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Guerra mediática

América Latina según el diario francés «Le Monde«

Fuentes: Rebelión

Ya en 1970, el influyente consejero político del gobierno estadunidense Zbigniew Brzezinski vislumbró con el advenimiento de la revolución tecnológica el nacimiento de una nueva sociedad global en la cual la «diplomacia de las cañoneras» sería sustituida gradualmente por la «diplomacia de las redes». Hoy día, nuestra sociedad de la información se encuentra inmersa en […]

Ya en 1970, el influyente consejero político del gobierno estadunidense Zbigniew Brzezinski vislumbró con el advenimiento de la revolución tecnológica el nacimiento de una nueva sociedad global en la cual la «diplomacia de las cañoneras» sería sustituida gradualmente por la «diplomacia de las redes». Hoy día, nuestra sociedad de la información se encuentra inmersa en una globalización en la que los medios de comunicación juegan un papel trascendental: utilizados como dispositivos de influencia geopolítica pueden moldear las opiniones públicas. La guerra mediática a menudo antecede actos más violentos; esta realidad reafirma el importante rol de los medios de comunicación y les confiere una gran responsabilidad.

Tomando en cuenta lo anterior, el prestigioso e influyente diario francés Le Monde carga además con la responsabilidad inherente a esos cuantos periódicos que siguen siendo al día de hoy referencias a nivel internacional, lo que nos obliga a cuestionar la cobertura mediática que su reportero encargado de seguir los acontecimientos en América Latina, el sr. Paulo Paranagua, impone a sus lectores.

En efecto, no hay nada más molesto, para cualquiera que conoce tan siquiera un poco la historia y el acontecer político de nuestro continente, que leer las inexactitudes y hasta viles manipulaciones que dan vida a los artículos de este periodista. Cualquier latinoamericanista puede percibir todas las sutilezas del arte de tergiversar que ha desarrollado Paranagua en sus columnas. Al informar a medias, lo que hace este falsario es desinformar, pues sus lotes de verdades incompletas, sacadas de su contexto según su conveniencia, se transforman fatalmente en emboscadas intelectuales para los inexpertos. Allí es donde reside la gran habilidad de su mala fe y su hostilidad se convierte en manipulación cuando, arropado con su supuesta neutralidad periodística, Paranagua induce a los lectores de Le Monde no al error, sino a posicionarse a solamente unos cuantos milímetros de la mentira; los prejuicios occidentalo-centristas propios del entorno cultural francés se encargan inconscientemente de cerrar la trampa.

Este malicioso proceder tiene un objetivo político pues salta a la vista que este personaje actúa como un defensor de los intereses de los Estados Unidos en la región y disimula bajo apariencias de honesta imparcialidad una implacable cruzada contra la izquierda latinoamericana. ¿Es esta la línea editorial de Le Monde, o más bien de un abuso de confianza por parte de este colaborador? En todo caso, resulta triste ver a este periódico en fase con los discursos más conservadores y retrógrados de nuestro continente. ¿El rotativo fundado por Hubert Beuve-Mery está tan siquiera consciente de esta situación? A través de la pluma malintencionada de Paranagua, el prestigioso diario francés se ensaña contra siempre los mismos gobiernos y, peor aún, encubre otros cuyas gestiones y problemáticas merecerían tal vez ser abordadas en mayor profundidad y conocidas por la opinión pública francesa.

En México, las cifras que dejó la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012) hablan por sí solas: aumento del 500% de las denuncias por casos de tortura, más de 25.000 personas desaparecidas, 60 periodistas asesinados y otros 15 desaparecidos, más de 45.000 ejecuciones, 16.000 cuerpos no identificados y cerca de 1.500 cuerpos encontrados en fosas comunas. En total, ese gobierno provocó más de 120.000 muertes violentas en seis años, cifras que sobrepasan por mucho las macabras cuentas de todas las dictaduras militares latinoamericanas del siglo pasado. Sin embargo, si observáramos América Latina únicamente a través de la lupa de Paranagua, algunos países monopolizarían nuestras mentes mientras que otros seguirían siéndonos invisibles. ¿Pero cuál habría sido el tratamiento mediático si la reciente desaparición de los 43 jóvenes estudiantes de Ayotzinapa hubiese ocurrido en Bolivia, Cuba, Ecuador o Venezuela? Paranagua probablemente habría llamado a una intervención exterior. Sin embargo, este terrible hecho sucedió en México, y nunca fue mencionado por el encargado del despacho «América latina» de la publicación francesa.

Ya es hora de que Le Monde acepte un hecho: Paranagua abusa de su posición para inocular en la opinión pública francesa sus propios deseos y consideraciones políticas. Cuando la aversión se combina con la animosidad el resultado empieza a parecerse mucho a propaganda. Le Monde y sus lectores merecen contar con un periodista que cumpla con su responsabilidad -la difícil labor de informar objetivamente acerca de una realidad regional compleja- en vez de conducir una guerra de baja intensidad contra la izquierda latinoamericana.

Luis Alberto Reygada, Analista internacional franco-mexicano, residente en París, Francia.

Este artículo es una síntesis de la carta abierta dirigida al Mediador del diario Le Monde el 09/11/2014 con el título ¿Escribirá Paulo Paranagua un artículo sobre de los 43 estudiantes mexicanos asesinados? y publicada en el sitio Rebelion [http://www.rebelion.org/noticia.php?id=192832]

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.