En el marco de la ola de persecución y terror que viven las diferentes organizaciones de izquierda en Colombia, han recibido amenazas de muerte el director del semanario Voz, editado por el Partido Comunista Colombiano, Carlos Lozano y el también periodista Holman Morris, director del programa Contravía. El pasado 16 de mayo hacia las cuatro […]
En el marco de la ola de persecución y terror que viven las diferentes organizaciones de izquierda en Colombia, han recibido amenazas de muerte el director del semanario Voz, editado por el Partido Comunista Colombiano, Carlos Lozano y el también periodista Holman Morris, director del programa Contravía.
El pasado 16 de mayo hacia las cuatro de la tarde llegó un ramo de flores a la sede del semanario Voz con la siguiente dedicatoria: «de la familia Montoya para el sepelio de Carlos Lozano».
Igualmente, el periodista Holman Morris recibió un ramo similar. Morris dirige el aclamado programa de televisión semanal Contravía, en el cual trata algunos de los asuntos más difíciles y controversiales presentados por el conflicto armado interno en Colombia. Contravía le ha dado una cobertura profunda a una amplia gama de problemas, incluyendo atrocidades cometidas tanto por los grupos paramilitares de derecha, como por las guerrillas de izquierda. El año pasado, la meticulosa investigación que Morris realizó sobre el asesinato de otro periodista, Jaime Garzón, trajo a la luz nuevas pruebas que luego fueron usadas por la corte que manejaba el caso. Otro periodista amenazado ha sido Daniel Coronell, director de un noticiero de gran audiencia, Noticias Uno. También es columnista para la revista Semana.
Numerosas organizaciones de derechos humanos se han hecho eco de estas amenazas contra periodistas colombianos. No así Reporteros sin Fronteras, quien cuatro días después no ha emitido ningún comunicado ni ha hecho denuncia pública. Tampoco en su página web se hace referencia a estas amenazas.
En las últimas semanas se han agudizado también los hostigamientos contra el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, pues su presidenta Soraya Gutiérrez, también recibió esta semana una muñeca descuartizada y se amenazaba a su familia.
El semanario Voz he emitido un comunicado en el que «condena y rechaza este y todas las demostraciones de terror a las que tienen que someterse los dirigentes populares y sociales, así como a los periodistas alternativos, quienes se han atrevido a denunciar los abusos de la autoridad y las demás informaciones que son escondidas por el Gobierno Nacional y tergiversadas ante la comunidad nacional e internacional».
Asimismo «invita a todas las organizaciones de derechos humanos, sindicales, políticas y sociales a rechazar enérgicamente estas intimidaciones, que pretenden callar los únicos canales del pueblo para denunciar».
Periodistas y defensores de derechos humanos en Colombia son frecuentemente objeto de hostigamiento, amenazas y asesinatos por parte de grupos paramilitares. Según el Informe de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas perteneciente a la Federación Latinoamericana de Periodistas (CIAP-FELAP), el pasado año Colombia, con tres periodistas muertos, fue el segundo país de América Latina, tras México, en el asesinato de periodistas. La mayoría de las muertes fueron en represalia por el trabajo que los informadores estaban realizando sobre casos de corrupción gubernamental, delitos y narcotráfico, o por informar de las actividades de organizaciones insurgentes.