El monto global que mueve la cadena originada en la recolección de papel y cartón en la Capital equivale a la mitad de la facturación de Edesur o Edenor. Pero del negocio los cartoneros sólo se quedan con la porción más chica. La parte del león se la llevan unas pocas empresas dedicadas al reciclado. El circuito comienza con el cirujeo, continúa con un acopiador, pasa por un gran mayorista y cierra en una empresa de reciclaje.
Los miles y miles de cartoneros que cirujean las calles de todo el país recogen anualmente sólo de papel, diario y cartón aproximadamente 430.000 toneladas, lo que a ellos les representa un ingreso de alrededor de 80 millones de pesos. Puede estimarse que, cuando la totalidad de ese material reciclado llega de distintas formas otra vez al comercio, posee un valor de venta que sextuplica lo que reciben los cartoneros. Es decir que el negocio global que generan los cartoneros asciende a unos 500 millones de pesos por año, sólo teniendo en cuenta los derivados celulósicos, lo que equivale a la facturación anual de una compañía como Quickfood o a la mitad de Edenor o Edesur. El grueso del dinero generado por la cadena productiva que comienza con el cartonero se lo llevan unas pocas grandes empresas.
Una primera aproximación para cuantificar la magnitud económica de la actividad de los cartoneros surge de un estudio preliminar realizado por el Programa de Recuperadores Urbanos del gobierno porteño, que relevó cantidades y precios de los distintos tipos de papel que se transan en los sesenta galpones dedicados a esta actividad que hay detectados en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. Los principales resultados a los que accedió Página/12 indican:
– Los sesenta galpones les compran a los cartoneros un promedio de 1014 toneladas semanales de los distintos tipos de derivados celulósicos, lo que arroja un total anual de aproximadamente 50.000 toneladas;
– El precio promedio que reciben los cartoneros es de 195 pesos por tonelada (0,195 por kilo);
– El galponero carga un margen promedio del 15 por ciento y vende el material a la siguiente etapa de la cadena a 225 pesos la tonelada.
Para realizar una primera cuantificación sobre el negocio de la basura recogida en la Capital Federal hay que considerar otro dato clave que aporta Sandra Carlino, la responsable del Programa de Recuperadores Urbanos: «Los galpones que nosotros relevamos dentro de los límites de la ciudad reciben sólo un tercio de lo que recogen los cartoneros; los dos tercios restantes son llevados al Gran Buenos Aires», fundamentalmente a través del llamado Tren Blanco y de las otras formaciones especiales para cartoneros con que cuenta cada línea ferroviaria. El motivo principal por el cual la mayor parte sale de la Capital es que fuera de sus límites los cartoneros reciben un precio mayor. La diferencia para el cartón, por ejemplo, es actualmente del 20 por ciento. Claro que, para acceder a ese mayor ingreso tienen el costo en tiempo, incomodidad y dinero de trasladar la mercadería.
O sea que, en realidad, el total de derivados celulósicos que recogen los cartoneros en la Capital Federal no es de 50.000, sino que ronda las 150.000 toneladas anuales, lo que a ellos les significa una recaudación de casi 30 millones de pesos.
Carlino señala que el Programa de Recuperadores Urbanos cuenta con 8470 personas anotadas en el registro que se abrió y calcula que en la ciudad deben transitar en total unos 10.000 cartoneros. Sacando cuentas, se llega a que el ingreso promedio de cada uno oscila en los 250 pesos por mes. «Por lo que sabemos, eso es más o menos lo que se llevan.»
Lo que se llevan es una porción chica de la torta. El grueso se lo apropian los otros eslabones de la cadena, en particular el último. En líneas generales, el circuito del reciclaje que comienza con el cirujeo continúa con un galpón o acopiador, a veces pasa por un gran mayorista, pero siempre se cierra en una de las pocas firmas que se dedican al reciclaje propiamente dicho.
Así como Papelera del Plata S. A. es la empresa más importante en el reciclado de papel de diario para la fabricación de papel tissue e higiénico, Zucamor S. A. es la líder en el reprocesamiento de cartón. En su enorme planta en Ranelagh, Zucamor recibe el material ya enfardado por sus proveedores (galpones, mayoristas o acopiadores) y lo transforma otra vez en cartón.
Hugo Alberto Anitori, director de Abastecimientos de Zucamor S. A., cuenta a Página/12 que «nosotros estamos pagando aproximadamente 300 pesos más IVA por tonelada enfardada», es decir un 33 por ciento más caro que el precio promedio al que lo venden los galpones porteños. Entre otros conceptos, ese recargo cubre el costo de enfardar los cartones.
-¿Cuál es el precio al que ustedes venden la tonelada del cartón que fabrican con material reciclado?
-Si es un cartón que se elabora ciento por ciento con material reciclado tiene que multiplicarse el precio por tres veces y media y hasta por cuatro veces el precio que pagamos por el cartón recuperado. Con eso cubrimos los costos de mano de obra, energía, amortización del capital, la merma del 15 por ciento en el cartón recuperado y, por supuesto, nos queda una ganancia.
Traducido, Zucamor cobra por el cartón hasta 1200 pesos la tonelada, lo que sextuplica el precio que recibe el cartonero al inicio de la cadena de valor.
Si además de ese valor se tiene en cuenta que, según datos proporcionados por la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel, el cirujeo recupera en todo el país alrededor de 430.000 toneladas de derivados celulósicos, se llega a que la actividad genera ingresos por algo más de 500 millones de pesos.
«No estamos hablando de micro sino de macroeconomía», sostiene Carlino con mucho entusiasmo. Desde su función y como licenciada en Aprovechamiento de Recursos Naturales Renovables, Carlino subraya que, además de ser un modo de subsistencia para mucha gente, el reciclado es desde un punto de vista ecológico y económico mucho más conveniente que el uso de basura como relleno. Destaca, por ejemplo, que el gobierno de la ciudad se ahorra bastante dinero por cada tonelada que se recicla en lugar de ser transportada y enterrada por el Ceamse.
Desde otra perspectiva, el ejecutivo de Zucamor también subraya la utilidad de la tarea que realizan los cartoneros. «El aporte que ellos hacen a nuestra industria es muy importante. A mí como ciudadano no me agrada ver que la gente tenga que hacer esa tarea. Pero entiendo que es el único método de subsistencia que tienen. En países más desarrollados no se ve ese tipo de cosas porque no hay tanta marginalidad pero también porque en los hogares existe una cultura de separación de residuos bastante arraigada.»
Para Carlino incluso es posible plantearse como uno de los objetivos a alcanzar en la próxima licitación para recolección de residuos que se realizará en el 2008 que los cartoneros se organicen para poder participar y así sacar una mayor tajada de un negocio grande del que ahora les queda la parte chica.
28-9-04