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Un programa sobre Cuba en Suecia

Burda manipulación

Fuentes: Liberación

El programa televisivo Agenda en el canal 2 del pasado 17 de octubre, se proyectó una película intentando dar la visión de que conocidos artistas e intelectuales de izquierda se han retractado de sus posiciones de apoyo y solidaridad con Cuba. Bajo una presentación aparentemente imparcial, la dirección del programa contrabandeó un material escandalosamente manipulado […]

El programa televisivo Agenda en el canal 2 del pasado 17 de octubre, se proyectó una película intentando dar la visión de que conocidos artistas e intelectuales de izquierda se han retractado de sus posiciones de apoyo y solidaridad con Cuba.

Bajo una presentación aparentemente imparcial, la dirección del programa contrabandeó un material escandalosamente manipulado y producido a partir de un «collage» tomado de diferentes fuentes, donde personas como el cantante Silvio Rodríguez, la escritora española Rosa Regás o el escritor cubano Leonardo Padura, son presentados como reaccionando frente a los encarcelamientos de los que bajo la dirección y financiamiento la Oficina de Intereses de Estados Unidos estaban trabajando en Cuba contra la seguridad del país; y como protestando contra los fusilamientos de las personas que el año pasado secuestraron una lancha en la viajaban también turistas.

En el corto exhibido se usa con total descaro un comentario hecho por Silvio Rodríguez referido a una situación históricamente anterior, concretamente cuando él junto a otros jóvenes músicos y cantautores en los años sesenta irrumpen con el movimiento de la Nueva Trova y de la crítica que enfrentaron de un pequeño grupo de burócratas dentro de la cultura cubana. Todo el mundo sabe que Silvio Rodríguez con sus canciones y su actuación como diputado en el Parlamento cubano ha estado siempre y está con la revolución, sin embargo en Agenda se le mostró como disidente.

Con las otras figuras intelectuales pasa igual, a lo que expresan se les ha quitado de todo contexto (tiempo, lugar y sentido). Por ejemplo, Rosa Regás comenta su estado anímico cuando supo de los fusilamientos en Cuba, pero el documental no dice que la escritora pese a no compartir la pena de muerte, con posterioridad a estos hechos en julio de 2003 firma junto a cientos de intelectuales más de todo el mundo un manifiesto donde se expresan entre otras cosas: «Cuba siempre ha sido siempre y hoy como nunca antes, un objetivo del brutal imperialismo de Estados Unidos. Más que nunca hoy este país necesita nuestra solidaridad, de la misma forma que nosotros necesitamos del heroico ejemplo de su pueblo». Y no hace mucho tiempo atrás en abril, la misma Rosa Regás firma otro manifiesto donde vuelve a reafirmar su compromiso con Cuba donde se afirma que: «…la misma amenaza intervencionista se cierne sobre otros países que se mantienen firmes en sus principios y con una política que favorece al pueblo, como Cuba y Venezuela».

También entre los españoles se usan sus opiniones -mediante cortes de tijera a un documental inglés- al desaparecido escritor Vázquez Montalbán y los cineastas Pere Portabela y Eduardo Trueba como críticos de Cuba, usando afirmaciones con generalidades tales como que «Cuba fue un ejemplo para muchas personas al igual el mítico Che Guevara», o un «cut» al mismo Trueba donde éste habla de que Fidel es un traidor…!

El único escritor cubano que aparece es el conocido autor de exitosas novelas policiales Leonardo Padura, cuyos libros se editan en Cuba, vive allí participando activamente en la vida de intelectual del país, quien además es sabido que siempre se ha expresado críticamente a través de sus personajes y personalmente dentro de la Revolución sin ninguna limitación como muchos otros intelectuales que no aparecen en este «material» y que se sepa nunca a adjurado de defender el proyecto político y social cubano, y menos prestarse a los juegos de los que trabajan a sueldo dentro y fuera de Cuba en favor del anexionismo estadounidense.

El reportaje terminaba dándole un generoso espacio al cubano residente en Suecia Alexis Gaínza, quien llegó aquí luego de abandonar sus estudios al colapsar la Unión Soviética y que «debutó» como disidente escribiendo un artículo anticubano en la revista neonazi «Contra». Gaíza hoy es miembro de la dirección en un centro para asuntos internacionales que tiene el Partido Liberal (Folk) y representa en Escandinavia al Partido Liberal Cubano que regentea desde Madrid el agente de la CIA, Carlos Alberto Montaner.

Fue Gaínza en ese programa quien realmente mostró claramente de que se trataba la cosa, al justificar una agresión militar a Cuba mintiendo en asuntos de la realidad cubana que quien no esté informado quizá pueda ser confundido: «El gobierno cubano no quiere negociar una transición pacífica a la democracia». El mismo argumento que ha comenzado a usar Bush y otros personeros del gobierno de Estados Unidos preparando a una opinión pública para una intervención militar en Cuba, al estilo de la de Irak. Al tiempo de que a los responsables del programa no les interesó mencionar el detallado plan de EE.UU. intervención directa que existe contra Cuba y que una comisión presidida por Collin Powell y constituída por conocidos contrarevolucionarios cubanos elaboró a principios de este año. Este peligroso plan por otra parte, mereció poco tiempo atrás la crítica preocupación a través de una carta al mismo Powell de un grupo de calificados políticos norteamericanos y de otros países, (entre ellos el diplomático sueco Pierre Schori)

Con citas recortadas de algunos intelectuales a quienes se les presentan en el documental como todos de izquierda y antiguos amigos de la Revolución Cubana, se miente con desparpajo y no se muestra que una extensa lista de nombres de importantes intelectuales de izquierda de todo el mundo están con Cuba en el momento en que corre peligro, en un manifiesto que nunca ningún gran medio de prensa tuvo moral ni para mencionar su existencia, mientras al mismo tiempo se difunden las noticias que se elaboran en los centros contrarevolucionarios pagos por la Casa Blanca.

El documental podría también haber mostrado las opiniones solidarias de algunas de estas personas en relación a Cuba: los premios Nobeles, Nadime Gordiner, Adolfo Pérez Esquivel, Rigoberta Menchú, José Saramago, Gabriel García Márquez. De artistas e intelectuales como Harry Belafonte, Danny Glover, Alice Walker, Oliver Stone, Ignacio Ramonet, Antonio Gades, Emir Sader, Ernesto Cardenal, Gianni Miná, Eduardo Galeano, y muchos más.

A la proyección de este burdo «documental» de propaganda contra Cuba comprado por la televisión oficial, se une el debate posterior donde el tono y argumentos usados tanto por el conductor como por otro de los panelistas, el liberal Fredrik Malm intentaba «crucificar» a Eva Björklund, integrante de la dirección del Partido de Izquierda y redactora de la revista Kuba. Una vez más, los medios muestran sobre Cuba lo que les interesa mostrar y de la manera que ellos quieren, en función de una orquestada campaña definida en Estados Unidos entre la administración Bush y la mafia cubana de Miami. Afuera quedan de este tipo de programas y de los informativos, lo que sucede fuera de Suecia; las recientes elecciones en Uruguay donde la izquierda arrasó; los que se está haciendo en Venezuela por los pobres; la horripilante situación en que viven los haitianos después de haber sido «liberados» por las tropas de EE.UU; los miles de mexicanos desocupados que mueren por año intentando cruzar la frontera con el imperio, y cientos de noticias y temas más de nuestro mundo.