Deadly Environment , un boletín informativo de la ONG Global Witness, reveló que de 2002 a 2013 por lo menos 908 personas perdieron la vida en todo el mundo debido a su defensa del medio ambiente, mientras la tasa de asesinatos se duplicó en los últimos cuatro años. América Latina y Asia muestran las tasas […]
Deadly Environment , un boletín informativo de la ONG Global Witness, reveló que de 2002 a 2013 por lo menos 908 personas perdieron la vida en todo el mundo debido a su defensa del medio ambiente, mientras la tasa de asesinatos se duplicó en los últimos cuatro años. América Latina y Asia muestran las tasas más altas de violencia, así como la escalada del aumento de las tensiones sobre los recursos naturales limitados en estas regiones.
Will Potter escribió en Foreign Policy que hoy en día «Brasil sigue siendo abrumadoramente más peligroso para los ecologistas que otros países»: el doble de los ambientalistas fueron asesinados en Brasil respecto a cualquier otro país. Asimismo, Brasil es un caso especialmente llamativo en lo que hoy es una tendencia mundial.
En una economía mundial cada vez mayor, se está intensificando la competencia por los recursos, enfrentando a las comunidades locales contra las poderosas industrias de los negocios de minería y explotación forestal. Los problemas surgen cuando la gente indígena no tiene conciencia, ni está reconocida por el Estado, y surgen las ofertas de negocios que violan sus derechos a la tierra. Sin una atención más amplia sobre este problema cada vez mayor, las comunidades rurales cuyo sustento depende de la tierra seguirán siendo amenazadas por empresas poderosas.
Las elites políticas y económicas se benefician silenciando a los defensores del medio ambiente. En uno de los casos recientes, esbirros armados mataron a un hombre, José Cláudio Ribeiro da Silva, y a su esposa, María do Espírito Santo, ambos trabajadores durante 24 años de una ONG fundada para preservar los bosques amazónicos por el legendario activista Chico Mendes, asesinado también hace un cuarto de siglo. Los dos asesinos «fueron condenados en 2013 -una victoria poco común en este tipo de casos- pero el terrateniente acusado de contratar a los asesinos anda libre», informó Potter. Este caso es típico, escribió. «Sólo 34 personas en el mundo enfrentan actualmente cargos de violencia contra luchadores medio-ambientales, y sólo 10 asesinos fueron condenados entre 2002 y 2013». La ausencia de enjuiciamiento envía el mensaje de que los ecologistas pueden ser «asesinados con impunidad».
Aunque el informe de Global Witness es significativo, tiene limitaciones propias, señaló Potter. «La investigación se limita a 74 países de África, Asia y América Central y del Sur, y sólo incluye asesinatos», observó. «La violencia no letal y la intimidación, que es mucho más penetrante, quedan afuera». Además, el informe de Global Witness no aborda la «historia bien documentada de la violencia contra los ambientalistas en los países desarrollados occidentales».
Nota:
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Fuentes:
Will Potter, «When an Activist Falls in the Rain Forest Does It Make A Sound?» Foreign Policy, April 23, 2014,.
Estudiante investigador: Rachel Song and Inga Van Buren (Pomona College)
Evaluador académico: Andy Lee Roth (Pomona College)
Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno, jurado internacional de Proyecto Censurado.