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Vargas Llosa hostiga desde El País a Chávez

¡Ataca, Mario, ataca!

Fuentes: Rebelión

Todo propietario rico necesita sus doberman para ladrar y atacar a los indeseables que entran en sus dominios. El diario «progresista» El País no es una excepción, y cuando el intruso se llama Hugo Chávez, el doberman principal se llama Mario Vargas Llosa. Su primer ataque rabioso data de 1999, poco después de que Chávez […]

Todo propietario rico necesita sus doberman para ladrar y atacar a los indeseables que entran en sus dominios. El diario «progresista» El País no es una excepción, y cuando el intruso se llama Hugo Chávez, el doberman principal se llama Mario Vargas Llosa. Su primer ataque rabioso data de 1999, poco después de que Chávez fuera elegido presidente. En su artículo titulado «El suicidio de una nación» (8/8/99) ya mostró cuál sería su estilo de perro guardián en sus referencias a Chávez:un demagógico «hombre fuerte», que aprovecha esta popularidad para hacerse con todo el poder e instalar un régimen autoritario».
«…autocracia populista del teniente coronel Hugo Chávez».
«…tiene la peregrina idea de que la sociedad venezolana anda mal porque no funciona como un cuartel».
«…la demagogia y la ignorancia del teniente coronel Hugo Chávez».
«…la entusiasta y ciega colaboración de tantos incautos venezolanos».
Realmente no es un estilo original, pues encontramos prácticamente las mismas expresiones en el 99% de los artículos de opinión del 99% de la prensa mundial, esa prensa vendida al dólar y prisionera de grandes grupos empresariales cuyo único norte es acumular más cuota de mercado, no importa de qué sector. Chávez amenaza sus privilegios y por tanto es el enemigo, así que tras mostrar sus colmillos por primera vez, el frustrado aspirante a Premio Nobel ha seguido salivando periódicamente y cobrando por ello. Una pequeña muestra:
 
«…siguiendo el mal ejemplo peruano de Fujimori, y el venezolano del comandante Chávez, otra democracia latinoamericana [Ecuador], después de prostituirse, acaba de desaparecer y de ser reemplazada por un régimen autoritario, que, aunque mantiene una fachada de civilidad y 1egalidad, es en verdad manejado por las Fuerzas Armadas». (5/2/2000)
«…Se trata de un demagogo y un inepto y de un ignorante ensoberbecido por la adulación y el estrellato popular de que ha gozado hasta hace poco, pero no de un perturbado mental». (23/12/01)
«…la vieja tentación del populismo, con su demagogia patriotera y su exacerbación histérica contra la economía de mercado (…) Ahora está allí, una vez más, vivito y coleando. Se adueñó de Venezuela con el comandante Chávez y, por lo visto, podría ganar las elecciones en Bolivia». (7/7/02)
«…el comandante Hugo Chávez, el demagogo que gobierna Venezuela». (6/7/03)
«Porque el comandante Chávez, como ocurre siempre con las dictaduras, no sólo es un enemigo de su propio pueblo, sino un peligro para sus vecinos y para todos los regímenes democráticos del Continente, a quienes, por lo demás, ya ha comenzado a hostilizar, tratando de desestabilizarlos». (7/3/04)
«[Evo Morales] es un criollo lenguaraz, vivo como una ardilla, y que no se propone resucitar el Imperio de los Incas, ni el Tiahuanacu, sino seguir las huellas de sus maestros, amigos y mentores, Fidel Castro y Hugo Chávez (…), capturando el poder absoluto e instalando en Bolivia una dictadura marxista». (29/5/05)
«La victoria de Alan García en las elecciones presidenciales peruanas ha significado un serio revés para Hugo Chávez, el cuasi dictador venezolano, y sus ambiciones megalómanas de crear una clientela de Estados fieles a lo largo y ancho de América Latina, que seguirían el modelo populista, nacionalista y estatista que va convirtiendo a pasos rápidos a Venezuela en la típica republiqueta tercermundista.» (18/6/2006)
Y así hasta llegar a la última, del 17 de junio de 2007, donde, como no podía ser menos, tenía que ladrar por «el cierre de Radio Caracas Televisión por el aprendiz de dictador venezolano», un claro «atropello cometido por Chávez en su designio de acabar con el pluralismo informativo y la libertad de expresión en Venezuela», que recibió la aprobación de Lula sólo «para no desencadenar las iras del caudillo venezolano». En sus delirios caninos, Vargas Llosa asegura que «como los cubanos, todos los venezolanos sueñan ahora con escapar a los Estados Unidos». ¡Todos! ¡incluso el propio Chávez quiere escapar de sí mismo!
 
Así se hace, Mario, no lo sueltes, buen chico.