, que un diario como el periódico español
El País, miente en los detalles? ¿No hemos dejado atrás ese tiempo de lucha, muy bien combatida por cierto por compañeros de trinchera como Pascual Serrano?
¿No es mucho más conveniente analizar y divulgar cuál es la
estructura de su información?
¿No es evidente ya que
El País es uno de los defensores más eficaces del neoimperialismo?
El juego de buscar elementos de neofascismo y de «progresismo» en
El País nos lo va a ganar siempre este arma de combate de la transnacional PRISA. Jugará con nosotros como ha jugado -transformando- a su «opinión pública».
¡Ahí tienes una de progresismo! ¡Allá va otra! ¡Ahora dos dosis de olvido! ¡Toma cuatro entregas de humanismo para después del genocidio! ¡Doscientas dosis de… quién lo iba a saber!

Grito número 12.

Las «normas de objetividad» de las escuelas de periodismo, las que definen el rigor académico de la información en las universidades de la burguesía, los «mandamientos formales» de una «buena información», las «técnicas para aumentar la audiencia», los mecanismos formales considerados como estructura fundamental de la información; son los dogmas ideológicos y las armas de alta tecnología del enemigo en el campo de batalla de la propaganda y la creación de «opinión pública».
Nosotros y nosotras no podemos ir más allá del «fusil informativo» y de la «organización miliciana».

La información es un escenario concreto de la «guerra asimétrica». TeleSur debería tenerlo muy en cuenta.

Grito número 13 (perdonen que insista).

No podemos perder más el tiempo «demostrando lo evidente» ni planteando micro batallas sobre la «fidelidad o no a la verdad» de Falsimedia. Es la estructura general de la mentira, sus «entregas periódicas» a la «opinión pública»; sus mecanismos de transmisión de emociones: miedo, indignación, o cólera; y de identificación, lo que tenemos que desvelar.

Nuestro aporte depende del tiempo informativo en el que nos movamos pero es la estructura de la información, los planes de manipulación y propaganda, los golpes mediáticos de la «prensa libre», la conversión de la «información» en pura propaganda, lo que tenemos que combatir.

Grito número 14.

La «información alternativa en lucha de clases» es un esfuerzo colectivo que puede combinar perfectamente redes, conexiones, tareas comunes, mecanismos de potenciación de la información (en democracia participativa); con elementos casi espontáneos, e instrumentos consensuados, de carácter organizativo.

Grito final (por el momento… que diría Hugo Chávez)

La vanidad y el individualismo son nuestros estigmas profesionales y de clase.

Presentación de combatientes:

Le dedico estos 15 gritos que me han dejado afónico a Carlos Tena que anda por ahí, en trinchera humilde y con vozarrón recio, con la gente de Cuba. Carlos no sale de ahí ni a tiros.

También se los dedico a Ángeles Maestro que se metió en trinchera para empezar a organizar al pueblo. Su combate es mil veces más duro que el nuestro pero tampoco lo va a dejar nunca.

A mis compas de inSurGente, no. Ellos están agotados de tanto oírme.


(1) g
uarimba: (en Venezuela), acción violenta de calle realizada por pequeños grupos. En la actualidad es el instrumento fundamentas de los grupos fascistas muy organizados que actúan para derribar al presidente Hugo Chávez.

*Antonio Maira. Militante en la lucha ideológica y en la guerra contra Falsimedia. Trinchera inSurGente.