Era de suponer. Nos podíamos imaginar los titulares, el contenido de algunos artículos y las fotografías de la edición del lunes de 17 marzo. Sin entrar ahora en Ucrania ni en Crimea sino en la (seamos generosos) información del global-imperial-antichavista (por cierto: ¿y Venezuela, dónde está ahora Venezuela en las páginas del global?). Primera página, […]
Era de suponer. Nos podíamos imaginar los titulares, el contenido de algunos artículos y las fotografías de la edición del lunes de 17 marzo. Sin entrar ahora en Ucrania ni en Crimea sino en la (seamos generosos) información del global-imperial-antichavista (por cierto: ¿y Venezuela, dónde está ahora Venezuela en las páginas del global?). Primera página, edición lunes 17 de marzo:
En letra roja, tamaño medio: «La UE y EEUU advierten de que el referéndum «Es ilegal y no será reconocido»». ¿Ilegal y no será reconocido entrecomillado como si fueran las palabras exactas dichas al alimón por UE y EEUU? ¿Pero no habíamos quedado, según nada menos que Miss Victoria Nuland, en que «Fuck UE!»? ¿Y es legal el gobierno de Kiev?
En letras mucho más destacadas: «Crimea se abraza a la Rusia de Putin». ¿Abrazarse a «la Rusia de Putin»? ¿A la de Putin exactamente? ¿Es eso lo que han votado los ciudadanos de Crimea en un referéndum que ha contado con una participación de más de un 83% en el conjunto de la península (con una notable participación entre la población tártara y, digamos, ucraniana) y con un 95,5% de votos afirmativos? [1]
La entradilla de la información de Pilar Bonet que sigue allí, como en nuestros peores sueños: «El Parlamento de la península pedirá hoy la anexión tras un respaldo del 95,5% y una masiva participación, según las autoridades, en la consulta para separarse de Ucrania.»
El «según las autoridades» es un regalo envenenado de doña Pilar que añade en la página 2: «El referéndum es un plebiscito». Vale, ¡menudo titular!
Para que conozcamos el talante y talento del nuevo primer ministro ucraniano, el que ha sido recibido recientemente por mister Barack, basta leer el titular de la página 3: «La tierra arderá bajo los pies de los separatistas de Crimea». Como puede verse, el tono conciliador es exquisito, magnífico para los tiempos que corren en Ucrania.
EEUU por su parte, que como sabemos siempre ha obrado respetando la legalidad internacional, advierte a Rusia que tiene listas las sanciones. Vale. ¿Y sus autosanciones por las mil barbaridades cometidas en mil lugares del planeta?
Eso sí: todo acompañado de una enorme fotografía en primera página con rostros de numerosas mujeres (apenas un hombre mayor en segundo plano) y con un pie de foto: «Crimeos congregados en la plaza… de Simferópol celebran con banderas rusas los resultados del referéndum?
¿Desde qué plaza? Perdón, perdón. Desde la plaza Lenin.
Y en páginas interiores, tachín-tachán, lo mejor: artículo de opinión, página 29: «Frente a Putin, no renunciemos a la verdad». Autor: Monsieur Bernard-Henri Lévy.
¿No renunciemos la verdad, señala el ya no tan joven filósofo parisino? Miren de qué va la verdad de monsieur Bernard.
Se ha hecho fotografiar en un falso decorado montado en un estudio para hacernos creer, es la verdad de la que habla, que está en Ucrania, al pie del cañón y la contrarrevolución. Pero no es el caso. Está muy cómodo en París. Le salió el tiro por la culata: un fotógrafo pirata fotografió su montaje de estudio.
Definitivamente: la verdad es siempre revolucionaria.
Notas:
[1] Contando pues, aproximadamente, con un 75% de votos afirmativos del censo electoral.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.